Athenea del Castillo: “No me gustan las comparaciones entre el masculino y el femenino”
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Athenea del Castillo: “No me gustan las comparaciones entre el masculino y el femenino”

Athenea del Castillo: “No me gustan las comparaciones entre el masculino y el femenino”
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Se ha acostumbrado a firmar camisetas y a recibir cientos de notificaciones en su teléfono móvil. Esta semana es más agitada de lo habitual porque el domingo marcó su primer gol con el Deportivo Abanca en una jugada maradoniana que ha dado la vuelta al mundillo del fútbol femenino. Athenea del Castillo Beivide (24 de octubre del 2000 – Solares, Cantabria) no deja a nadie indiferente. En verano protagonizó el culebrón del mercado y desde que viste la blanquiazul no defrauda. Eléctrica, vertical y descarada, fuera del campo sonríe mucho y habla tan rápido como juega. Es un torbellino.

¿Qué te parecen las comparaciones con Messi?

Sinceramente me sorprende porque Messi es uno de los mejores jugadores del mundo, aunque personalmente no me gustan las comparaciones entre masculino y femenino. A un chico nunca lo van a comparar con una chica, ¿por qué a una chica con un chico sí?

¿Cómo recuerdas la jugada del gol?

Me fijé que Rosita Márquez (Betis) estaba de espaldas y presionada por una compañera, entonces fui por detrás y le robé el balón. A raíz de ahí, encaré y me encontré con una defensa, eché el balón a un lado y luego me salió otra. Recordé que, viendo los vídeos, analizamos que es bastante lenta y le cuesta mucho girar. Amagué hacia fuera y, al ser diestra, igual se pensaban que me iba a ir por la derecha, pero me fui para dentro, vi el desmarque de Peke, que arrastró a otra jugadora, hice otro control, le pegué con la izquierda y acabó dentro.

Es tu primer tanto con el Depor en Primera y lo celebraste con un grito, ¿rabia o liberación?

Lo celebré con muchas ganas por ser el primero con la camiseta del Depor, pero no era rabia ni ansiedad, ni muchísimo menos. A veces molesta no marcar, pero las cosas me estaban saliendo bien y sabía que el gol iba a llegar tarde o temprano.

¿Dedicatoria especial?

Me acordé de mi familia y de la gente que me ha estado apoyando estos últimos meses aquí, especialmente María (Méndez) y los amigos que he hecho y me han animado cuando me faltaba el gol. Siempre han confiado en mí.

Nueva victoria y 30 puntos, Manu Sánchez da por zanjada la permanencia, ¿cuál es el próximo objetivo?

El equipo no tiene techo ni un objetivo claro. Somos jugadoras jóvenes, la mayoría nuevas en Primera y tenemos que seguir partido a partido para coger experiencia y madurar, sumar de tres en tres y acabar lo más arriba posible.

¿Imaginabas un debut tan idílico en Primera?

No me esperaba llegar aquí tan arriba. Me acuerdo de cuando nos metieron un 1-5 en el Teresa Herrera y, si me paro a pensarlo, digo: “madre de dios, ¿dónde nos hemos metido”.

Además del toque de atención contra el Granadilla en Riazor, ¿cuáles son las claves del éxito?

Trabajo y más trabajo. Lucía (Piñeiro, preparadora física del Depor) nos mete mucha caña desde aquel partido para ir cogiendo el ritmo que necesitamos en esta categoría. es una preparadora ‘top’ y de las mejores con las que he trabajado. Jugar en Primera es un sueño cumplido y sabemos desde el principio que, o apretamos o nos vamos de esta categoría. La unión y la ilusión también son importantes.

Tenía más ofertas, pero el Depor llevaba dos años intentando ficharme

¿Qué diferencias te has encontrado en el salto de Segunda a Primera?

El ritmo y la calidad de las jugadoras, sobre todo. Y los campos: pasamos de jugar la mayoría de partidos en césped sintético a hacerlo en natural. Hace un año estaba viendo por la tele a las jugadoras del Barça o del Atlético y ahora estoy jugando contra ellas. Es increíble.

¿Y cuáles son los principales cambios entre el Racing y el Depor?

