Anda el Deportivo con esa extraña sensación, sobre todo por lo vivido en la década reciente, de llegar al tramo final de temporada sin nada en juego a nivel clasificatorio. Demasiado tiempo para aburrirse. El único objetivo del equipo blanquiazul de aquí a final de temporada es terminar de la manera más digna posible y no llegar a junio arrastrándose para evitar generar un caldo de cultivo que sería perjudicial para el próximo curso. No emborronar una más que meritoria permanencia, en definitiva. Pero incluso con la idea de no dejarse ir, la exigente campaña obliga a dar descanso a varios futbolistas que llegan muy justos de físico y, al mismo tiempo, conceder premios a los menos habituales. Esos cuya importancia en el día a día siempre se afanan en destacar los entrenadores.
De esta forma, en las últimas semanas se han ido cayendo del once, por unas circunstancias u otras, diferentes piezas que durante muchos meses han sido fundamentales, pero que ya no están disponibles. Las alineaciones más recientes de Gilsanz no tienen mucha similitud con aquellos de principio de año y que durante la segunda vuelta han sido recitados de memoria por buena parte de la afición deportivista. Pero con todo, cuatro futbolistas pueden presumir de haber sido titulares en todas y cada una de las jornadas disputadas desde que arrancara 2025. Es decir, desde que la cinta de Segunda División empezó a sonar por su cara B.
Helton Leite, Pablo Vázquez, Mario Soriano y Yeremay han sido los cuatro imprescindibles para el técnico betanceiro. Un póquer que siempre ha estado de guardia sin importar que fuera una fría visita a Burgos en enero, recibir al Córdoba en Riazor o el intrascendente viaje al Molinón del pasado sábado, cuando la permanencia ya estaba cerrada y el playoff no era más que una utopía. Ese pasillo de seguridad de Óscar Gilsanz lo componen un portero, un central y dos atacantes sobre los que el técnico deportivista ha construido un bloque fiable que ha alcanzado las nueve jornadas sin perder para sacarse el billete un año más en la categoría de plata.
El meta brasileño no ha hecho más que crecer durante la temporada. Desde que Idiakez le diera la alternativa en la tercera jornada, su figura se ha ido agrandando con el paso de los partidos y más allá de algunos momentos de duda puntuales, sobre todo en el juego aéreo, sus intervenciones han sido salvadoras y han supuesto puntos con regularidad.
No ha sido menor el rendimiento del central valenciano, que sigue en disposición de completar todas las jornadas de una Liga como titular. Vázquez ha vuelto a lo grande a Segunda División y ha sido el sostén de la defensa, sobre todo en un tramo reciente de calendario en el que se quedó solo en la cobertura cuando se fueron a la enfermería de golpe Ximo Navarro, Dani Barcia y Obrador, sus tres compañeros más habituales de la última línea.
Y mientras unos protegen, los otros dos se encargan de hacer jugar al equipo y ejecutar al rival. Sobre todo desde la salida de Lucas Pérez, el Deportivo ha bailado al son que marcaban Soriano y Yeremay, cuya importancia en el equipo y nivel de química se ha multiplicado a medida que han ido sumando minutos juntos en la zona de tres cuartos. La permanencia del cuadro coruñés no se entiende sin el talento de ambos en la zona ofensiva y el acierto en momentos puntuales, sobre todo en el caso del canario y unas cifras al alcance de muy pocos.
Se han jugado hasta el momento 17 encuentros de la segunda vuelta (el Dépor ha disputado 18 partidos en 2025 contando el aplazado ante el Tenerife), un total de 1.530 minutos. Y este grupo de cuatro elegidos no ha sido solo titular en todos y cada uno, sino que apenas ha tenido tiempo de descanso. Helton y Pablo Vázquez hacen pleno habiéndolo jugado absolutamente todo, mientras que Soriano y Yeremay están ambos por encima del 95 por ciento de participación. Han disputado completos prácticamente la mitad de los encuentros, pero cuando Gilsanz ha optado por retirarlos del césped, ha estirado su presencia hasta los instantes finales, retrasando su sustitución hasta cerca del 85’ como norma general.
