Fernando Alonso (Aston Martin) buscará este fin de semana su victoria 33 en la F1 en el Gran Premio de España, ante su afición y en el escenario de su 32º y hasta ahora último triunfo en la categoría reina –hace ya más de 10 años-, coincidiendo, además, con la 33ª vez que la prueba se dispute en el circuito de Montmeló.
El doble campeón del mundo asturiano se ha convertido en la gran sensación del arranque de una temporada en la que, con 5 podios en las primeras 6 carreras, es el único que le ha hecho frente a los muy dominantes Red Bull. Escudería para la que Max Verstappen lidera el campeonato con 144 puntos, 39 más que su compañero, Sergio Pérez; y con 51 de ventaja sobre el ovetense.
Alonso arrancó el curso con 3 podios seguidos: al concluir tercero en Bahrein, Arabia Saudí y Australia. Firmó su peor resultado al acabar cuarto en Azerbaiyán, y volvió a concluir tercero en Miami. La pasada semana, en Mónaco, subió al segundo escalón del podio.
El salto cualitativo dado en las calles del principado le acerca aún más a la 33: la cifra que desde hace meses marca tendencia en la F1. Un triunfo que podría llegar este domingo, ante su propio público; que también animará a Carlos Sainz (Ferrari), sexto en el certamen y que no ha tenido el arranque de temporada deseado; pero que no renunciará a lograr en Montmeló su primer podio del curso.
El GP de España, que se disputará por quincuagésima segunda vez, pero desde 1991 tiene fijada su sede en Montmeló. La historia de amor entre Alonso –2 victorias y 6 podios en la pista barcelonesa– y Montmeló viene de lejos. Porque Fernando debutó en la F1 en 2001. Y ese año ya acabó decimotercero, con el peor coche de la parrilla. Tras pasar un año como probador, en cuanto en 2003 le dieron el volante del Renault, Alonso empezó a marcar hitos: el podio más joven de la historia (en Malasia).
En 2005, el año de su primer título, Alonso llegó líder a Montmeló, tras ganar 3 de las 4 primeras carreras. Y salió con el liderato reforzado, tras acabar segundo, por detrás del finlandés Kimi Raikkonen.
Después de arrebatarle el récord al brasileño Emerson Fittipaldi y convertirse ese curso –con 24 años– en el entonces más joven campeón del mundo, el genial piloto asturiano revalidó título en 2006: el año en el que obtuvo su primera victoria en Montmeló.
El 12 de mayo de 2013 logró, en el propio circuito barcelonés, la que hasta la fecha es su última victoria en la 1. Rompiendo otro molde al ganar saliendo desde la quinta plaza.
Este año Alonso ha recuperado la sonrisa, cada vez más brillante, en un equipo que no sólo le ofrece respeto, sino que lo adora; y con un coche que le garantiza, al menos, podios. Con el que el siguiente paso a dar es la victoria. La 33. Que puede llegar en el sitio de la 32. Que celebra este fin de semana su edición 33. Aunque el principal problema para la tan ansiada ‘33’ es, precisamente, el ‘33’: el que lleva, en su casi invencible monoplaza, Verstappen. De 25 años. Que en Mónaco logró su trigésima novena victoria en la F1. Y que en Montmeló tiene intención de cantar las cuarenta.
