LA LUPA | Así es Miguel Loureiro, el 'yerno perfecto' para Hidalgo
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LA LUPA | Así es Miguel Loureiro, el 'yerno perfecto' para Hidalgo

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Miguel Loureiro | RCD

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Miguel Loureiro es el yerno perfecto. Tiene pinta de serlo en la vida y lo es, desde luego, en el verde con un balón de por medio. Porque cualquier entrenador dejaría en sus manos el cuidado de su defensa, de igual manera que cualquier suegro o suegra probablemente viviría con más tranquilidad si el cercedense fuese la pareja de su hija o hijo. Al menos si  la fiabilidad y responsabilidad es lo que más se valora. 

 

En un mundo en el que el rendimiento se mezcla con cierto glamur cuando la cota alcanzada es ya Segunda División, no abundan los tipos llanos. Uno de ellos es Miguel Loureiro, a quien el fútbol no le ofreció el camino fácil para llegar

 

Precisamente esa circunstancia y un núcleo familiar que siempre le indujo a mantener los pies en el suelo ayudaron a que el coruñés sea, a día de hoy, un tipo leído y formado. Estudió Ingeniería Industrial mientras coqueteaba con el profesionalismo en Pontevedra y no se le cayeron los anillos por volver a picar piedra en Segunda B durante tres temporadas, una vez ya había probado las mieles del fútbol profesional en Córdoba.

 

Loureiro, todo determinación en el campo, ha demostrado tener las cosas claras también fuera de él. Y después de destacar por fin en la categoría de plata en Lugo como lateral de ida y vuelta, encontró en Huesca el lugar perfecto para terminar de asentarse y crecer.

 

Lo hizo de la mano de Antonio Hidalgo, que le ha ayudado a alcanzar una nueva dimensión, desde la que ha llamado a las puertas de la élite absoluta. No es de extrañar que en este tiempo haya sido rondado por equipos de Primera. Pero quien ha logrado llevarse el gato al agua y convencerle para que hiciese fuerza por salir de un lugar en el que era feliz fue el Dépor. Después de perder una oportunidad cuando era un crío por una lesión, Loureiro veía cómo el tren volvía a pasar. Y con destino al equipo de su vida, solo podía cogerlo.

 

Clave en ese fichaje ha sido el sentimiento mutuo entre el futbolista y el club. Miguel volvía a casa y el Deportivo incorporaba a un deportivista con —corta— huella en Abegondo. Pero quizá el evidente ‘match’ no se hubiese dado de no estar de por medio Antonio Hidalgo, el técnico con el que de Cerceda pasó de ser lateral derecho a convertirse en defensa de profesión.

 

En este curso y medio entrenado por el catalán, Loureiro ha alcanzado su plenitud como futbolista. No solo desde la madurez física que le dan sus 28 años —29 en noviembre—, sino también en cuanto a capacidades cognitivas.

 

Habilidad táctica

Porque sí, fue dueño del carril diestro del Anxo Carro, A Malata o Pasarón gracias a su exuberancia. Pero en El Alcoraz se convirtió en el comodín de la última línea gracias a un enorme crecimiento en el aspecto táctico

 

Miguel Loureiro es un futbolista siempre concentrado. El coruñés conoce sus limitaciones y, por ello, vive cada acción como si fuese la última. Por eso la fiabilidad sobresale como su principal cualidad. Loureiro no es el más estético con balón. Quizá tampoco defendiendo. Pero pocos hay más confiables que él. Y eso vale oro. El ex del Huesca no es ‘un 10’ en nada. Pero resulta difícil encontrar alguna situación en la que no se desenvuelva de manera óptima o notable. Es un '7' en todo.

 

En conceptos defensivos, apenas se puede pedir más pulcritud teórica que la que muestra el cercedense en el verde. Loureiro sabe orientarse corporalmente, sabe cuándo y cómo meter el pie y entiende de qué manera se puede hacer fuerte para que su estatura cercana al 1,80 no suponga una desventaja a la hora de imponerse en disputas aéreas. A todos estos conceptos más técnicos añade su capacidad para estar siempre pendiente de situaciones con respecto a la propia línea defensiva: no deja espacios excesivos, no rompe la altura, vigila siempre el segundo palo si está en el lado débil y comunica mucho, sobre todo con 'su' carrilero.

 

Mientras, en ataque, su curva de aprendizaje ha sido todavía más pronunciada. De ser un futbolista limitado con el balón ha pasado a ser un jugador todavía lejos de la excelencia, pero capaz de desenvolverse con naturalidad y soltura en la conducción —su mejor cualidad ofensiva—, capacidad para repetir centros tensos en carrera y relativo manejo de las dos piernas.

