Iago Caamaño: "Nos parecía muy osado ganar el rali"
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Iago Caamaño: "Nos parecía muy osado ganar el rali"

Iago Caamaño: "Nos parecía muy osado ganar el rali"
Iago Caamaño se tomó un año sabático después de un par de temporadas donde no consiguió mostrar su mejor versión | Nacho Carballeira

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El mundo del automovilismo gallego está de alegría. Uno de sus grandes pilotos, Iago Caamaño (4 de abril de 1977, Culleredo), ha regresado a la competición tras un año de parón. 


Después de dos años duros, donde él afirma que no sentía a gusto por cómo estaban yendo las cosas, decidió “dar un paso atrás para respirar y coger impulso” y así volver con más fuerza al mundo de los ralis.


Sin duda, esa decisión fue acertada, pues su regreso fue con la victoria en el Rally de la Mencía, algo que el piloto de Culleredo no se esperaba, ya que solo iba a retomar sensaciones y hacer kilómetros.


Sin embargo, la suerte y sus méritos, hicieron que sus rivales y amigos, Iván Ares y Alberto Otero abandonasen y le dejasen la victoria en bandeja.

 

¿Cómo te sentiste en tu regreso a la competición?
Me sentí muy contento por volver a correr, que es mi gran pasión.

 

Además, no pudo ser de mejor forma, con una victoria en la Mencía.
Claro, tuve mucha ilusión por volver a las carreras. Tenía muchas ganas y estaba muy motivado. También es cierto que tenía incertidumbre por saber dónde iba a estar después de tanto tiempo parado, porque eso siempre pasa factura.

 

¿Te pareció un rali exigente después de tanto tiempo parado?
No, porque físicamente estoy bien preparado.

 

¿Confiabas en ganar?
Yo iba a retomar sensaciones y a hacer kilómetros. En ningún momento fui con la intención de ganar. De hecho, habiendo ganado, estoy muy lejos de poder ganar. Mi ritmo era muy lento como para poder hacerlo.

Al final, por méritos tuyos y abandonos del rival, se dio la victoria.


Está claro que para ganar hay que llegar hasta el final, pero claro, si Iván (Ares) no hubiese abandonado igual que Alberto Otero, pues yo no les hubiese ganado ni de broma.

 

Sorprendió un poco que decidiseses parar de correr, de un día para otro, ¿a qué se debió ese pausa?
El parón se dio por varias circunstancias. La primera, es que me equivoqué al vender el primer Ford. De hecho, con el Ford que corrió Alberto Otero era nuestro y fue con el que perdí el Rally de A Coruña por una décima. Entonces, esa décima me pasó factura aunque creía que no lo iba a hacer. Después de eso, vendí el coche y creí que lo suyo era correr con el Citröen. Al meterme en el equipo de los portugueses, de Sports&You, tenía mucha ilusión, pero no funcionó nada. Ni el coche ni los set-ups y pasé dos años, entre la décima y los dos años que hice con ellos, el 20 y el 21, con carreras malas. 


El coche, para mí, no funcionaba y me acabaron por hundir la ilusión, las ganas de correr y de sacrificar tanto de mi vida personal para las carreras para que luego todo salga mal y no vengan los resultados. Además, aún por encima, gastas dinero y te juegas el pellejo y no ves la recompensa. Entonces dije: me tomé un año sabático, voy a disfrutar de mi familia y de mis amigos. Fue uno de los motivos para coger oxígeno, dar un paso atrás y coger impulso.

 

Durante ese año sabático, ¿te planteaste retirarte definitivamente?
Nunca. No se me llegó a pasar por la cabeza. Sabía que, tarde o temporano, iba a volver.

 

Al volver a correr con el Ford, ¿era una forma de recuperar esa ilusión y esas sensaciones perdidas?
No, es así del todo. Hay un tema fiscal. Nosotros teníamos comprado el Ford en el 2019 pero, Ford nos lo iba a entregar en abril del 2020. Entonces, no nos iba a llegar ni para el Rally da Coruña ni para el Rally de Noia. Ahí surgió la opción de comprar el coche a Luis Monzón, que no lo había estrenado, y estaba en Cantabria por lo que era una entrega inmediata. Entonces, compramos el de Monzón, pero ya habíamos pagado la reserva del Ford. Fiscalmente, teníamos un dinero de reserva del coche que teníamos dos opciones: o nos lo devolvían a modo de piezas o comprábamos un coche. Nosotros no queríamos comprar piezas para nada y acabamos comprando el coche.

 

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Iago Caamaño  no correrá ningún campeonato completo | Nacho Carballeira

 

¿Te sentiste cómodo al volverá subirte al Ford?
Sí, porque después de haber probado, en los últimos tres años, el Volkswagen Polo, el coche de Iván y también probé, en Portugal, el Hyundai del equipo oficial y correr con el Citröen… Al final, probé, prácticamente, todos los R5 que hay y realmente, yo cuando corría con el Ford Fiesta Evo2, este último con el que tenía Alberto Otero, me sentí espectacular. Me pasó lo mismo con el Evo 1, que aún lo tenemos en casa y habíamos corrido el rali de tierra de Curtis hace dos años. 


A mi el Ford me encanta. Pienso que se adapta increíble a mi forma de conducir y yo voy muy cómodo en él.

