El neerlandés Max Verstappen, líder del Mundial de Fórmula Uno, sale primero este domingo en el Gran Premio de Australia, el tercero del año, en el circuito Albert Park de Melbourne; donde el español Carlos Sainz (Ferrari) -apenas dos semanas después de haber sido operado de una apendicitis- arrancará junto a él desde la primera fila; y el mexicano Sergio Pérez, el otro Red Bull, lo hará desde el tercer puesto.
Verstappen, de 26 años, firmó su trigésima quinta 'pole' en la F1, la tercera del año, al dominar la calificación disputada este viernes, en cuya tercera y decisiva ronda (Q3) cubrió los 5.278 metros de la pista de Melbourne en un minuto, 15 segundos y 915 milésimas, 270 menos que Sainz y con 359 de ventaja sobre su compañero 'Checo'. El otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso, que dañó algo el suelo de su Aston Martin en el primer intento del acto decisivo, arrancará décimo en Albert Park; una pista en la que en 2006 -cuando revalidó título- logró una de sus 32 victorias en la categoría reina.
'Mad Max' suma y sigue. Su condición de insaciable hace tiempo que ya no es noticia. Pero el vencedor moral de la jornada fue, sin duda, Sainz, que se perdió la última carrera, en Arabia Saudí, a causa de la citada apendicitis. Y que este sábado, después de liderar las tablas de tiempos en la primera y en la segunda ronda de la cronometrada principal, cedió 27 centésimas en la decisiva Q3 ante el triple campeón del mundo -su primer compañero en la F1, allá por 2015-; y apuntará a su tercera victoria en la categoría reina desde la segunda plaza en parrilla.
"Me sentí bien. Es imposible estar al cien por cien, después de haber estado siete o diez días en cama. Pero hoy no sentí dolor, sólo algunas molestias; y pude tirar a fondo", explicaría poco después. durante la rueda de prensa oficial de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) que tuvo lugar este sábado en Albert Park, el talentoso piloto madrileño. En 'Down Under'. Recién operado. Tras afrontar el viaje más largo de todos. Y gestionando, al mismo tiempo, el tremendo 'jet lag' derivado del cambio horario.
Si los Ferrari le habían hecho un sandwich a Verstappen en los entrenamientos del viernes, esta vez Red Bull hizo lo propio con Sainz: 'Checo' -seis veces victorioso y con 37 podios en F1-, saldrá tercero, desde la segunda fila. En la que lo acompañará el inglés Lando Norris (McLaren), cuarto en la calificación.
Por detrás de ellos, en la tercera hilera, lo harán el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) -quinto este sábado- y el otro McLaren, el del australiano Oscar Piastri. Alonso partirá desde la quinta fila, al lado de su compañero, el canadiense Lance Stroll, noveno en la cronometrada principal.
Leclerc, que había sido el más veloz en los libres del viernes, había vuelto a marcar el mejor tiempo por la mañana, en el tercer y último ensayo; en el que, al igual que en el segundo -en el que todos habían logrado sus vueltas rápidas en la primera jornada del Gran Premio- los dos pilotos de Ferrari le hicieron el citado emparedado a Verstappen. Con los tiempos mucho más apretados, eso sí: en siete centésimas los tres.
El monegasco (1:16.714) había mejorado en 20 milésimas al súper-depredador neerlandés -que había salido primero tanto en Baréin, como en Arabia Saudí- y en 77 a Carlos. En una última sesión libre en la que ya no participó el estadounidense Logan Sargeant, que -al no tener un tercer chasis disponible en Melbourne- fue invitado por su escudería a cederle el Williams al tailandés Alex Albon, que había sido quien había destrozado el suyo durante el primer entrenamiento.
Alonso -que el viernes había sido quinto- firmó el sexto crono del último ensayo -a 283 milésimas de Leclerc-, justo por delante de 'Checo', al que había mejorado en apenas 17 milésimas; y por detrás de los ingleses de Mercedes: Lewis Hamilton -a 92 milésimas de Leclerc- y George Russell -a 17 centésimas del piloto de la Costa Azul- parecían presentarse a la puja por la 'pole'. Algo que, más tarde, quedó claro que ni de lejos iba a ser así.
Se presumía fundamental colocar en la temperatura a adecuada para el momento preciso los neumáticos -en Australia se rueda en seco con la gama de compuestos más blanda (C3, C4 y C5-), en una calificación que -al igual que los libres- estuvo marcada por el viento. Y en la que, en el último instante, apareció de nuevo Verstappen, que anteriormente no había liderado ninguna tabla de tiempos en este Gran Premio.
El australiano Daniel Ricciardo (RB) y el francés Pierre Gasly (Alpine) quedaron eliminados en la primera ronda (Q1), en la que Sainz marcó el mejor tiempo (1:16.731), con 74 milésimas de ventaja sobre Pérez y 88 sobre Verstappen. Con Alonso quinto, a 26 centésimas.
Hamilton había protagonizado el bombazo informativo de la pretemporada, al anunciar que el año próximo será -con 40 años- piloto de Ferrari, que lo mismo en algún momento acabará preguntándose por qué decidió prescindir de Sainz. Pero el séptuple campeón mundial no está brillando tanto en pista. Y, después de marcar el viernes el decimoctavo tiempo en los libres;,este sábado fue el más egregio eliminado en la Q2. En la que Carlos volvió a ser el más rápido, aunque Verstappen ya avisaba con el segundo tiempo, a 98 milésimas.
Leclerc pasó a la decisiva Q3 con el tercer crono. 'Checo' lo hizo con el quinto; y Alonso -en una segunda juventud con 42 años- entró a la ronda de los mejores diez con el séptimo.
Desde la óptica española, a un heroico Sainz -a quien no hay cicatriz que le moleste, por grande que sea- le salió cara. A Alonso, cruz; en una calificación que Aston Martin 'sacrificó' en aras de intentar minimizar la presumible alta degradación en la carrera de este domingo.
Una prueba prevista a 58 vueltas, para completar un recorrido de 306 kilómetros, que Russell afrontará séptimo, en cuarta fila, al lado del japonés Yuki Tsunoda, el otro piloto de RB, o de Visa Cash: el equipo nodriza de Red Bull. La potente escudería austriaca, que, con el mejor ritmo en tandas largas, quiere olvidarse cuanto antes de sus guerras internas e intentará aguarle la fiesta a Sainz con el que -después de los logrados en Baréin y Arabia- sería su tercer 'doblete' seguido. Por primera vez en su corta pero muy brillante historia.