Aquí tenemos unas instalaciones muy buenas y más medios a nuestra disposición. Los trabajadores del club me ayudan en todo desde el primer día: técnicos, médicos, fisios…

¿Por qué elegiste el Depor? 

Tenía más ofertas de Primera, pero esta era una de las que más me gustaba porque el Depor llevaba dos años intentando ficharme. Cuando estábamos en Segunda todavía era una cría, tenía 16 años y cuando recibí la llamada del Depor prefería esperar, como le dije a Pablo (Pereiro, directivo blanquiazul responsable de la sección femenina). Cuando ascendió a Primera no tenía ninguna duda de que quería estar aquí. Conocía a Teresa, iba a venir María y el grupo era bastante joven. Sabía que con jugadoras de mi edad iba a congeniar mejor.

¿Cómo fue tu salida?

Yo le comuniqué al Racing que quería cumplir mi sueño de jugar en Primera, pero que no iba a negociar hasta terminar la temporada. Una vez terminada y cuando el Depor ascendió me dijeron que no iba a tener ningún problema, que se arreglaría todo a la vuelta del Europeo y justo cuando llegué se complicó todo.

¿Cómo te sentó?

Después de seis años compartiendo momentos con la misma gente y con la misma directiva, a los que consideraba parte de mi familia, me molestó, pero no quiero tener más problemas y no tengo nada que reprocharles. Perdonar es de sabios.

La delantera, en un partido de esta temporada | Foto: La Liga

¿Te afectó en el Europeo?

En un Europeo no podía tener la cabeza en otro sitio y debía estar centrada al máximo para competir. Hay que saber diferenciar los momentos para estar a una cosa o a la otra.

¿Eres consciente del interés de otros equipos?

Sé que ha habido llamadas. Mi representante habla con mis padres, pero no me suelen decir de qué equipos son las ofertas. Yo les he dicho que estoy muy a gusto y feliz en A Coruña y también se lo he comunicado a Pablo.

¿Te gustaría continuar en el Deportivo?

Estoy feliz y quiero seguir aquí, pero hay que hablar ciertas cosas y lo haremos al final de la temporada.

¿Te ha sorprendido la respuesta del público en Abegondo?

La afición siempre responde de diez, incluso el último partido, pese a que el primer equipo masculino jugaba justo antes en Riazor. Nunca había tenido la oportunidad de jugar delante de tanto público local y es un plus para nosotras.

¿Para cuándo un partido en Riazor?

Jugar en Riazor sería otro sueño más, es un estadio precioso y hay espacio para muchísima gente. Para abrir las puertas y que no vaya gente suficiente es mejor jugar en un Abegondo lleno, nuestro fortín y nuestra casa, donde estamos muy cómodas.

Estoy muy a gusto y feliz en A Coruña, quiero seguir, pero hay que hablar ciertas cosas 

El equipo masculino ha arrancado por fin, ¿te preocupaba su situación deportiva?

Claro. No es lo mismo tener al equipo masculino en Segunda que en Primera y, mucho menos, en Segunda B. Es el que genera más dinero en el club y tira de nosotras. Ahora está yendo mucho mejor y esperemos que siga así.

¿Cómo te encuentras en la ciudad?

A Coruña es bastante parecida a Santander, con frío y lluvia, aunque con mucho más viento. Me gusta pasear por la playa cuando hace bueno y también por la Torre.

Es la primera vez vives lejos de tu casa.

Al principio fue un poco duro porque estaba acostumbrada a estar todos los días con mis padres y, sobre todo, con mi exequipo después de seis años compartiendo muchos momentos las mismas compañeras. Aquí me he adaptado rápido y estoy súper contenta. Mis padres vienen a verme todos los fines de semana que jugamos en casa y cuando tengo un finde libre intento volver a casa.

¿Cómo recuerdas tus inicios en el fútbol?

Empecé a los ocho años en un equipo de chicos y me motivaba jugar contra ellos. Recuerdo cuando ya estaba en el Ave Fénix, con un equipo de chicas, que le ganamos a uno masculino y, desde la grada, escuchamos el típico comentario de “las mujeres, a la cocina”. No nos gustó, pero un señor salió a defendernos.

Desde entonces ha cambiado mucho la situación.

