La rúa de campeones de Liga del Barcelona masculino y femenino se celebró este lunes por las calles de la capital catalana durante tres horas, con miles de aficionados ansiosos por disfrutar de cerca de sus ídolos y que no tardaron en corear el nombre de exazulgrana Leo Messi.
Todos los futbolistas del primer equipo masculino y femenino, que ocuparon un autobús descapotable cada uno, vistieron una camiseta conmemorativa con los nombres de toda la plantilla, además de bufandas y gorros del Barça.
El gran ausente en esta fiesta fue Gerard Piqué, que jugó la primera parte de la temporada hasta retirarse, y que finalmente no estuvo en la rúa pese a que el técnico, Xavi Hernández, dijo que estaba invitado.
La afición culé, que ya tenía ganas de celebrar el título liguero con sus dos equipos profesionales, mostró su apoyo desde la salida del autocar, y lo fue acompañando por Travessera de les Corts. También
“Soy fan de Alexia Putellas, llevo esperando al bus de las jugadoras una hora”, declaró una joven aficionada, que esperaba que pasara el autocar, en declaraciones a Barça TV.
La expedición barcelonista dio el primer giro en la calle Numancia, interactuando constantemente con todos los aficionados que alentaban y celebraban con ellos, algunos desde los balcones de los edificios por donde pasaba la rúa.
De hecho, el central Ronald Araújo, que portaba una bandera de Uruguay, protagonizó una bonita imagen al coger una camiseta y un retulador de un aficionado para firmarla, junto a Raphinha, y devolvérsela al mismo fan que se la había lanzado.
El segundo giro del autocar se dio hacia la calle Berlín/París, y con mucha presencia de gente joven, que después de cuatro años celebraba el título con muchas ganas, algunos por primera vez.
“Cada vez es diferente, ésta es especial, se ve que a la gente le hace mucha ilusión, nos encanta compartir esto con ellos”, afirmó el portero alemán Ter Stegen, que ya había celebrado tres títulos ligueros, desde el mismo autocar.
Un poco antes del giro hacia la calle Balmes, un aficionado captó la atención los jugadores y jugadoras, y es que desde un balcón mostró una imagen de Frenkie de Jong impresa en cartón a tamaño real.
Una vez el autocar estuvo en Balmes, con bastante retraso según lo esperado debido a la gran cantidad de aficionados azulgranas que no quisieron perderse la celebración liguera, tanto plantillas como aficionados vibraron al cántico de “¡Campeones, campeones!”.
Alexia Putellas, capitana del Barça, afirmó estar “muy feliz”, aunque con “una parte de la mente” en Eindhoven, donde jugarán la final de la Liga de Campeones ante el Wolfsburgo (3 de junio). Quizá, por eso, la celebración del femenino -con el segundo título de la Champions en el punto de mira- fue más comedida que el de los chicos.
También habló un eufórico Ronald Araújo: “La gente siempre nos apoya, el ánimo que nos dan es muy importante. Nunca había vivido algo así y es una felicidad tremenda, vamos Barça, vamos carajo!”.
Y un poco antes de pasar por Plaza Cataluña, la zona con más afluencia de espectadores, el entrenador del Barça Femenino, Jonatan Giráldez, remachó que son “unas personas muy privilegiadas” por vivir experiencias como estas, porque el fútbol “es de los aficionados y esto es por ellos”.
Al llegar a Plaza Cataluña, el delantero polaco Robert Lewandowski protagonizó una imagen que gustó mucho a la afición, y es que se puso a bailar efusivamente.
Ya entre las calles Pelai, Fontanella y Trafalgar, las últimas antes de llegar a Arco de Triunfo, las dos plantillas del Barcelona entonaron, junto a la afición azulgrana, algunos de los cánticos más icónicos del conjunto catalán.
Y nadie se quiso olvidar del astro argentino Leo Messi, actualmente en el Paris Saint-Germain. Todos los aficionados sueñan con su regreso, y durante toda la ruta se coreó su nombre en repetidas ocasiones.
Finalmente, con más puntualidad de la prevista a mitad de la rúa, los autocares de las primeras plantillas del Barcelona masculino y femenino llegaron al final del recorrido, en Arco de Triunfo, a las 21:00h. Ahí, acabó la fiesta, que esta vez no tuvo como epílogo los parlamentos en el Camp Nou