Pasaron 25 años, pero la memoria no entiende de almanaques. Ayer, en el Salón Arao de Palexco, el Deportivo volvió a proclamarse campeón de Liga. Lo hizo entre aplausos, abrazos, risas y algún amago de lágrima. Con los goles de Donato y Makaay rebotando en la pantalla, pero también en el corazón de multitud de aficionados que, como entonces, volvieron a vivir el 19 de mayo de 2000 como si no hubiese pasado el tiempo. Aproximadamente 400 personas revivieron la mayor hazaña del Dépor en un evento organizado por DXT Campeón para conmemorar un cuarto de siglo del título más importante de la historia del club. La iniciativa, que reunió a grandes protagonistas de aquella gesta, convirtió Palexco en un Riazor paralelo.
Bajo la conducción de Rubén Ventureira Novo, director editorial de Editorial La Capital y director de El Ideal Gallego, y Juan Luis Rodríguez Cudeiro, y director del DXT Campeón, la ceremonia arrancó poco después de las 19.00 horas. El acto central fue la proyección del Deportivo-Espanyol (2-0) que se jugó en Riazor el 19 de mayo de 2000 y que le dio al conjunto coruñés su primer y único título de Liga. Un encuentro inolvidable que se pudo revivir con los comentarios en directo de algunos de los protagonistas: Donato, Fran, Manuel Pablo, José Ramón, Jaime Sánchez y el entonces presidente Augusto César Lendoiro, entre otras figuras relevantes de la ciudad herculina y el deportivismo que fueron salpicando el evento con sus anécdotas.
Rubén Ventureira y Juan Luis Cudeiro fueron dando paso a los diferentes protagonistas según avanzaban los minutos del encuentro. La fórmula fue sencilla, pero efectiva. Donato, autor del 1-0, y Fran, capitán de aquel Deportivo, fueron los primeros en subir al estrado. “Parece que fue ayer, es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Fue un sueño hecho realidad. Habíamos tenido un disgusto muy grande en el 94 y creía que esa oportunidad no se iba a volver a presentar”, aseguró el eterno ‘10’ blanquiazul poco antes de los primeros aplausos y vítores en el acto, con el tanto de Donato que abrió la lata. “Es una de las cosas que recuerdo. Quedamos Víctor y yo en el campo ensayando córners”, comentó Donato sobre la acción del 1-0, tras un lanzamiento de esquina ensayado tantas veces con su compañero. “Marcar el gol quitó esa tensión que se vivía. El título es un homenaje a todo el trabajo hecho desde la 1993-94”, añadió el exfutbolista brasileño, mientras Fran reconoció que no había vuelto a ver el encuentro: “Ni en pandemia”.
“¿Cuánto va de partido? ¿Un cuarto de hora? Y todavía no han llegado a portería”. ‘O Neno’ introdujo así la seguridad que mostraba aquel Dépor: “Los equipos de Irureta eran muy sólidos. No es cuestión solo de este partido”. Al mismo tiempo destacó su complicidad con Djalminha, el mago de aquel plantel. “No tengo ni idea de por qué congeniamos. Aparte del talento increíble que tenía, en los entrenamientos nos picábamos mucho. De eso vino todo. Antes de los partidos siempre jugábamos al fútbol-tenis en el vestuario. Seguro que aquel día también, aunque a Jabo no le gustaban nada esas cosas”. Paralelamente, Djalminha hacía diabluras en la pantalla que levantaban los aplausos de los asistentes.
Uno de los momentos más cómicos del evento llegó cuando Naybet realizó un entradón a Tamudo dentro del área que no fue señalado por el árbitro García Aranda. “No vamos a pedir el VAR, ¿no?”, comentó Cudeiro en medio de las risas del público. Donato admitió que se acordaba perfectamente de la jugada, ya que Naybet incluso se lo llevó por delante. “Fue uno de los mejores compañeros de defensa que he tenido. Cuando no jugaba, le echaba de menos. Y al revés también”, apuntó Donato.
Tras elogiar también la figura de Makaay y Mauro Silva, del que Donato dijo que era un “seguro jugar con él”, llegó el 2-0 anotado por Makaay. Pared entre Manuel Pablo y Víctor, recorte del lateral, centro raso y remate a la red del killer. Un tanto que volvió a encender el griterío de los asistentes al evento.
Acto seguido, cambio en el escenario: Entre aplausos, se bajaron Donato y Fran y subieron Manuel Pablo, Jaime Sánchez y José Ramón para continuar con los comentarios. Entre tanto, Naybet salvaba en la pantalla un gol bajo palos tras un remate de De Lucas.