No era nada parecido, ahora televisan casi cada partido de Primera, los medios nos prestan mucha más atención… y esto debería ser lo normal. Cada vez más niñas juegan al fútbol y más equipos crean canteras de femenino.

Manu me mete mucha caña para que no me relaje
La futbolista cántabra asume con naturalidad todo lo que le está pasando y reconoce que su familia, sus amigos y el técnico Manu Sánchez le mantienen alerta para que no le vaya la cabeza. En el Depor ocupa una posición que es nueva para ella.

El impacto que ha tenido el Depor es brutal en la ciudad, el conjunto del fútbol femenino y, sobre todo, en las redes sociales, ¿cómo llevas la sobreexposición mediática?

Lo llevo bastante bien. Me gusta que me reconozcan lo que hago, pero tengo los pies en la tierra. Soy una chica de 19 años y no me puedo creer más que nadie

¿Quién te pone los pies en la tierra?

Mis padres, sobre todo, y Manu. “Espabila, Athenea”, es una de las frases que más repite.

Manu declaró en una entrevista para este diario que hay mucho trabajo individualizado contigo.

Es un entrenador que se para varias veces a hablar conmigo, en los entrenamientos o en las sesiones de vídeo y que siempre me dice las cosas claras. Me mete mucha caña para que no me relaje y es algo que le agradezco.

¿Cómo te has adaptado a tu nueva posición y al estilo de juego del Depor?

En el Racing y en la selección jugaba en la banda izquierda y aquí lo hago en punta. Al principio me costó un poco adaptarme porque no estaba acostumbrada a jugar tanto de espaldas. Antes recibía de cara y orientada para poder encarar, ahora tengo que aguantar más el balón, girar… Tengo mucho que mejorar y trabajo para que así sea.

Jugar un Mundial es el sueño de cualquier futbolista

Campeona de Europa sub-19 en 2018 y semifinalista la pasada temporada junto a sus compañeras Teresa Abelleira y María Méndez, Athenea apunta este año al Mundial sub-20, uno de sus grandes objetivos. A largo plazo sueña con llegar a vestir la camiseta de la absoluta.

El próximo agosto se disputa la Copa del Mundo sub-20 en Panamá y Costa Rica y tú eres una de las habituales en las últimas convocatorias de la selección.

Jugar un Mundial es el sueño de cualquier futbolista y entrar en la lista es un objetivo para mí. Nada me haría más feliz y por eso trabajo para conseguirlo.

Eres una de las 20 o 23 jugadoras de tu edad seleccionadas para representar a un país, ¿te consideras una elegida?

Recibir la llamada de una selección no me señala. El entrenador cree que yo aporto cosas que necesita el equipo, pero eso no quiere decir que sea mucho mejor que otras jugadoras muy buenas que no están ahí. Cada llamada la recibo con la misma ilusión que la primera. 

La sub-20 es el último paso antes de la absoluta, con permiso de la promesas.

Me encantaría jugar algún día y compartir los momentos que he vivido en las inferiores también en la absoluta, pero todavía queda un poco lejos y por el medio está la promesas. Es un objetivo más a largo plazo. 

Una futbolista que está haciendo méritos para jugar en la absoluta o en la promesas es Peke, tu compañera en la delantera. ¿Qué tal te entiendes con ella?

Tengo muy buena relación con Peke. Es más veterana, me ayuda en todo lo que puede y me da muchos consejos.

¿Y con Nuria, tu compañera de piso y socia cuando caes a la banda izquierda?

Nuria tiene una zurda envidiable y me pone esos balones a la espalda de la defensa que tanto daño hacen a los rivales.

¿Cuánto hay de trabajo en esas acciones y cuánto de intuición?

Son automatismos que están muy trabajados, pero que ya nos salen solos. Somos compañeras de piso y tenemos muy buena conexión.

Ya conocías a varias jugadoras de la plantilla, ¿cuál es la que más te ha impactado?

Iris, con muchísima diferencia. Me parece una jugadora muy completa, una todoterreno, que está siempre donde hace falta y habla cuando tiene que hablar…

¿Y tu confidente en el vestuario?

María Méndez. Desde que llegué aquí nos llevamos muy bien, tenemos amigas en común y es un poco como yo.

Athenea del Castillo: “No me gustan las comparaciones entre el masculino y el femenino”

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