En este caso cabe destacar la diferente situación entre los dos jóvenes atacantes. Porque si para Mario empieza a ser habitual este tipo de minutajes, es su tercera campaña consecutiva pasando de 3.000 minutos y ya ha superado su participación con el Eibar en Liga, para Yeremay ha supuesto otro salto de nivel en su carrera. El canario no solo ha mantenido su espectacular proyección en cuanto a cifras de goles y asistencias. Con una evolución física evidente y que no se ha detenido, está a las puertas de sobrepasar por primera vez esa frontera (2.977’). El año pasado en Primera RFEF, en parte motivado por la lesión que lo dejó KO durante la primera vuelta, el ‘10’ se quedó en 2.040’.
De hecho, el estado físico del máximo goleador blanquiazul será uno de los focos de atención de esta semana después de que Gilsanz revelara que su sustitución en el descanso del Sporting-Dépor fue por molestias musculares en los isquiotibiales. Fue la primera vez esta campaña en la que Yeremay salió del campo tan temprano. Hasta el sábado nunca había sido retirado antes del minuto 70, listón que se eleva hasta el 81 si tenemos en cuenta únicamente la segunda vuelta.
De momento, el canario ha empezado la semana al margen del grupo, por lo que habrá que esperar para ver si puede extender su racha ante el Granada o tiene que parar como ya le sucedió en la primera vuelta, entonces por molestias en la rodilla.
En este grupo de élite hay que hacer una mención honorífica a Diego Villares. El de Vilalba, que es otro de los futbolistas que sigue de guardia mientras los más castigados ya han pasado a la zona de reposo, también ha terminado por convertirse en un imprescindible. Tardó en hacerse con el puesto en el centro del campo, pero desde que fue titular en Eibar para arrancar febrero, solo ha tenido una ausencia, en el partido ante el Castellón por unos problemas físicos. Ha sido titular en el resto y es, junto a Yeremay, el quinto y último futbolista del Dépor que aspira a colarse en ese selecto Club de los 3.000 minutos. Con tres jornadas por delante, saltará esa barrera que tiene a menos de un encuentro (2914’) si la rodilla no se lo impide.
Porque no es sencillo enlazar partidos sin parar a lo largo de una temporada. Son muchas las circunstancias, físicas o de rendimiento, que pueden eliminar a un jugador de la carrera por ese bien a veces tan infravalorado que es la disponibilidad constante para ser una de las opciones del entrenador. Este curso en el Deportivo, además de los cinco mencionados, solo tenían posibilidades reales en el tramo final David Mella (2.738’) y Ximo Navarro (2.452’). Los dos fueron frenados por sendas lesiones. En el caso del lateral por una fractura, pero en el del canterano por una más que evidente fatiga por el kilometraje acumulado.
En el extremo opuesto a este grupo hay tres jugadores de campo que todavía no han sido titulares desde que arrancó la segunda vuelta. Uno de ellos es un Sergio Escudero que reapareció ante el Sporting de Gijón con sus primeros minutos desde diciembre. Con la reciente aparición de Jaime en las alineaciones, quedan por salir de inicio en 2025 únicamente Charlie Patiño y Hugo Rama. Ambos disfrutaron de una titularidad en la primera vuelta, ante Levante y Almería respectivamente, en sendas derrotas, pero desde entonces no han vuelto a contar con minutos en una primera parte.
En el caso del centrocampista británico, además, volvió a quedarse en blanco después de su aclamado estreno en Riazor ante el Albacete. Hay mucha expectación con ver más a Patiño en este final de temporada, pero de momento Gilsanz está teniendo otras prioridades en la sala de máquinas y ante el Sporting no lo sacó al césped. Sí se ha hecho un hueco en la rotación el de Sigüeiro, que en este tramo final de temporada está teniendo siempre participación en los últimos momentos de los encuentros. En El Molinón fue uno de los jugadores de refresco para buscar el empate, entrando justo después de que Barbero hiciera el 1-2.