Las joyas del río Mandeo llegan en canoa
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Las joyas del río Mandeo llegan en canoa

Javier Cid y Antón Lagares, del Ría de Betanzos, debutan a nivel internacional en el Europeo júnior
Las joyas del río Mandeo llegan en canoa
Javier Cid (izquierda) y Antón Lagares (derecha), en competiciones de esta temporada con el Ría de Betanzos | cedidas

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Puede que sea herencia de la fuerza de un rey celta como Breogán. O tal vez el secreto de todo esté en la tortilla. “Yo creo que viene del agua del río”, responde Javier Benito, entrenador del Ría de Betanzos, sobre el por qué un pequeño club de la localidad, casi una Galia dentro del piragüismo gallego, no deje de sacar deportistas de éxito, como si el Mandeo fuera la marmita del druida Panoramix en cuyas aguas cayeran de pequeños para crecer grandes y fuertes, casi invencibles. Desde luego parece cosa de meigas. Pero no hay pócima ni fórmula mágica que valga. No es casualidad que en pocos años el equipo brigantino haya sacado no solo a un medallista olímpico como Carlos Arévalo sino hasta seis palistas internacionales más. Los dos últimos en sumarse a la lista son Javier Cid y Antón Lagares, de 17 años y que mañana debutan en el escenario internacional en el Campeonato de Europa júnior que se disputará hasta el domingo en Pitesti (Rumanía) y que también tienen una plaza asegurada en el Campeonato del Mundo de la categoría que será en Montemor-O-Velho (Portugal) del 23 al 27 de este mismo mes.

 

LAGARES
“Es como un reloj, siempre va a los ritmos y en competición es una bestia”


Cid competirá en el C2 1.000 metros junto a Darío Sánchez, con debut este jueves por la mañana a las 09.22 horas en la primera de las dos series (los tres primeros pasan a la final);  y su compañero Lagares lo hará en el C2 500 con Raúl Fernández (1450 horas). Porque las dos nuevas perlas, a diferencia de los anteriores, van en canoa y no en kayak. “Los dos empezaron en kayak, porque en su categoría, la alevín, no se puede hacer canoa todavía”, recuerda Benito sobre sus inicios cuando rondaban los diez años. Pero finalmente tanto uno como otro cambiaron una postura más tradicional, sentados y remando hacia los dos lados, por otra incorporados, con una rodilla al piso y otra flexionada empujando solo por un lateral.

 

Javier Cid y Antu00f3n Lagares
Antón Lagares y Javier Cid


Coincide que los dos nacieron en 2008, el año en el que el gallego David Cal firmó en los Juegos Olímpicos de Pekín su segunda gran hazaña con dos medallas de plata (C1 500 y C1 1.000). Cuatro años antes, en Atenas, había ganado oro y plata y cuatro después, en Londres 2012, añadió otra plata a un palmarés que fue el más laureado del deporte español hasta que le superó el verano pasado en París Saúl Craviotto al colgarse la sexta. Por lo tanto, aún no habían nacido o eran demasiado niños para que el de Hío sea una verdadera influencia. Fue fruto un poco de la casualidad que en el mismo sitio coincidiesen dos de los mejores especialistas de su generación.

 

“Antón se pasó a la canoa a los 13 años y Javi un año después. A ellos les gustaba más y nosotros siempre apoyamos a los deportistas en todo”, cuenta Javier Benito. “Cuando llegaron a cadetes ya fueron campeón y subcampeón de España de 5.000 metros y en C2 también siempre subían al podio”, sigue relatando el entrenador, que no se olvida de Diego Encinas y Lois González, con los que forman un C4 imparable. Y ya este año, el primero como júniors, cada uno tiró para un lado. Antón Lagares entró en el Centro de Alto Rendimiento de Murcia mientras que Javier Cid tiró hacia Pontevedra. “Es una pena que no vayan juntos, desde luego sería histórico para el club, pero los barcos los monta la Federación en función de los resultados individuales. A ver si en el futuro hay esa posibilidad”, dice.

