La zancada del delantero Chris Ramos, cedido por el Valladolid al Lugo, ha dado goles y puntos al conjunto gallego en las últimas jornadas de la Segunda División, en la que todavía no ha sido titular.
El espigado futbolista gaditano, que ya había debutado en la categoría de plata estatal y también en la Primera División con el Valladolid, ha explotado su 1,93 metros de altura y su velocidad al contragolpe y se ha convertido en un revulsivo para su equipo, que ha recurrido a él en los últimos minutos de los encuentros.
Intentar sorprender
El pasado sábado ante el Albacete fue la apuesta de su entrenador, Mehdi Nafti, para intentar sorprender al equipo manchego, que jugaba en superioridad tras la expulsión del lateral Eduard Campabadal.
De sus botas surgieron varias asistencias a sus compañeros de ataque, Manu Barreiro y Cristian Herrera, y provocó el penalti que dio al equipo los tres puntos.
El técnico aplaudió su actuación, pero también hizo hincapié en sus puntos débiles, la razón por la que no ha tenido protagonismo como titular.
“Sabemos las cualidades de Chris. Cuanto más le liberamos de tareas tácticas, más rendimiento nos da. Está verde, tiene capacidad para entender mejor el juego, pero tiene unas condiciones de velocidad tremenda. Sabía que el rival nos iba a dejar contras y sabemos que en ese sentido Chris es letal”, justificó el preparador.
Ramos ha disputado ocho encuentros con el Lugo, todos saliendo desde el banquillo. Debutó en el último partido de Juanfran García como entrenador (jugó seis minutos) y ha participado en los siete que lleva Nafti. Totaliza 132 minutos.
En ese tiempo, ha marcado dos goles, uno ante el Girona (3-0) y otro ante el UD Logroñés (2-3), ha dado una asistencia de gol en el partido con el Tenerife (1-1), que sirvió para rescatar un punto, con diez, en el descuento, y ja provocado el penalti con el Albacete (1-0).
