Yeremay y Mella, otra pareja fiel para dar el salto
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Yeremay y Mella, otra pareja fiel para dar el salto

El canario y el santiagués se quedan con el Dépor en Segunda como hicieron Amancio y Veloso y, más tarde, Fran y José Ramón ► Estos dos dúos lograron el ascenso en 1962 y 1991
Yeremay y Mella, otra pareja fiel para dar el salto
Yeremay y Mella celebran un gol esta temporada

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La fidelidad tiene un precio y un objetivo. En este caso, el coste de la renovación de Yeremay y el ascenso a Segunda. Por ese gran salto esperaron largamente los aficionados deportivistas hace muchos años, en dos épocas muy distintas, en las que otros jugadores, como el canario y Mella en la actualidad, desoyeron los cantos de sirena para devolver a los blanquiazules al lugar que históricamente les pertenece, la Primera División.

 

Yeremay y Mella no han hecho nada que no tenga precedentes. Ya saben, el tan manido “está todo inventado”. Yeremay y Mella han puesto de su parte para permanecer en un Deportivo que también ha puesto de la suya para alargar la estancia de ambos en el club blanquiazul. Tampoco nada nuevo. Yeremay y Mella se quedan con un claro objetivo: ascender a Primera División con un Deportivo que va a cumplir ocho temporadas alejado de la división de honor.

 

Todo esto lo hicieron con anterioridad otras dos parejas de jugadores de la casa. Primero, a comienzos de los años 60, fue cosa del coruñés Amancio, formado en el Victoria, y del santiagués —como Mella— Veloso. Treinta años después repitieron experiencia Fran y José Ramón, los hermanos de Carreira que ficharon por el Dépor en edad juvenil. Casi en el mismo lapso de tiempo se repite la historia con Yeremay y Mella, dos canteranos que acumulan muchos años defendiendo la blanquiazul. El canario se incorporó al Dépor en edad cadete, va a hacer ahora ocho años, en el verano de 2017. Un año más en el club coruñés lleva el compostelano –casualmente hijo de un compañero de Fran y José Ramón en el Fabril y en el Dépor–, que se incorporó al alevín blanquiazul en la temporada 2016-17. 

 

Yeremay y Mella tienen la oportunidad, en los próximos años, de seguir los pasos de dos fieles y comprometidas parejas que el deportivismo jamás podrá olvidar. Este el camino que hicieron, el mismo que desean emular los actuales ídolos blanquiazules.

 

El ascenso de 1962

Amancio y Veloso forman un dúo imprescindible en la temporada 1961-62, en la que el Deportivo regresa a Primera División después de un lustro en la división de plata, con una angustiosa promoción de permanencia de por medio.

 

Ambos delanteros llegan al Deportivo en la temporada 1958-59. Un año antes, el equipo salva la categoría en un dramático playoff a doble partido contra el Ourense, gracias a la incorporación de los hermanos Mendonça. Esa temporada es la primera en Segunda después de la primera ‘edad de oro’ blanquiazul: 9 temporadas consecutivas en la élite entre 1948 y 1957, con el subcampeonato de la campaña 1949-50 como punto culminante.

 

El Deportivo ficha a Amancio Amaro Varela, procedente del Victoria, cuando tiene solamente 18 años. José Luis Fidalgo Veloso tiene 21 cuando se incorpora a la disciplina deportivista, desde el Turista vigués. El coruñés no disfruta de muchas oportunidades en su primera temporada. Firma 3 goles en 11 partidos de Liga, la mayoría con Hilario, uno de los fundadores del Victoria, en el banquillo del Deportivo. Veloso sí es protagonista. El santiagués es titular en 27 de los 30 encuentros ligueros en los que marca 11 goles. La delantera blanquiazul la forman Polo, Souto (o Amancio), Veloso, Vigo y Manchón.

 

Amancio explota en el curso 1959-60, cuando se erige en el máximo goleador del equipo. El coruñés anota 10 tantos en 26 encuentros. Veloso se queda en 7 y 24. El Deportivo no acaba lejos de los puestos que dan el salto a Primera: cuarto.

 

El interior derecho y el delantero centro se compenetran casi a la perfección en su tercera campaña, la 1960-61. Los 26 goles de Veloso –que le dan el trofeo Pichichi– y 16 de Amancio dan lugar a un récord histórico en el Dépor, solo igualado por Bebeto (29) y Claudio (13) en el primer curso del astro brasileño en Riazor, 1992-93. La dupla Makaay-Tristán, en la campaña de la Bota de Oro del delantero neerlandés, no se queda lejos: 38 dianas. Sin embargo, el equipo vuelve a quedarse a las puertas del ascenso: tercero.

 

Varios equipos se interesan por ambos, en especial el Real Madrid. Por Amancio también preguntan el Sevilla y el Oviedo. El Barcelona incluso llega a reunirse con el jugador.

