Ambiente como el de las grandes citas. No importaba que el día fuese lluvioso, en un fin de semana pasado por agua.
La afición blanquiazul tenía muchas ganas de Depor y de Riazor y hora y media antes del inicio del encuentro muchos seguidores se congregaban en los aledaños del estadio herculino ¿El motivo? Esperar por el bus deportivista.
Muchos hinchas preguntaban a personal del club que estaba en las puertas a qué hora llegaba la expedición herculina.
Pero ese tradicional paseíllo del autocar deportivista de las grandes ocasiones no es el medio de transporte habitual que usan los jugadores para llegar al campo, más que en momentos muy puntuales, como el año pasado en el playoff de ascenso.
Lo habitual es que los futbolistas lleguen en sus propios autocares o a pie, como el caso de Lucas Pérez, al que cada dos pasos los hinchas paraban para pedirle fotos, a las que el de Monelos accedía de buena gana. Ya con la apertura de puertas del estadio, Riazor se iba poco a poco llenando, debido a los grandes atascos que se estaban produciendo en las inmediaciones del campo.
Con colas interminables y varios aparcamientos colgando el cartel de ‘completo’, el feudo herculino tardaba en llenarse, para terminar luciendo un aspecto increíble para un equipo de Primera Federación, con más de 23.000 espectadores. Un estadio que rugía al escuchar el nombre de Lucas Pérez y que mostraba un ambiente de gala.
