Lo resaltó Diego Epifanio tras la dura derrota (112-87) en Andorra de la tercera jornada: “Los porcentajes de tiro vienen y van”. Hablaba del triste 11 de 33 que sus jugadores registraron en lanzamientos de dos en Pavellò del Govern. Y es válido para el todavía más aterrador 11 de 24 en libres que firmaron el pasado sábado en la mucho más ajustada derrota (83-90) en el Coliseum frente al Unicaja.
En ambos casos, eso sí, se puede achacar a esos errores un porcentaje importante del resultado final. Si bien en Andorra influyeron incluso más los altísimos guarismos del plantel entrenado por Natxo Lezkano tanto en los lazamientos de dos puntos como en los de larga distancia.
Lo habitual, lo más lógico, es tener un mal día en los tiros de campo. Por un motivo obvio: hay defensa. Pero, aunque parezca mentira, también suele pasar en el apartado de los libres. Con menor frecuencia, sí, pero hasta el mejor escribano emborrona su estadística.
Un caso de ello es el Real Madrid. En el partido inaugural, donde cedió por 86-85 frente al Leyma, desperdició 11 lanzamientos sin barrera de los 29 que dispuso. En el partido de ayer, contra el Básquet Girona, firmó un 25 de 30. Unos días da, otro días quita. Sin ir más lejos, la marea naranja certificó el primer triunfo de su historia en la ACB con un tiro libre convertido por Yunio Barrueta tras su ya icónico e inolvidable triple ante Dzanan Musa.
Cabe pensar que, de haber estado en sus números ‘normales’, los de Chus Mateo no hubieran salido derrotados del multiusos herculino.
Aunque esta última no deja de ser una lógica simple –durante 40 minutos pueden ocurrir muchas cosas en función de cómo vaya el marcador–, pero con ella en la mano el Leyma habría tumbado al conjunto malagueño de haber estado en su normalidad, pues llegaba a la cita de la cuarta jornada situado en la quinta posición del ránking de la competición, con un 79,7%. Con ese mismo acierto, los de Epi habrían anotado 19 libres. Y acabado el partido con 92 puntos en su casillero.
Sin embargo, estas cábalas no dejan de tener un buen porcentaje de especulación, puesto que el Unicaja también pudo haber apretado más en algunos momentos, especialmente después de alcanzar una máxima renta de 18 puntos, en el tercer periodo (53-71), o cuando se vio ya con los deberes hechos mediado el último (70-85).
Por ello no se puede afirmar que el marcador final hubiese sido 92-90, pero sí que, casi con total seguridad, habría permitido que los naranjas estuviesen mucho más cerca del rival y, también casi con total seguridad, llegar con más opciones de las que llegaron al tramo final del encuentro.
Tras las cuatro primeras fechas del calendario, el Leyma es el único equipo en los 35 partidos disputados (falta por completar el Breogán-La Laguna Tenerife de la segunda jornada, suspendido a causa de la condensación) que ha lanzado en un encuentro por debajo del 50% desde la línea de los 4,60 metros.
El malísimo porcentaje del pasado sábado choca, además, con la fiablidad naranja del pasado. En el histórico curso 2023-24, los de Epi acabaron la fase regular de la LEB Oro con el 76,4% en libres, la tercera mejor marca tras el Tizona (80,6%) y el Estudiantes (77,0%), e igualado con Estela Cantabria.
Sebastian Aris (90.2%) fue el mejor del equipo. Beqa Burjanadze hizo un 74,8% (77 de 103) y Diagne un 58,9% (56 de 95). Ante el Unicaja, el internacional georgiano, que llegó a fallar una serie de tres seguidos, firmó 5 dianas en 9 intentos, mientras que el senegalés presentó un terrible 1 de 7, fallando varios adicionales. Lo paradójico del asunto es que convirtió sus 6 tiros de campo, cierto es que todos desde muchísimo más cerca que la línea del tormento.