 

El salto a Primera llega a la conclusión de la campaña 1961-62, la cuarta de ambos en las filas deportivistas. Amancio firma 25 goles –que también le valen el Pichichi– y Veloso anota 16. Por junto, uno menos que en la campaña anterior. Los blanquiazules cimentan su ascenso en Riazor, donde no conocen la derrota: 12 victorias y 3 empates. A domicilio, solo pierden 4 encuentros: 2-1 en Vitoria, 4-0 en Valladolid –ante el principal rival por el ascenso directo–, 2-1 en León y 2-0 en Bilbao frente al Indautxu, cuando saltan al césped de Garellano sabiéndose matemáticamente equipo de Primera gracias a la derrota del Valladolid en campo del Plus Ultra madrileño (1-0).

 

Tras el ascenso coruñés, Barcelona y Real Madrid vuelven a la carga por Amancio. Los blancos se llevan el gato al agua con unas cifras de récord. Pagan 10 millones de pesetas –equivalentes a 17,5 millones de euros actuales si aplicamos el valor tiempo del dinero– por el delantero de la calle Vizcaya, además de las cesiones de Antonio Ruiz, Betancort, Miche y Cebrián, valoradas en otros 2 millones de pesetas.

 

Veloso permanece tres temporadas más en el Deportivo, durante las que alcanza la internacionalidad. Incluso es convocado por la selección absoluta cuando los coruñeses vuelven a descender a Segunda, durante el curso 1963-64, un hecho poco común en nuestros días. En el verano de 1965 se reencuentra con ‘El Brujo’ al incorporarse a las filas del Real Madrid.

 

Imagen editada
Amancio y Veloso (izquierda) y Fran y José Ramón (derecha)

 

El ascenso de 1991

El Deportivo acaba de perder el tren de Primera en el viejo Tartiere, delante de los ‘niños del ascenso’. Es el enésimo fiasco de un club que ya acumula más de una década alejado de la división de honor. En el verano de 1986, poco después de aquella decepción ovetense, aterrizan en el club dos jóvenes originarios de la parroquia ribeirense de San Paio de Carreira. Luis Ucha, entrenador y ojeador de la cantera deportivista, ve algo especial en los hermanos González Pérez. José Ramón ya tiene 18 años y Fran está a punto de cumplir 17.

 

No tardan en salir del juvenil blanquiazul rumbo al Fabril, ni tampoco en dar el salto al primer equipo. Lo hacen durante la maldita (o bendita, según se mire) temporada 1987-88, la del postrero y salvador gol de Vicente Celeiro ante el Racing de Santander. Luis Rodríguez Vaz coge las riendas del primer equipo tras la destitución de Eusebio Ríos. El técnico ourensano los conoce bien. El mayor debuta en el primer partido de Vaz, en la 8ª jornada en Granada. El pequeño lo hace en Riazor, diez partidos después. Ambos se estrenan con derrota. Nada que hiciera presagiar lo que se avecinaba.

 

En la temporada 1988-89, ambos ya son imprescindibles en los esquemas de Arsenio Iglesias. Fran disputa 37 de los 38 partidos de Liga, 36 de ellos como titular. No marca goles. Sí lo hace José Ramón, autor de 2 dianas, aunque juega bastante menos: 23 choques, 18 desde el inicio. Es la temporada en que el Deportivo acaricia la clasificación de la final de la Copa del Rey siendo equipo de Segunda División. Fran juega 13 de los 14 encuentros en el torneo del KO, mientras su hermano mayor participa en 6 de ellos. 

 

Un gol del Tenerife en la promoción en Riazor corta la esperanza deportivista de volver a Primera en la campaña 1989-90. Los González Pérez son titulares indiscutibles. José Ramón juega de inicio todos los partidos menos uno. Fran se pierde dos. El diestro anota 7 tantos, por 5 del zurdo.

 

Fran es elegido mejor jugador del Trofeo Teresa Herrera en agosto de 1990. Aquel torneo lo disputa el Barça de Johan Cruyff. El Dream Team lanza sus redes sobre el ‘10’ blanquiazul. “Me reuní con Cruyff y me dio miedo irme”, reconoce Fran en una entrevista a El Periódico de Catalunya en 2022. Fran se queda para ser titular en los 38 partidos de la temporada 1990-91, que se cierra con la quema del meigallo y el ascenso a Primera ante el Murcia, después de 18 años de penitencia entre la segunda y tercera categoría. José Ramón actúa en 32 encuentros, aunque solo 22 en el once inicial. El pequeño marca 7 goles, por 3 del mayor.

 

Ambos comparten las cuatro siguientes temporadas con el Deportivo en Primera. 74 partidos y 7 goles para José Ramón, 149 y 21 para Fran. La salvación ante el Betis, la primera clasificación europea y el debut continental en Aalborg, el maldito (este sí) penalti de Djukic y la gloria en la final de la Copa del Rey ante el Valencia en dos actos. José Ramón levanta el trofeo antes de marcharse al Compostela, aunque regresa a Riazor en 1998 para acompañar a su hermano a alzar la histórica Liga 1999-00.

 

El objetivo actual de Yeremay y Mella es menos ambicioso, aunque no sencillo. Han decidido comprometerse para devolver a Primera a un equipo de Primera. Igual que aquellos dos dúos inolvidables.

Yeremay y Mella, otra pareja fiel para dar el salto

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