Jaworski manda al Leyma de vacaciones

El Leyma Basquet Coruña pagó con la eliminación un mal segundo cuarto, el único del cuarto encuentro de la serie en que estuvo por debajo del Gipuzkoa, que tuvo en un monumental Justin Jaworski a su faro, guía y ejecutor (82-77).

La defensa fue, curiosamente, el mejor activo del grupo de Diego Epifanio en el inicio. Porque el ataque volvió a atascarse en estático. Cuando no entran los triples del rival, el GBC está como cualquiera en el sofá de su casa.

Los puntos naranjas de los primeros minutos llegaron en bandejas o en transición, con Simeunovic desatado y haciendo de todo. Suyos fueron 10 de los 21 tantos del equipo. En el otro lado, Jaworski hizo uno menos de los mismos que registró el cuadro local.

Epi afrontó el segundo con la pareja Alex Hernández-Jakovics, que tan buen resultado le dio en el tercer encuentro. El murciano firmó los primeros 4 puntos del Leyma, los mismos que anotó el Gipuzkoa en los 3 primeros minutos.

Con Jaworski en el banquillo, los locales cargaron el juego en Nurger, y el letón sacó puntos ante un Nwogbo demasiado blando. Con 27-27 en el marcador, Epi ordenó una zona 2-3, que aunque no se tradujo en triples vascos, sí descolocó un poco a los suyos, que además cedieron varios rebotes en su aro. 

Alex Hernández estaba descansando. El parcial sin él en pista fue de 6-0 (33-27). La primera canasta de Galán en estos playoffs y un triple de Filipovic pudieron haber devuelto al Leyma al rebufo, pero el trío arbitral anuló los 3 puntos del croata, con lo que los naranjas cerraron este periodo con 0 de 7 desde el arco y un peligroso déficit de 8 puntos (39-31). Y Simeunovic sentado desde el minuto 7.

Sí valió el triple de Filipovic que abrió el tercer cuarto. Seguido de otro de Lundqvist. A los que contestó de igual manera –pero desde casi 9 metros– Jaworski. En el 6-9 de salida se anotó de 3 en 3 de todas las formas posibles: triple, 2+1 y tiros libres. Los naranjas lanzaron desde el arco 5 veces en los 2 primeros minutos. Y acertaron en tres, una más que en toda la primera parte.

La media en 10 minutos

El Gipuzkoa se encomendó al máximo anotador de la fase regular, con una de media 19.3 puntos, 0.3 menos de los que anotaría en este tercer corte, donde una decisión polémica de los colegiados dio impulso al cuadro donostiarra: triple de Oroz y falta de Aleix Font a Motos. Está vez sí se dio validez a la canasta, que, seguida de dos libres de Jaworski, dio al GBC una nueva máxima (59-50). Todo ello tras un balón de fondo que Ríos, Baena y Martínez dieron por error a los locales.

El leyma sólo pudo recortar 2 puntos al final del tercer acto (65-56). Y ninguno en los primeros minutos del último. La diferencia se mantuvo en tre 8 y 10, hasta que 5 seguidos de Jaworski abrieron un hueco enorme (76-63) con solamente 4:12 por delante. 

Tras tiempo muerto de Epi, los suyos regresaron al parquet con otra cara. Primero fue un parcial de 0-5, que no creció porque Javi Vega erró una bandeja al contraataque. Una falta en ataque de Nwogbo parecía el final del leyma (78-71) a 2 minutos escasos para el final.

Jakovics acertó desde el arco (78-74) lo que había fallado segundos antes Ander Martínez. Luego, Jaworski perdió su único balón en el encuentro y Javi Vega hizo el 78-72 con 1:02 en el reloj.

Pero 20 segundos más tarde Ander Martínez se redimía de su error, acertando desde larga distancia, delante del madrileño. Hasta ese momento llevaba 0 de 4. Otra vez parecía la puntilla. Pero Sollazzo cometió antideportiva al frenar una penetración de Simeunovic. El serbio anotó un solo libre (81-77), y tras el saque de banda él y Barrueta se hicieron un lío y el balón acabó enn la manos de Oroz. 

El base local dio un plus de emoción a los 21 segundos que restaban, al fallar dos veces desde el 4.60. Y Jakovics se la quitó del todo errando desde el arco con 8 segundos en el crono. En el sexto cara a cara entre ambos del curso por fin conseguía ganar el anfitrión. En el peor momento posible para el Leyma.

Una eliminación muy dura. Tras acabar tercero en la regular, con inmejorables sensaciones, y con el factor cancha en estos cuartos de final. Un amargo epílogo para un curso que podría abrir un interrogante en el futuro inmediado de la entidad naranja.