El Deportivo ha puesto fin a su primera tanda de encuentros de preparación con dos victorias, algunas dudas y pocas certezas que llevarse a la boca. La escasez de caras nuevas no deja demasiado espacio para grandes ilusiones en la parroquia blanquiazul, que al menos en este sentido sí ha tenido una luz que, por otra parte, llevaba esperando tiempo: la llegada de Charlie Patiño. Por supuesto es pronto para sacar conclusiones ante dos rivales de categoría inferior, pero ya de primeras el centrocampista inglés está mostrando un claro cambio de actitud, curiosamente, antes de regresar a su tierra.
Poco queda de aquel futbolista tímido que aterrizó en A Coruña hace casi un año. El paso del tiempo ha ayudado a su adaptación al entorno y, sobre todo, también a descargar de sus hombros el innecesario peso de los focos que desde el club blanquiazul se le colocó a un chico de 20 años que afrontaba su primera aventura lejos de casa. “Fue un año duro”, reconoció el propio Patiño el sábado nada más terminar el encuentro con el Ourense CF en la zona mixta de O Couto. Fue también un año de aprendizaje para darse cuenta de lo que necesita para volver al camino del fútbol profesional.
Ahora tocará recorrerlo. Las pretemporadas no garantizan ni descartan a nadie de forma definitiva, aunque en el caso del mediocentro, su puesta en escena está sirviendo para eliminar muchas de las dudas con las que arrancaba el verano. Ni Dépor ni futbolista podían permitirse otra temporada en blanco y ambas partes parecían arrancar la preparación con una maleta en la puerta entreabierta de la posible cesión. Esa opción parece hoy cada vez más lejana.
Patiño fue titular el miércoles ante la SD Compostela y salió al campo en la segunda parte frente al Ourense CF. Más de 70 minutos en lo que va de preparación han sido suficientes para demostrar que su intención es la de dar un paso adelante.
Giro de 180 grados desde el futbolista gris que se escondía detrás de los rivales y transmitía la sensación de que no quería la pelota. Ahora la pide, manda y dirige desde esa figura de mediocentro posicional para la que, a falta de poder ver en acción a José Ángel, Antonio Hidalgo ha abierto una oposición que otorgará plaza con vistas a la competición real. Se atreve más el inglés, falle o acierte, como en esos envíos en largo a la espalda de la defensa que no tuvieron premio en San Lázaro, pero que hicieron diana el sábado para asistir a Yeremay en el 0-2.
Está por ver si es capaz de mantener esta progresión a medida que la exigencia aumente. A pesar de un evidente cambio físico, este es un aspecto que debe seguir trabajando. Las zonas centrales y la posición de mediocentro en la élite exige, además de talento, ritmo y choque. Y Charlie ha tenido dificultades en ambos encuentros para imponerse en duelos con jugadores menos poderosos de los que se va a encontrar a partir del 16 de agosto.
A resolver parte de esas incógnitas deben ayudar los próximos compromisos, en los que además Patiño jugará en casa. El Dépor viaja ahora a tierras británicas, donde se medirá a Watford y Middlesbrough. “Estoy muy contento, estoy deseando jugar contra los equipos ingleses”. Dos rivales de Championship para comprobar el nivel del equipo blanquiazul y medir si la evolución del centrocampista conquista otra frontera para cumplir su sueño. “Me gustaría jugar aquí, me gustan mis compañeros, la ciudad y quiero jugar en Riazor”.