“Ayer contabilicé 179 llamadas. Estos días son de mucho teléfono”, explica Rafa Cascallana, director general y fundador de Global Sports Manager, agencia de representación de futbolistas que lleva a “jugadores de Segunda y Primera RFEF”, pero que durante la época estival se dedica “sobre todo, a las intermediaciones. Hemos hecho algunas en la Premier League inglesa, llevamos a Aitor García del Sporting de Gijón a México, por ejemplo”.
El verano es sinónimo de “locura” y “adrenalina” para los representantes. Desde que finalizan las competiciones, a principios de junio, hasta que se cierra el mercado de fichajes —este año en España, el sábado 30 de agosto a las 23.59 horas—, los móviles de los agentes echan humo.
“Me quedo sin batería dos veces al día. Es estar pegado al teléfono continuamente, preguntando, este acaba contrato, te encaja, no te encaja... Tanto en verano como en invierno, consiste en llamar y llamar. Es mi tercer mercado y es una locura. Siempre te piden necesidades de clubes y tienes que mirar cómo encajarlas... Me sube la adrenalina, es para enfermos del fútbol”, relata el coruñés Israel Pereira, agente de la empresa madrileña SimaSport Soccer.
Israel Pereira (SimaSport Soccer): Me quedo sin batería dos veces al día; es para enfermos del fútbol
Jon García, líder de la defensa del Albacete, es uno de los representados de esta agencia, cuyo director general es el exjugador del Real Madrid y del Getafe Juan Carlos López Martín ‘Johnny’. Otro es Carlos Faya, centrocampista venezolano de 23 años que la pasada temporada jugó en el Tenerife B y que acaba de retornar a su país para jugar en el Deportivo La Guaira.
“A lo mejor, económicamente no era la mejor decisión, pero a nosotros lo que nos importa no es el dinero, sino que el jugador esté contento en todo momento. A veces tienes que hacer de psicólogo o muchas cosas más, porque los jugadores también tienen bajones. Carlos deseaba jugar en su país, así que lo intentamos y salió”, expone Israel Pereira, “nacido en las Casas de Franco, con padres y abuelos coruñeses, socio y accionista del Dépor, así que más coruñés no puedo ser”.
El agente herculino, que se describe como “un friki del mercado sudamericano”, explica que su labor en SimmaSport Soccer es la de “ojeador de la zona noroeste de España y Portugal”.
“Hoy estoy aquí en casa con el ordenador o en la oficina encerrado y mañana me tengo que ir de viaje rápidamente a Madrid, Oporto, Valladolid, Miranda de Ebro o donde sea. Estos meses son de mucho teléfono, mucha reunión y mucho viaje”, comenta Pablo Suárez, natural de Baiona. Es uno de los representantes gallegos que trabajan en la agencia italiana Excellence Sport, cuyos futbolistas ‘cabezas de cartel’ son el defensa del Barcelona Ronald Araujo, el mediocentro de la Juventus de Turín Manuel Locatelli y el central del Parma Giovanni Leoni.
Más cerca, llevan la representación del lateral derecho coruñés del Levante Diego Pampín, del extremo ourensano del Barça Atlètic Raúl Dacosta, del delantero pontevedrés del Fabril Rubén Fernández Varela y del lateral derecho coruñés y exblanquiazul Álvaro Trilli. De hecho, mientras nos atiende para este reportaje, Pablo Suárez, junto a sus compañeros gallegos Brais Lorenzo y Jacobo Molina, cierran el fichaje de Trilli por el Real Valladolid.
“Es una agencia muy familiar, muy unida y muy cercana, sobre todo. Tenemos esa exclusividad de trabajar con pocos jugadores, pero el trabajo está muy centrado en el día a día del jugador”, precisa Suárez, quien indica que “desde muchos meses antes de que arranque el mercado, vamos preparando todo lo que va a llegar, porque si no, luego viene el verano y te pilla el toro”.
“El mercado estival va muy rápido en muchos equipos, muchas conversaciones, muchas reuniones... Durante la temporada, estás viendo a tus propios jugadores, vas haciéndoles un seguimiento, mirando posibles nuevos clientes también. Tanto Jacobo, como Brais y yo vemos muchos partidos en directo todas las semanas. Viajamos constantemente, pero es un trabajo que nos encanta y nos apasiona. Si no, no seríamos capaces de dedicarle tantas horas”, añade.
Rafa Cascallana lleva 17 años en “este mundillo”. “Estuve 8 años con Eugenio Botas y en aquella época estuvimos muy fuertes en A Coruña, cuando Ernesto Bello era el director deportivo del Dépor, y tenemos buena relación con ellos... Uxío Marcos, Pablo Insua, Saúl... Aquella famosa operación que nos complicó la vida con el juicio con el Valladolid. Con el Dépor trabajamos hace años y ahora sigo teniendo muy buena relación con Fernando Soriano”.
El director de Global Sports Manager subraya la dificultad de ejecutar con éxito las intervenciones: “Cuando inicias una operación, normalmente el porcentaje de éxito es de un 7% o de un 10%. Ahora teníamos cerrado un futbolista en Catar con un salario muy alto y se nos ha caído a última hora, por el último filtro que tenía que pasar. Para él también es un palo, es complicado”.
Como agente “de la vieja guardia”, se muestra “bastante prudente con las redes sociales”.
“Tengo cuidado de no publicar todo. Antes sí exponíamos más, pero los agentes de toda la vida estamos haciendo eso. Son más las empresas modernas las que quieren, a través de la publicidad o las redes, promocionarse tanto en cuanto a operaciones, como en cuanto a clientes, que si el día a día, que si están aquí o allá, sacarse una foto cenando con el jugador... Hace tiempo que me gusta tener más privacidad, pero ha cambiado totalmente”, dice Cascallana, natural de León, pero que reside en Granada.