“No nos preocupábamos de los otros campos, solo teníamos ganas de que el árbitro pitara el final”, comentó Jaime nada más subir al estrado, mientras que José Ramón destacó las diferencias entre la plantilla del 1994 y del 2000: “Este equipo era más maduro y había más calidad. Había más dudas contra el Valencia, pero aquí no tenía dudas del equipo. Estábamos convencidos de que íbamos a ganar”.
Acto seguido, Cudeiro reveló que Irureta le llamaba “trivote”, ya que el periodista había escrito ese término en el periódico cuando el técnico vasco utilizaba a tres centrocampistas en la medular. A lo que Jaime, que tuvo un rol secundario en aquella temporada, comentó en tono jocoso: “Por lo menos te llamaba”.
Tras una breve pausa coincidiendo con el descanso del encuentro, José Ramón reconoció que no se acordaba de que García Aranda, el árbitro de aquel encuentro y también el de la final de la Copa que supuso el primer título del Deportivo en 1995, había echado a los no convocados de la banda. Poco después, Jaime afirmó que, aunque no tuvo los minutos deseados, aquel equipo era una “familia”. De hecho, llegó procedente del Real Madrid y echó raíces en A Coruña. “El gran patrimonio del Deportivo es su afición. Llevo 26 años aquí y ya me considero más coruñés que madrileño. Cuando estás en Madrid todo es más elitista y no te sientes tan identificado”. Unas palabras que volvieron a levantar los aplausos del público.
Antes de llegar a la hora de encuentro, José Ramón también lamentó que el Dépor de aquella época, según su opinión, se quedó “corto en cuanto a títulos” teniendo en cuenta el potencial de la plantilla, mientras que Manuel Pablo se tornó en protagonista tanto en la retransmisión, con una de sus míticas conducciones, como en el escenario, al hacer referencia a las típicas flechas de la pizarra de Irureta para indicar el recorrido de los jugadores. “¿Las flechas? Depende del rival la flecha era más corta o más larga. Pero no le hacía caso. Yo corría y punto. Normalmente las flechas eran largas, pero contra Madrid y Barça no pasaban del medio del campo”, recordó el técnico del Fabril entre risas.
Manuel Pablo, Jaime y José Ramón dejaron su lugar en el escenario al periodista Andrés Vieites y a Augusto César Lendoiro, que puso de pie a gran parte del Salón Arao y fue recibido entre cánticos: “¡Presidente, presidente!”. Sus primeras palabras hicieron referencia a la angustia sentida en el tiempo añadido del encuentro contra el Espanyol. “Estaba acojonado. El recordado Naya –speaker de Riazor durante más de 40 años–, que siempre improvisaba, dijo a falta de un minuto para el final: ‘Por favor, que nadie salte al terreno de juego’. Claro, y eso fue el pistoletazo. Después del penalti de Djukic, solo faltaba que García Aranda suspendiera el partido y declarara ganador al Espanyol. Ahora suena jocoso, pero en aquel momento era algo que podía ocurrir. Y además es que García Aranda no me gustaba nada. Ganamos la Copa, pero el arbitraje fue nefasto”, comentó Lendoiro.
Por otro lado, el expresidente aprovechó la ocasión para dar valor al título de Liga. “En la última jornada tres equipos podían ser campeones. Creo que eso no se volvió a repetir. Además, el Real Madrid, que fue quinto, quedó campeón de Europa, y el Valencia, subcampeón de Europa. Eso demostraba que la Liga española estaba a un grandísimo nivel. Algunos indocumentados que critican aquella Liga no saben lo que dicen, cuando ahora las Ligas se deciden a falta de tres o cuatro jornadas”, aseguró Lendoiro, que afirmó que “el Espanyol no se jugaba nada, pero venía primado”.
Tras despedir a Andrés Vieites del escenario y dar la entrada a otro periodista reconocido como José Gerardo Fernández, Lendoiro apuntó que, a pesar de haber ganado la Liga, “el gran equipo del Deportivo es el del año siguiente. Deberíamos haber ganado la Champions. Fue el año que nos elimina el Leeds”. El exmandatario blanquiazul también tuvo palabras de elogio para Irureta, del que dijo que “encajaba perfectamente en la indiosincrasia del club. Igual que antes Arsenio –comentario que arrancó los aplausos del público–. Son entrenadores serios, trabajadores, de club, y que encajaban perfectamente en todo lo que representaba el Deportivo”.
El final del acto y del memorable partido confluyeron en una nueva celebración, con cánticos de “campeones, campeones” resonando en Palexco y una reflexión de Lendoiro: “No disfrutamos de todo lo que debimos disfrutar. Es una pena que no se celebraron la Supercopas. Animo a todo el mundo a que todo lo que se pueda celebrar, se celebre de verdad. Porque no vuelve”. Un mensaje para valorar logros más mundanos del presente como cierre de una celebración de una gesta del pasado que sigue latiendo en el corazón blanquiazul.