 

CID
“Tiene un genio compitiendo que sorprende porque no se lo ves entrenando”


Porque, confiesa, “tiene pinta” de que tienen muchos años por delante para seguir dominando la especialidad. “Los dos son grandes y fuertes y además están ganando mucha masa muscular”, les describe el técnico brigantino. Aunque también tienen sus diferencias. “Javier se esconde más en los entrenamientos y después llega a la competición y le ves un genio que no sé de dónde lo saca. Me mandaba vídeos desde Pontevedra y su compañero le sacaba tres barcos y después compitiendo llegan a la par”, comenta. “Antón es más como un reloj, siempre va los ritmos que le mandan en los entrenamientos y después en competición también se crece”, sigue. Y aunque uno va en 500 y otro en 1.000 asegura que los dos son “muy completos”: “Son rápidos y van bien en fondo, van bien en todo”.

 

 

Formar deportistas


Su eclosión entronca la historia actual del club con la antigua, en unos años de gloria en el que las primeras medallas a nivel nacional llegaron con las canoas de la mano de gente como Xosé Vales, David Mosquera Petón o David Veiga, actual presidente del Ría de Betanzos y que con 45 años sigue dando batalla en la categoría de veranos. Valores que han ido pasando de generación y generación y que engrandecen la historia de un club que nació en 1983 y navega en su cuarta década en su mejor momento. Y siempre desde la humildad.


“Nosotros no queremos forjar campeones sino deportistas y si de eso salen medallas, mejor. Pero sin quemar demasiado a la base porque no se gana nada”, apunta Benito. “De hecho cuando se van a los centros de alto rendimiento les decimos que aunque allí les exigen resultados, que vayan solo pensando en entrenar y si después no llegan, no es ningún fracaso. A seguir entrenando y a por más”. 

 

"Si Arévalo y su entrenador creen que puede, por qué no le dejan?"

Javier Benito, entrenador del Ría de Betanzos, no solo fue quien, junto a Neftalí Paraje, dirigió las primeras paladas de Carlos Arévalo, sino que como se conocen desde hace dos décadas, han desarrollado una estrecha amistad. Así que no duda a la hora de posicionarse en la polémica que mantiene su paisano y doble medallista olímpico con la Federación Española por la plaza en el K1 200 para el Mundial. “Ya hablé con él y le he dicho que tanto a mí como al club, aunque ya no esté en él (ahora compite por el Fluvial de Lugo), nos tiene para cualquier cosa que necesite”, dice.


Benito, como entrenador que es, tiene claro que hay que escuchar a los técnicos. “Si Miguel García, que es quien está con él todos los días, que le conoce mejor que nadie y que algo sabe de esto, dice que puede compatibilizar tanto el K1 como el K4 sin bajar el rendimiento en ninguno de los dos, es que puede”, asegura. “Y yo también conozco a Carlos y sé que si no se viera para hacerlo, sería el primero en decirlo y en echarse a un lado “, añade el betanceiro. “Si los dos dicen que pueden, ha cumplido con todos los criterios, por qué no le van a dejar?”, reflexiona.


Para él no tiene mucho sentido que después de que Carlos Arévalo ganase el selectivo con “mucha autoridad” ahora le quieran quitar la plaza para dársela a una “persona con menor rendimiento”. Arévalo, de hecho, se colgó el bronce en el Europeo hace dos semanas, misma posición que logró en la Copa del Mundo del mes de mayo en Szeged donde el segundo español, Carlos Garrote, no pasó de la final B.


En 2022 el coruñés fue doble campeón del mundo en estas dos mismas pruebas, el K1 200 y el K4 500, aunque entonces las finales no coincidieron el mismo día. “Hay media hora entre una y otra, pero primero es el K4, la olímpica, que tiene prioridad, por lo tanto no afectaría y yo creo que Carlos, por sus características y por lo rápido que es, si le dejaran trabajar tranquilo, pelearía por las medallas en ambas”, dice.


Pero para eso no tendría que estar perdiendo el tiempo, como ya está pasando en el K4, aún con el selectivo del mes de julio en el aire, ni con esta disputa que tiene su origen en unos criterios de selección que “no hay quien entienda y que se contradicen” y en “un error” admitido por la dirección técnica. 

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