El Leyma tropieza en un mal momento

El Leyma Basquet Coruña tropezó (102-94) en la cancha de un Cáceres que se jugaba gran parte de la salvación, que se benfició de una mala defensa de los naranjas y un arbitraje notablemente casero.

Sorprendente arranque de la marea naranja. Acostumbrada a hacerlo al ralentí y perdiendo balones, ayer le dio la vuelta: 0-9 en sólo 85 segundos. Roberto Blanco paró el partido  –en medio de alunso silbidos de la grada– para despegar a los suyos de las sábanas.

El despertador sonó en forma de triple. Tres sin fallo en un parcial de vuelta de 11-2. El cuarto, de un inspirado Bracey, dio a los locales su primera ventaja (18-16). Turno de tiempo muerto para Diego Epifanio. Y reacción de los suyos: 0-7, antes de que el Cáceres se la devolviera punto por punto. Por ello acabó igualado (27-28) un acto inaugutral donde la defensa brilló por su ausencia.

Susto

Asomó en el inicio del segundo. Frenazo anotador en los dos aros. En medio de la precariedad, Diagne apareció tirado en el parquet, inmóvil y con la rodilla derecha agarrada. Susto gordo que, afortunadamente, no pasaría de ahí. 

Las pérdidas de balón y algunos despistes del Leyma en las continuaciones lanzaron al Cáceres (44-39), antes de que entre Diagne, Font y Filipovic tomaran cartas en el asunto (50-50). Dos faltas escamoteadas en la penetración final del croata impidieron que la primera mitad –en la que Barrueta no anotó (0 de 4)– se llegase con empate a 52 tantos.

Sí le señalaron, pero en contra y antideportiva, una falta tras el quinto lanzamiento errado por Barrueta. Y hasta ahí. Porque luego encadenó dos triples. Nada más y nada menos que 22 minutos tardó en inaugurar su casillero. Y no paró. Un 2+1, canasta y tres libres: 14 puntos en 5:44 y la decena de renta para los visitantes (61-71).

Un mate de Diagne elevó el déficit a la docena, que pudo seguir creciendo si Javi Vega no fallase un triple liberado. El Cáceres no se descompuso y se aferró a la pareja formada por Dani Rodrxíguez y Cepukaitis para rebajar distancias al final del tercer acto (70-78).

Triples asesinos

Y más que rebajaron los dos triples que Hasbrouck enroscó en los primeros 62 segundos del cuarto. Otro de Bracey dio la vuelta a la tortilla (79-78). Era el momento de matar el partido, no de que mataran a los de Diego Epifanio, clavados en ataque con Barrueta anclando en el banquillo. Y con los árbitros pensando en verdinegro.

Para colmo de males, el Leyma entró en bonus en solo 3:16, un peligro agrandado por el concierto de silbato (21  faltas señalaron a los locales y 31 a los visitantes, cuatro e de ellas antideportivas, tres de ellas excesivamente rigurosas). 

Un triple de Lafuente, tras falta en ataque de Olaizola no señalada, dio al Cáceres 7 puntos de renta (90-83). Jakovics estrechó el cerco (91-89), después de que Cepukaitis pusiese su cuenta de tiros libres en 0 de 7 (y la de tiros de dos en 6 de 6), pero los fallos de Nwogbo bajo el aro, el último con 97-92, condenaron a los naranjas, que no anotaron un solo triple de los 10 minutos finales.

El factor cancha tendrá que esperar. Y la próxima semana visitá Riazor el segundo clasificado, Palencia.