Triplete de platas para el Compañía de María en los Campeonatos de España de esta temporada. Plata en juvenil hace siete días en Gandía. Plata en júnior en la cita disputada este fin de semana como anfitrión en el pabellón de Monte Alto. Y plata a la misma hora pero a prácticamente mil kilómetros, en Vila-seca, del equipo infantil. La factoría de sello CDM se confirmó como una de las mejores canteras del país. Es más, solo le superó el Barça, campeón en las cuatro categorías y su verdugo en las tres finales, incluidas las dos de ayer, que terminaron 1-4 (júnior) y 7-2 (infantil). Pero los coruñeses son los únicos que les pueden mirar a la cara y aguantar el pulso. Y eso es mucho decir. Un club de colegio tuteando al todopoderoso rey del hockey. Un trabajo de una década que lleva años dando recompensas en forma de medallas.
Siempre quedará la duda, además, de qué hubiera pasado si al Compañía le hubiera acompañado tan solo una pizca de suerte. Porque la semana pasada perdió a uno de sus pilares, Kiko García, lesionado en las semifinales de la cita juvenil, que no sólo no pudo disputar la final contra los azulgrana (3-1), sino que también se perdió todo el campeonato júnior. Una baja sensible a la que se sumó ayer otra de última hora para la final júnior, con un inoportuno virus que dejó fuera de juego, por fiebres altas, a Hugo Mareque, otro pilar (y capitán de la selección española sub-17). No se perdió el partido y animó a sus compañeros, pero sentado en una silla... y con mascarilla.
Monte Alto vibró con los suyos. CDM demostró ser ante todo un equipo unido en el que con gran esfuerzo defensivo contuvo el poderío culé. Recibió un gol prácticamente a las primeras de cambio, una buena combinación del poderoso quinteto inicial del Barça culminada por Álex Ortigosa. Pero a partir de ahí se igualaron las fuerzas. Los locales prácticamente no dejaron jugar a un conjunto culé que no estaba cómodo. E intentaba hacer daño a la contra. No llegó así el empate sino en una gran jugada individual del capitán Álex Pérez, que marcó el primer gol al Barça no solo de la final, sino de un campeonato en el que había mantenido su puerta a cero en los cuatro partidos anteriores.
El público se ponía de pie para despedir a los suyos al descanso, reconociendo un esfuerzo que a punto estuvo de tener su recompensa. Desde luego, el Barça necesitó dar lo mejor de sí y no lo tuvo nada fácil, también con un Dany Fuentes, portero local, ofreciendo una exhibición de sus reflejos. Pero en la segunda parte sus individualidades marcaron la diferencia. Adelantó a los azulgrana un tanto de Marc Cáceres, pero fue Álex Ortigosa, demostrando por qué ya debutó con los mayores en la OK Liga, el que inclinó definitivamente la balanza hasta el 1-4 final.
Liceo, cuarto
En Vila-seca, el infantil tuvo más problemas. Ya desde el principio, ya que empezó encajando dos goles en apenas dos minutos, lo que puso la final cuesta arriba desde el arranque por más que los coruñeses se negaran a tirar la toalla y redujeran distancias en dos ocasiones con un Pedro García, que es como una réplica en pequeño de Ignacio Alabart, volviendo a dejar su sello. El 4-2 al descanso daba esperanzas, pero el quinto tanto culé en el inicio de la segunda parte ya fue el golpe definitivo y a partir de ahí llegaron más goles (7-2). Malas noticias allí también para el Liceo, que cedió en la lucha por el bronce frente al Mataró por un ajustado 2-3, quedándose a las puertas del podio, pero confirmando que la cantera verdiblanca está recuperando el estatus perdido en los últimos años.
El rendimiento del CDM es casi inmejorable. Si ya la temporada pasada dejó el listón alto con tres bronces, en esta lo ha vuelto a elevar con las tres platas. Solo falló en alevín, donde fue el Liceo el encargado de dar un paso al frente y defender el honor del hockey gallego al subir al podio con un bronce. Cuatro medallas, además de un cuarto puesto (Liceo infantil), un quinto (Ordes júnior) y un sexto (Dominicos alevín), balance final.