 

Miguel Loureiro radar
Comparativa entre Loureiro y el resto de defensas de la Liga Hypermotion

 

Esa amalgama de cualidades le permitieron ir dando pasos hasta convertirse en el comodín de Antonio Hidalgo para la defensa. Carrilero derecho, central derecho, central del medio en línea de cinco, central zurdo y carrilero izquierdo. Todas esas posiciones ha ocupado en los últimos 18 meses. Casi siempre correcto. Muchas veces, notable. En ocasiones, excelente. Rara vez mal.

 

No es de extrañar que esa polivalencia probada llamase la atención del Deportivo, pues cualquiera busca elementos consistentes a la hora de construir una nueva defensa. Y desde luego, menos sorprende la llamada de un Hidalgo que con Loureiro adquiere un futbolista no solo con potencial para desempeñar los roles que el técnico está estableciendo en su línea defensiva, sino con los conceptos del técnico ya interiorizados y rendimiento demostrado. Antonio gana con Miguel seguridad, pero también tiempo.

 

Central-lateral

De este modo, es muy fácil imaginar el encaje de Loureiro en ese rol de central derecho en línea de cinco que es lateral cuando la línea pasa a ser de cuatro. Eso lo ha venido probando sobre todo con Lucas Noubi. Y esa función ‘híbrida’ era exactamente la que desempeñaba con más asiduidad el coruñés el pasado curso. Y le viene como anillo al dedo.

 

Mapa calor Loureiro
Mapa de calor de Loureiro

 

Y es que desde esa posición, Miguel puede enseñar una de sus mejores capacidades defensivas: la anticipación. Esa estructura y su posición como central externo le dan el contexto propicio para ‘saltar’ de línea y perseguir a su marca. Su interpretación y su físico hacen el resto. 

 

Porque Loureiro maneja de manera sobresaliente las distancias con respecto al futbolista al que debe cubrir. Se perfila siempre bien para percibir las amenazas que pueden surgir a su alrededor, la posición de sus compañeros y controlar su marca. Y así, evita que le ganen la espalda y, a la vez, está en disposición de anticipar en caso de pase al apoyo.

 

En los pasillos centrales, Loureiro es como mínimo notable en esas situaciones en las que es preciso mezclar agresividad con lectura de juego y que el Dépor de Hidalgo tanto apunta a repetir. Precisamente por ello, el ex del Huesca está mucho más cómodo con esa libertad para salir de zona hacia delante o ejecutar coberturas al carrilero que con una función más propia de un central en línea de cuatro. Puede cumplir ahí, pero no es su fuerte porque tampoco es un futbolista poderosísimo en la fricción en estático.

 

De hecho, la anticipación no es la única acción ganadora de Loureiro, que también es un defensor tremendamente pegajoso cuando tiene que proteger el carril exterior. Ahí, en la banda, el defensa pone en práctica sus mejores conceptos de lateral. Siempre se posiciona en semiflexión —postura que le permite reaccionar de mejor manera a los movimientos del contrario—, siempre orienta hacia la dirección correcta y siempre mete el pie adecuado, demostrando que su lateralidad zurda también está desarrollada.

 

En Loureiro es raro ver acciones en las que cae en la precipitación, aunque eso no significa que no sea incómodo. Al contrario. Acosa al enemigo en el control. Temporiza. Juega con fintas defensivas para provocar que su par se equivoque. Tapa bien la línea de centro más peligrosa. Y gracias a todo ello y a su poderosa carrera, es muy difícil de superar.

 

Miguel Loureiro vs Ximo
Comparativa Miguel Loureiro entre Ximo Navarro

 

Esa inteligencia técnico-táctica la expone también en las acciones por alto. Es óptimo por arriba en situaciones defensivas en los estándares de un lateral y desde su unión a Antonio Hidalgo, ha desarrollado amenaza en el balón parado ofensivo. La pizarra del staff le fabrica jugadas, pero porque en él ven a un futbolista con habilidad para usar el cuerpo y desembarazarse de la marca, intuición en el ‘timing’ de carrera y una gran técnica de cabeceo. La determinación que exhibe en todas las acciones de su juego y que le hace ser muy ganador sigue sobresaliendo en área contraria.

 

La amenaza ofensiva la exhibe también como central-lateral más que de carrilero o de central canónico. En ese rol puede actuar como lateral canónico en inicio de juego. Ni con demasiado peso para construir por dentro como central, ni fijado demasiado alto.

 

Si se suelta desde atrás, puede recibir por sorpresa con más metros por delante y enseñar su poderosa conducción. Pero también sabe complementarse con el compañero que tiene por delante. Le genera espacio ubicándose por dentro y le traza desmarques óptimos para atacar la profundidad. Por eso es fácil ver su encaje con Luismi Cruz, David Mella o incluso, en una versión más conservadora, Ximo Navarro por delante. Es lo que tiene haberse convertido en un ‘lince’ en lo táctico y en un defensor agresivo con capacidad para ir hacia delante, pero saber estar si toca achicar agua atrás.

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