Cuatro meses después de que el Deportivo le metiera cuatro goles al Linares en las semifinales del playoff de ascenso a Segunda División, los dos equipos se reencontrarán en el césped del Estadio Abanca-Riazor con trayectorias muy diferentes que confluirán en la octava jornada de la temporada en Primera Federación.
El 4 de junio, el Deportivo superó con una goleada al Linares el primer escollo en su camino hacia el fútbol profesional, del que, posteriormente, se desvió ante el Albacete de Rubén de la Barrera.
A pesar del 4-0 con el que acabó el encuentro, al Deportivo le costó poner rumbo a la final. Se encontró con un conjunto jiennense al que no le valía el empate (el Deportivo pasaba en caso de igualdad en el marcador) y que fue ambicioso, generó ocasiones y se estrelló con Ian Mackay en los primeros minutos de partido. Eran momentos en los que el conjunto blanquiazul se veía superado por un rival con las ideas muy claras, que le presionó y le atacó con verticalidad y amplitud. Solo le faltó convertir las ocasiones en goles.
En el descuento del primer acto, Quiles puso al Deportivo por delante con un penalti por mano de Fran Lara. Un gol psicológico que, sin embargo, a los andaluces no les sacó del partido. Pasada la hora de encuentro rozaron el empate en una falta lateral, uno de los problemas habituales del Depor de Borja Jiménez. Héctor Hernández despejó bajo palos un remate de Etxaniz, que se había anticipado a Mackay.
Tras esa oportunidad fallida, el Deportivo sentenció la eliminatoria con tres goles en un lapso de seis minutos. Soriano, Bergantiños y Quiles confirmaron la presencia del Depor en la final y apearon al Linares. Desde ahí, sombras en los blanquiazules y luces en los de Linarejos, que ahora vuelven a Riazor.
El Deportivo no pudo superar al Albacete aunque se adelantó en el marcador con un gol de Soriano y tenía el ascenso en el bolsillo cuando el partido entró en los últimos minutos. Los manchegos forzaron la prórroga y en ese periodo añadido volvieron a ver portería para lograr el ascenso y frustrar a los blanquiazules. El relato se lo sabe de memoria el deportivismo, que no ha podido olvidar esa decepción.
Reencuentro
A partir de ahí, poco en común en el rumbo que han llevado el Deportivo y el Linares Deportivo. Los azulinos son colíderes con 19 puntos de 21 posibles en su haber; siete más que los herculinos. El próximo domingo, la distancia puede estrecharse a cuatro puntos, ampliarse a diez o quedarse como está. Esta vez, el que tiene la obligación de ganar es el equipo de Borja Jiménez. El empate reforzaría al Linares.
Como el Racing de Ferrol, con el que comparte liderato, se mantiene invicto después de siete partidos disputados, siete citas en las que anotó doce goles (los mismos que los verdes y cuatro más que los deportivistas) y cinco en contra, uno más que los que recibieron los racinguistas y uno menos que los que recibieron los de Borja Jiménez.
Su balance es de seis triunfos y un empate. Solo Unionistas de Salamanca puso un lunar (1-1) en su camino en la segunda jornada. El Deportivo, en cambio, ha tenido más tropiezos que triunfos (4-3) en este inicio de curso que puede empezar a cambiar con un triunfo el domingo.