 

Viendo el éxito cosechado, ¿te planteas hacer el Campeonato Gallego o el nacional?
No, no planteo nada. No voy a hacer ningún campeonato. Volviendo al año pasado, que fue un año sabático deportivamente hablando y disfrutar de mi familia, de mis hijos y de mis amigos, no quiero volver ahora a las carreras y volver a estar, otra vez, sin mi vida privada. Vamos a hacer las carreras que surjan y nos apetezcan, siempre que nos encajen dentro de nuestra agenda de amigos y familia.

 

¿En esa agenda ya tienes alguna prueba marcada?
La verdad es que no. Como te dije, lo que vaya surgiendo. Por ejemplo, ahora estaba con mi hijo y me dijo: Papá, ¿cuándo es el siguiente rali? Y yo no lo sabía. Si nos encaja el Rally da Coruña, pues iremos si no, no.

 

Entonces, ¿correrás para pasarlo bien?
Exactamente. Solo voy a hacer carreras que me encajen, apetezcan y me satisfagan. No voy a seguir el Campeonato Gallego porque, una, creo que aún no hay calendario definitivo. Y la otra razón es porque me parece un insulto que un campeonato regional haya once pruebas. Eso, en Galicia, son 22 fines de semana porque tienes que ir el fin de semana anterior a hacer el reconocimiento para correr el siguiente. Al siguiente más, tienes que ir a limpiar, recuperar y revisar el coche. Entonces, ya no estamos hablando de 11 fines de semana sino de 33. 


En España, profesionales del automovilismo, están Fernando Alonso, Dani Sordo, Carlos Sainz Padre y Carlos Sainz hijo. Todos los demás somos aficionados. Que unos ganen dinero y otros menos, vale, pero no hay profesionales. Me parece que es un auténtica locura y despropósito.

 

¿Hay algo más que disgusta de la competición actual?
Bueno, a mí, antes no me disgustaba. El Campeonato Gallego, antes, me parecía super atractivo, interesante y competitivo. En un campeonato regional te diría que hasta ocho pruebas si que estaría bien, pero once me parece una auténtica locura. Ya no solo por el coste, que es desmesurado, sino por el tiempo que te lleva hacer las carreras.

 

¿Tenemos Iago Caamaño para rato?
Sí, los ralis son mi gran pasión. Mis padres corrían, yo corro y mi hijo quiere empezar. A mí, las carreras me gustan muchísimo pero las quiero hacer disfrutando, no condicionado a seguir un campeonato o seguir una obligación de tener que ir.

 

¿Cuál es tu mejor momento como piloto de ralis?
Sin ninguna duda, la temporada 18/19.

 

¿Y el peor?
Los dos últimos años, seguramente, fueron los peores de todos.

 

¿Te planteas dar el paso a ser un mentor para las nuevas generaciones?
No, porque muy competitivo y quiero mantener algunos secretos (risas). Mi hijo y yo, ahora compramos un carcross e hicimos el máster de Arteixo, y vamos a compartirlo pero en eventos privados. Yo para seguir teniendo ritmo en el rali y él para que se desfogue un poco, que quite la adrenalina. Él se acaba de sacar el carnet hacer poco y prefiero que corra en el circuito y no en la carretera.

 

¿Qué coche le darías a tu hijo?
Le daría un R2. Un coche con cambio secuencial, una buena suspensión, que no corren mucho. Eso sería para que probase un coche de rali, para lo otro ya tiene el carcross.

 

¿Cuál es la clave para triunfar como tú lo has hecho y sigues haciendo?
Trabajar mucho y dedicarle mucho tiempo a las carreras. Hay que entrenar físicamente, hay que tener mano con el coche, hacer muchos kilómetros en el coche de carreras para sentirlo parte de cuerpo… Pero, no hay ningún secreto, solo trabajar duro. Para mí, la victoria del pasado fin de semana es un espejismo en un desierto. Si Iván y Alberto no hubiesen abandonado, nosotros hubiésemos hecho terceros o cuartos. Eso sí, hay que llegar con el coche hasta la meta para ganar. 


Lo único, es que, dentro de diez años, se recordará que Iago Caamaño ganó el Rally de la Mencía. Pero siendo objetivo y sincero, la victoria, en primer término, estaba decantada para Iván porque era el mejor piloto, con muchísima diferencia, que había en el rali, pero tuvo esa rotura en el cambio. Después, Alberto Otero hizo un rali de diez porque no falló en ningún tramo e iba ganándolos. A nosotros, que fuimos buscar sensaciones, ritmo y sentir el coche que estábamos estrenando, nos parecía muy osado ganar el rali.


Por eso, como te decía, ahora queda seguir trabajando, hacer test si quiero hacer algo importante a medio-corto plazo. Tengo que sentir el coche muy por la mano. Tengo que coger el ritmo de carrera que tenía en el 18 y en el 19. Recuperar esa confianza y estar seguro de nosotros mismos de ir hasta una curva a fondo, llegar y levantar poco antes. Eso se consigue con kilómetros.

 

¿Te queda algún sueño por cumplir?
Me quedan miles por cumplir. Cuando cumplo el último que creía que tenía, siempre surge uno nuevo. La ilusión nunca se pierde.

 

Un deseo para este año.
Disfrutar. Que salgan las cosas bien y que el equipo disfrute de lo que vayamos cosechando. Pero, sobre todo, el objetivo es intentar coger el ritmo que teníamos en el 18 o el 19, o incluso más porque ahora, los pilotos, corren más.
 

Iago Caamaño: "Nos parecía muy osado ganar el rali"

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