La vocación no impide que el fundador de Global Sports Manager critique con dureza varios aspectos de su gremio: “Hace 20 años, cuando yo jugaba al fútbol, nadie cambiaba de agente en toda su carrera. Antes se tenía esa honorabilidad mutua y ahora estamos en un mundo de subasta total”.
“Ya no se mira la confianza en el agente, sino que ahora los padres de los jugadores están siempre con las manos abiertas para ver quién les da más. Es una absoluta vergüenza en lo que se está convirtiendo el fútbol en ese aspecto. Me gustaría que públicamente la gente se hiciera eco porque ya no son solo los jugadores, sino el papá y la mamá, ¿tú, qué me das?, ¿qué me ofreces? Empresas grandes, que están apoyadas por un fondo de inversión detrás, usan esa arma de pagar dinero a los padres directamente y comprarle un coche a los chicos para que se vayan con ellos”, denuncia.
“Lo que los padres tienen que pensar es que cuando su hijo tiene 18 años, está en la selección española, y viene un agente y le da 200.000 euros es porque no va a perder dinero con él. Cuando el futbolista tenga un contrato de un millón de euros, ese contrato se verá reducido no en 200.000, sino a lo mejor en 400.000. Es el modus operandi que hacen las agencias grandes... Te voy a contar un caso, cuando José Arnaiz, que acaba de fichar por el Granada, jugaba en el Valladolid B, lo llevaba un agente de toda la vida. Pues hubo un representante que se enteró de que el Barcelona B lo quería, la operación estaba tasada aproximadamente en 150.000 euros de comisión, pues el representante le dio un dinero al jugador para que se fuera con él y luego la comisión no resultó ser 150.000, sino 350.000. Que en una operación de un millón de euros para el jugador el agente se lleve el 10% es lo honesto o lo legal, pero hay otros casos en los que le dan al jugador 600.000 euros y el agente se lleva 400.000 a través de una factura. Eso es lo que hacen, y lo que muchas veces los padres no se paran a pensar”, advierte Cascallana.
Rafa Cascallana (Global Sports Manager): Antes se tenía honorabilidad mutua y ahora estamos en un mundo de subasta
Israel Pereira dice que actualmente los clubes “son más herméticos porque una firma se puede caer en nada por cualquier tontería”. Pablo Suárez coincide con la apreciación del representante coruñés.
“Todos exigimos muchísima confidencialidad y discreción. Se trata de ir haciendo las cosas todos unidos, jugadores, clubes y agencias. Ir de la mano para que todo llegue a buen puerto. En el mundo del fútbol la paciencia y la discreción son virtudes muy grandes para que las situaciones sean tranquilas y no se descontrolen porque, a veces, en las redes sociales todo tiene unas dimensiones brutales. Hay que tener mucho cuidado”, señala el agente de Excellence Sport.
Rafa Cascallana también subraya la idea de que “salvo en momentos puntuales, a los clubes no les interesa filtrar un posible fichaje. Es lo que más intentan evitar los directores deportivos. Eso sí, filtraciones siempre hay porque la prensa es una pata más en este deporte, que es fundamental. Hay filtraciones más sanas y otras más interesadas”.
Sobre la manera de abordar el mercado, el director de Global Sports Manager comenta que “normalmente somos nosotros los que pedimos un filtro, en qué posiciones se va a reforzar cada equipo y dependiendo un poco del equipo, intento ser objetivo y pasar los jugadores acordes a las categorías y a los clubes. Si es un delantero sub-23 o de más de 23. Si es un delantero referencia, ‘9’ de área, ‘9’ que vaya a los espacios... normalmente los clubes nos suelen hacer un pequeño filtro".
“Tienes que buscar las necesidades y adaptarte al club”, reflexiona Israel Pereira.
Pablo Suárez (Excellence Sport): Tenemos que prever en qué sistema o en qué clubes pueden encajar mejor nuestros jugadores
“Hay mucha competencia y muy poco jugador. Todo el mundo quiere delanteros o centrales zurdos que saquen el balón. Cuando hay un jugador bueno, sobre todo pasa con los zurdos, un lateral izquierdo, un interior con llegada y con gol, siempre hay cinco o seis equipos de Segunda que van detrás de él. Por ejemplo, no solo el Dépor está detrás de Riki, del Albacete, sino también el Almería, el Granada... El mercado es más pequeño de lo que parece”, expone el ojeador de SimaSport Soccer.
Pablo Suárez resalta que la labor del agente es “prever en qué sistema o en qué clubes pueden encajar mejor nuestros jugadores. Luego, hablas con los equipos explicándoles las situaciones de cada jugador y mostrándoles que es el que ellos necesitan. Tienes que darle sentido a todo”.
“Más que clubes, los agentes siempre tenemos directores deportivos de confianza”, confiesa Cascallana, que no duda a la hora de asegurar qué mercado ha crecido más: “El árabe, sin duda. Luego, el perfil de jugador de Primera RFEF o de Segunda División está entrando muy bien en Centroeuropa. Polonia, Hungría, Chipre, Grecia... están funcionando muy bien allí. Son jugadores que aquí, en una tercera liga no ganan mucho, pero que allí tienen nivel para jugar en una segunda o una primera división”.
Pablo Suárez también ensalza el crecimiento del “mercado árabe” y apunta que “en estos últimos años mucho jugador de España está yendo a Polonia, que es una liga segura, apetecible y bonita”.
Israel Pereira se decanta por el continente americano: “El jugador ecuatoriano es el futuro. Las canteras de Ecuador... de hecho, los ingleses están allí ahora mismo como cuando vienen los rusos a la Costa del Sol. Están pescando allí, como si estuvieran en casa”.