El atacante argentino Lucas Ocampos se despidió este martes entre lágrimas como futbolista del Sevilla, tras su traspaso al Rayados de Monterrey, y con la sensación de haber "vivido en algo que es más que un club" y de que sus cinco años en la capital andaluza han supuesto "más que un simple paso por una institución".
Ocampos, acompañado por su esposa y sus dos hijas, dijo en el antepalco del Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán que se marcha "siendo sevillista para toda" su "vida" al haber experimentado durante su etapa en el club hispalense "momentos que nunca" borrará "de la cabeza, momentos buenos y malos, como el actual".
En relación a la situación actual del equipo con el que ha jugado 208 partidos, con 44 goles y 22 asistencias, desde su llegada en 2019, el internacional con la Albiceleste aconsejó "estar unidos" y pidió "confianza a la gente" porque está "seguro de que los jugadores revertirán esta situación", para lo que también tiene "confianza plena en el entrenador", Xavi García Pimienta.
El polivalente jugador argentino, quien llegó procedente del Olympique de Marsella, resaltó que sabe, por estar "dentro del vestuario, quién lidera y quién no" en el actual Sevilla y aseguró que "la gente que está tiene personalidad y tirará del carro para que esto no se hunda" a pesar del mal comienzo de temporada.
El extremo, ganador de dos trofeos de la Liga de Europa con el Sevilla (2020 y 2023), consideró que, "con 30 años, salió la opción de Rayados" y que su traspaso también sirve para "dejar algo" de dinero en las arcas del club cuando se encara su última campaña de contrato, ya que quería "salir bien" de la entidad.
Explicó, además, que se marcha a México "para seguir compitiendo" en lo que ha sido "una decisión familiar y personal", de la que precisó que ha dejado a "todas las partes contentas, aunque no fue fácil".
"Me siento orgulloso de todos los que forman este club. Me despido después de cinco años en un club que ha sido una familia. No puedo expresar con palabras lo difícil de manifestar estas palabras. Le agradezco a Monchi haber apostado por mí, a todos los entrenadores; a Mendilibar por devolverme la sonrisa tras unos meses difíciles en el Ajax y a Lopetegui, que fue un padre para mí", afirmó Ocampos.
El ya futbolista de Rayados aseguró haber "disfrutado plenamente hasta el último partido con el Sevilla", donde ha sido "feliz al cien por cien, incluso en los tiempos malos", ya que llegó "siendo un joven de 25 años" y aquí tuvo "el honor y la responsabilidad de llevar el brazalete de capitán".
"Dejo la mitad de mi corazón en esta institución por la que lo di todo", concluyó el argentino, quien ha estado acompañado por el presidente sevillista, José María del Nido Carrasco, su vicepresidente, José Castro, el capitán Jesús Navas y varios jugadores de la actual plantilla.
En el acto, Ocampos no pudo evitar derramar lágrimas al proyectarse un vídeo con sus mejores momentos como sevillista y también se emocionó por los mensajes de despedida que se han emitido de antiguos compañeros como el marroquí Bono, Escudero, el brasileño Fernando, el croata Rakitic o sus compatriotas Banega, Acuña, Mudo Vázquez o Papu Gómez, entre otros.