En busca de 'un Sielva' para el Deportivo
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En busca de 'un Sielva' para el Deportivo

En busca de 'un Sielva' para el Deportivo
Villares, Mfulu y Patiño, en un entrenamiento | JAVIER ALBORÉS

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“Dime con qué mediocentro andas y te diré qué equipo eres”. Con esta frase ya célebre, Juanma Lillo fue capaz de sintetizar la ascendencia del centrocampista posicional en la identidad colectiva de cualquier conjunto.

 

El futbolista que tradicionalmente ha llevado el ‘6’ en el fútbol europeo, el ‘5’ en Argentina o el ‘4’ en la Escuela Barça es el eje sobre el que gravita todo. No por casualidad ha adquirido el sobrenombre de ‘cerebro’. El mediocentro juega y hace jugar al resto. Marca el ritmo y la forma de ataque y también tiene una alta incidencia en la manera de defender. Así sucede casi de manera independiente al modelo de juego del equipo, pues se podría decir que este conjunto de patrones que caracterizan a un colectivo dependen -o deberían depender- en grado sumo de las características de su mediocentro.

 

Ese karma lo tiene bien interiorizado el Deportivo, que vio cómo el pasado curso su rendimiento creció exponencialmente cuando pudo contar con la mejor versión de José Ángel Jurado. Y con él también predica un Antonio Hidalgo que sabe parte del importante éxito de su última experiencia en Huesca como entrenador tuvo que ver con Óscar Sielva

 

El gironí no solo era un factor diferencial a balón parado, suerte en la que el cuadro oscense destacó sobremanera durante la pasada campaña. Sielva se convirtió en la extensión de Hidalgo en el verde. En el futbolista que ordenaba todo lo que sucedía. Desde un rol muy posicional por delante de la defensa para ver el fútbol de cara, Sielva era el encargado de dirigir los ataques y de juntar las líneas en fase defensiva.

 

Ya cerca de los 34 años, el futbolista formado en el Espanyol recuperó de la mano de Hidalgo la jerarquía que le hizo destacar en categorías inferiores y que luego solo fue capaz de encontrar a cuentagotas durante el resto de su carrera, con el Rápido de Bouzas -con Borja Jiménez en el banco- o la Ponferradina como momentos cumbres de rendimiento sostenido.

 

Con una temporada más de contrato en la entidad de El Alcoraz que hace improbable a día de hoy que el técnico catalán vuelva a reclutarlo para su proyecto en el Deportivo, Hidalgo examina en las sesiones de Abegondo a la plantilla para encontrar a ‘su Sielva’. A falta de un Riki Rodríguez que está lejos de ser ese tipo de mediocentro y con el club buscando en el mercado a ese perfil -tal y como reconoció el preparador esta mañana-, el técnico realiza probaturas entre los jugadores que tiene a su disposición para contar con el mejor iniciador de juego posible.

 

Las opciones

En ese casting no figura Nuke Mfulu, al que el club busca salida, pero sí apunta a estar José Ángel Jurado. El centrocampista zurdo entrenó por primera vez con el grupo, aunque todavía está relativamente lejos de poder volver a competir. El andaluz fue el tercer futbolista de la categoría que más pases promedió por partido (64,3), solo por detrás de los dos centrales del Elche. El dato refleja a las claras la incidencia de Jurado en el diseño de los ataques deportivistas. Él es el futbolista que mejor se adapta a las demandas de esa posición clave para Hidalgo. Pero sin el sevillano, el rol de creador de juego ha pasado en el primer par de amistosos ‘abiertos’ por dos nombres: Charlie Patiño y Diego Villares.

 

 

 

El británico fue titular en el primer partido de pretemporada en Santiago de Compostela y entró para la media hora final en el segundo, en Ourense. Sin apenas minutos durante un primer curso en el que tuvo que superar un complejo proceso de adaptación, Hidalgo le ve como mediocentro por delante de la defensa. Así demuestra con palabras y con hechos, pues el canterano del Arsenal fue el encargado de situarse cerca de los centrales o incrustarse directamente en la primera línea para sacar el balón jugado, además de sujetarse tanto cuando los ataques avanzaban como en la faceta defensiva.

 

En esas dos probaturas ante rivales de inferior categoría, Patiño ofreció buenas sensaciones con balón y demostró su rango de pase. Sobre todo a través de varios de sus envíos largos, el Deportivo pudo atacar las espaldas de las defensas rivales y, en el caso del encuentro de O Couto, encontró el gol gracias a su conexión con Yeremay Hernández, que facturó tras un buen cambio de juego del inglés.

 

Patiño compartió centro del campo en sus dos participaciones con Denis Genreau, un futbolista complementario a él, con capacidad para el ida y vuelta. Precisamente esas características también convergen a la hora de definir a Diego Villares, aunque el vilalbés ha tenido que ejercer de ‘ancla’ en estos primeros test veraniegos. 

 

El capitán del Dépor tras la marcha de Lucas Pérez ha sido la alternativa a Patiño por el momento. A los 45 minutos finales en el Vero Boquete sumó la hora de la que dispuso como titular en el ‘horno’ de Ourense. Siempre acompañado por Rubén López, la labor de Villares fue similar a la de Patiño. Ejerció de apoyo próximo a la hora de empezar a construir a nivel ofensivo y fue el mediocampista más central en términos defensivos, aunque con algo más de libertad que Patiño para ‘saltar’ hacia delante si identificaba a su marca y esta bajaba al apoyo.

 

Durante el primer encuentro, el futbolista de Vilalba vivió acompañado únicamente de Rubén en la medular, con una línea de dos segundos puntas -Kevin y Herrera- por delante y tres centrales por detrás. En el segundo partido, su pareja volvió a ser el canterano de Silleda, aunque la presencia de Mario Soriano como mediapunta dotó al Deportivo de más referencias por dentro en el 4-1-4-1 que probó el técnico catalán y permitió que Diego no tuviese una responsabilidad tan exclusiva en la organización ofensiva.

 

Más allá de matices relacionados con la estructura, Rubén López fue el encargado de ‘descolgarse’ para atacar la profundidad. Ese rol del pontevedrés ha sido en el que siempre ha destacado más Villares, que ahora debe ganarse la confianza de Hidalgo en una función más posicional para tapar las carencias del equipo y permitir que, a falta de fichajes, el técnico encuentre este verano a ‘su Sielva’ blanquiazul.

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