Los equipos de cualquier deporte son organismos vivos, compuestos por jugadores y cuerpo técnico, que no dejan de ser personas aunque a veces pensemos que se tratan de robots y que juegan de memoria. La motivación es la gasolina con la que se mueven y es tarea del ‘staff’ ayudar a que no mengüe y contribuir a reforzarla cuando esta cae. Una ardua tarea, sobre todo si no se cuenta con un psicológo deportivo, como pasa precisamente en el Deportivo desde hace un par de temporadas.
Sobre motivación y su falta de ella hablaba en su última rueda de prensa postpartido Borja Jiménez, que admitía que no era posible tener a todos los jugadores al cien por cien. “En los tramos finales de campeonato siempre hay 5-6 en plantillas de 22 que en enero-febrero deciden bajar los brazos. No solo pasa en el Depor. Los jugadores que participan suelen ser siempre los mismos, los que mejor entrenan, por lo que ve el míster... Esto es intentar tener a lo máximos posibles sabiendo que es algo irreal. En abril-mayo no pueden estar activos los 22 y hay jugadores que en el camino se pierden”, comentaba tras el empate en Lezama.
“La motivación es uno de los temas básicos para que un futbolista / deportista rinda y esta puede tener pequeños altibajos a lo largo de la temporada. Por eso le digo siempre a los alumnos en la escuela de entrenadores que ellos como técnicos deben de trabajar la motivación y autoconfianza de los jugadores desde la pretemporada y a lo largo de toda la campaña. Hay fórmulas para trabajar y desde el punto de vista psicológico fortalecer la motivación, porque es un aspecto fundamental para que haya un buen rendimiento deportivo”, admite Pepe Velo, profesor titular de Psicología de la Escuela Gallega de Entrenadores y entrenador nacional de fútbol. Para él, que el futbolista entienda el rol de ser suplente de forma positiva es algo fundamental.
EL DETALLE
“El 70% del trabajo del míster consiste en comunicarse con su plantilla”
“En la pretemporada el entrenador debería de tener una charla para hablar de varias cosas y entre ellas del tema de los suplentes. Debe transmitir que todos se sientan importantes para el equipo, lanzando mensajes como que lo más importante tiene que ser siempre el equipo. Un jugador que sale desde el banquillo, aunque juegue poco tiempo, puede decidir un partido”, subraya.
Asimismo, apunta que ser sustituido no tiene que significar estar señalado y no es así como lo debe de interpretar un jugador. “A lo largo de un partido, por los planteamientos tácticos del rival, tenemos que tener que hacer cambios tácticos para contrarrestar esas situaciones, pero eso no significa que el jugador se sienta señalado o contrariado porque lo retiren del terreno de juego”, apunta Velo.
No obstante, considera también que el entrenador tiene que prestar todavía más atención a los jugadores “que están siendo suplentes. Son a los que más tiene que motivar, reforzar sus progresos en los entrenamientos, sus actitudes, comportamientos, compromiso y compañerismo y dándoles oportunidades”.
Para Velo habría que preguntarse por qué se están desmotivando los jugadores o qué ocurre con la cohesión grupal: “¿Sabe manejar el entrenador correctamente la comunicación tanto verbal como no verbal, que para mí es fundamental? El 70% del trabajo del técnico es comunicarse con los jugadores y ser él el primero en facilitar esa comunicación ¿Aplicas refuerzos en los entrenamientos o partidos o solo criticas errores?”. Es algo que sería “un gran error, valga la redundancia, ya que el error forma parte del juego. Lo importante es enseñarles a los jugadores, cuando cometen un error, cómo saber reaccionar ante él para que no vuelvan a cometerlo”. Avisa que es primordial que no choquen los objetivos individuales con los grupales y para ello es capital que “el entrenador sepa manejar correctamente tanto los éxitos como los fracasos”.
CARENCIA
“El futbolista mentalmente bloqueado comete más errores”, dice Velo
“Cuando el equipo llevaba 13 partidos seguidos sin perder nadie protestaba, todos estábamos contentos y, aunque el juego no fuese muy bueno muchas veces, ganábamos. Y cuando llegan los fracasos, ¿tiramos la toalla? Hay que ver la fortaleza mental que tiene este equipo, que desde fuera la desconozco, pero parece que hay jugadores que, cuando hay tanta presión, no son lo suficientemente fuertes. Y eso es lo que da lugar a una bajada del rendimiento deportivo. Los jugadores son personas y hay personas que cuando la presión es muy grande no saben soportarla y necesitan ayuda psicológica. El futbolista puede estar mentalmente bloqueado y eso le hace cometer errores", zanja Velo.