“Con la lesión de Escudero a ver cómo podemos adaptar. Aprovecharé el Teresa Herrera para ver cosas”, exponía Imanol Idiakez en la previa del trofeo veraniego al respecto de la baja del lateral zurdo vallisoletano y las opciones para suplir su ausencia.
A la vista de las alternativas planteadas, el Dépor evidencia, otra vez, un problema en esa demarcación, que luce un agujero por el que el equipo se descose. Iano Simão es el único jugador específico con el que cuenta el preparador vasco en esa demarcación, pero no escogió a este de cara al once contra el Leganés.
Hasta cuatro soluciones probó antes de terminar por alinear al de Guinea-Bissau. Empezó en línea de cinco con Davo de carrilero izquierdo y este cambió posteriormente su posición con David Mella, siguiendo con el dibujo de tres centrales.
Después de este esquema, del que no sacó partido el Dépor ni en ataque y mucho menos en defensa, el míster vasco cambió a línea de cuatro, ubicando a Mella por la izquierda. Poco duraba el experimento y antes de que se cumpliese la hora de partido Ximo Navarro pasaba a ocupar el puesto del de Espasande, que adelantaba su posición. Y, cuando se cumplía el 80 de duelo era cuando ingresaba en el verde Iano, que ejercía en su demarcación natural.
El ex del Fabril trataba de progresar por su banda y pisar área, aprovechándose de su explosividad y velocidad. Recursos que ya ha mostrado durante la pretemporada, donde ha acumulado muchos minutos.
Ante el Chaves, el tiempo que Escudero estuvo en el campo, jugó de extremo, por delante del pucelano, que ocupaba el lateral izquierdo. El contratiempo de la lesión de este, con una luxación en el codo de su brazo izquierdo (la tercera de su carrera) pone de relieve la necesidad, aunque ya estaba previsto antes, de que se cierre la llegada de otro lateral zurdo.
Aunque el Deportivo aún no ha dado plazos, la baja de Escudero no será inferior a dos meses, lo que obliga a acudir al mercado para tener, hasta que el pucelano se restablezca, dos jugadores por puesto.
Hay excepciones que confirman la regla en este puesto en el Dépor, como son Luisinho, que jugó 151 partidos con el Dépor, y Fernando Navarro, que disputó 77. Ambos conforman la dupla de laterales zurdos con mayor recorrido en el club en los últimos años.
Antes de la llegada de Luisinho en 2013, el Dépor contó con Morel, Rindaroy y Stopira, que llegaron en 2010; Ayoze Díaz, fichado en 2011, y Evaldo y Tiago Pinto, en 2012. Seis futbolistas que no tuvieron continuidad en Riazor.
No le fue mejor al club con el descenso a Segunda en 2018, pues siguió la dinámica de entradas y salidas de futbolistas en esa banda. Dubarbier, Diego Caballo, Luis Ruiz y Salva Ruiz no terminaron de encajar.
Recalaba en Segunda División B Héctor Hernández, que sumaba 47 encuentros con el Dépor, pero tampoco llegaría a consolidarse. Como tampoco lo harían Diego Aguirre, Retuerta y Raúl Carnero. Lo lograban, pero su paso por el conjunto herculino era breve, Lebedenko y Balenziaga.
Precisamente, con la llegada de Escudero, ya pretendido por el Dépor en el verano de 2010 con Miguel Ángel Lotina al frente, se replicaba la misma fórmula que con Balenziaga: jugador con experiencia, veterano, con un amplio bagaje en Primera División, para aportar más empaque a la posición.
Un plan que ha volado ahora por los aires y que obliga al Dépor a peinar el mercado buscándole sustituto. A la vista de las pruebas del Teresa Herrera, no se espera que repita el experimento de carrileros y es más probable que su apuesta pase por ubicar a un lateral a pierna cambiada, como Ximo Navarro.
El curso pasado, cuando el lateral vasco no estuvo disponible y antes de la llegada de Iano al primer equipo (lo hizo en enero en el mercado de invierno), llegaron a jugar como improvisados laterales zurdos Pablo Martínez, Dani Barcia, Paris Adot y David Mella. Hace falta ahora taponar esa herida del lateral izquierdo, aunque todo apunta a que de cara al debut liguero habrá que conformarse con una tirita.
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