Rubén de la Barrera va dando forma al Deportivo que quiere ver ante el Algeciras en la primera cita de su segunda etapa en el banquillo del conjunto blanquiazul.
Sus dos primeras sesiones al frente de la plantilla deportivista fueron vespertinas y tuvieron como escenario el Estadio Abanca-Riazor y se desarrollaron a puerta cerrada.
La primera se celebró el miércoles y estuvo marcada por su presentación en el vestuario con el presidente y miembros del Consejo y el saludo, uno a uno, a sus jugadores. Después de una hora de charla en el vestuario, tocó la primera práctica.
Ayer, en su segundo día de esta nueva etapa, de nuevo en Riazor, tocó otra presentación, esta vez ante los medios de comunicación, y un entrenamiento con alta carga táctica.
El técnico pretende no solo limpiar las cabezas de sus jugadores, sino también que vayan interiorizando sus ideas futbolísticas. Hay poco tiempo y mucho que trabajar, aunque, evidentemente, las ideas tarden en interiorizarse. Al menos, se trata de conseguir inculcar su esencia.
Lo hizo con toda la plantilla sobre el césped, de nuevo a puerta cerrada tras los primeros minutos abiertos solo a los gráficos.
La sesión comenzó con el calentamiento, unos rondos en los que trabajó la presión y un partido de once contra once en el que dio las instrucciones a sus futbolistas con la vista en el partido con el Algeciras, pero también con la mirada puesta en el playoff de ascenso que se disputará en junio.
El único representante de las categorías inferiores fue David Mella, que esta temporada apenas ha estado con el primer equipo (tuvo una lesión que le lastró buena parte del campeonato con el filial).
Tras dos entrenamientos consecutivos en Riazor y a puerta cerrada, este viernes De la Barrera regresará a la Ciudad Deportiva de Abegondo a las 10.30.
