El pasado 19 de junio, Ismael Arilla, director de fútbol formativo del Deportivo, se sentó en la sala de prensa de Abegondo para analizar la situación de la cantera blanquiazul. Entre otros temas, habló sobre algunas salidas y llegadas al club. 

Precisamente hizo especial hincapié en una incorporación de la que no reveló su nombre: “Es un chaval que salió de aquí en etapa cadete y que ahora es juvenil. Es un talento que nosotros hemos seguido desde la secretaría técnica muy de cerca. Tenía propuestas de otros equipos importantes de España, pero él ha decidido volver aquí”, expuso Arilla.

Ahora, días después, el nombre del juvenil se ha convertido en un secreto a voces: Iker Gil (Pontevedra, 2007). El canterano, al que ya se le ha visto posar con el escudo del Deportivo, regresa a la que fue su casa tras dos temporadas en Santiago de Compostela.

Todo parecía indicar que el futuro de Iker estaría lejos de Galicia. De hecho, según afirmó Xavi Jorquera, el delantero pontevedrés tenía un preacuerdo firmado con el Castellón que le convertiría en el primer refuerzo del Juvenil A del cuadro ‘orellut’ de cara a la temporada 2025-26.

La irrupción del Deportivo dejó sin opción al Castellón, quien parecía haberse adelantado a otros clubes de España como que querían hacerse con los servicios del ariete.

Según pudo saber DXT Campeón, en esa lista de equipos interesados estaban, entre otros, Cádiz, Alavés, Almería e incluso Celta. Por una cuestión de tiempos, el club herculino demostró su interés más tarde que otros, sin embargo, desde que el Dépor apareció en escena, Iker lo tuvo claro.

Años de aprendizaje

Después de formarse como futbolista en las categorías inferiores de la entidad blanquiazul, Iker se marchó al Conxo en edad cadete. En su primera campaña, sus cualidades pronto llamaron la atención del Compostela —Conxo y Compostela, aunque compiten de manera independiente, tienen firmado un convenio que permite la creación de una estructura de fútbol base en la comarca de Santiago—. Marcó 25 goles en una temporada en la que alternó entre el Juvenil A, de Liga Nacional y Juvenil B, de Liga Gallega.

En la 2024-25, la entidad de la capital reclamó al delantero para el Juvenil A que milita en División de Honor. Despuntó al consagrarse como el máximo artillero del equipo. Firmó 13 dianas en 22 encuentros y, sus buenas actuaciones le sirvieron para recibir la llamada del primer equipo.

Debutó en Segunda Federación frente al Pontevedra, ante el que jugó 29 minutos. Fueron los primeros que disputó en dicha categoría, pero no los últimos. Cerró el ejercicio 2024-25 con 242 minutos en el primer equipo y, aunque no pudo estrenar su cuenta goleadora, demostró sus principales cualidades.

Sacrificio y gol

Iker Gil es uno de esos delanteros a los que no les falta sacrificio. Sus cifras desvelan que el gol va con él de forma innata, pero cuando el esférico no quiere entrar, el de Pontevedra lo suple con trabajo. 

Compaginará el Juvenil A con el Fabril, aunque sus características ponen su nombre en la lista de esos jugadores que pueden convencer a Manuel Pablo. Es responsable a nivel de grupo y físicamente, a pesar de ser juvenil, está muy desarrollado. Precisamente eso le permite primar el esfuerzo y ser capaz de apretar y echarse encima del rival en cuanto pierde el balón.

Demostró que tiene gol. Suele estar en el lugar correcto y ello, sumado a su capacidad de rematar con ambas piernas, le convierte en un peligro constante para los rivales.

Por si fuese poco, es polivalente. Kevin Sánchez, que finaliza su etapa en el Fabril, dejará un hueco difícil de suplir. El delantero burgalés no solo era el principal baluarte ofensivo del filial blanquiazul, sino que también se adaptaba con facilidad a las tres posiciones del ataque.

Eso es algo que Iker Gil puede ofrecer al técnico grancanario. Con el primer equipo del Compostela, se desempeñó en varios partidos por banda, aunque con el Juvenil A, se ubicó más como referencia del ataque. Además, puede jugar solo o con otro delantero, algo que permite a los técnicos contar con varias soluciones en un mismo futbolista.

Por lo de pronto, el verde es el que manda e Iker deberá ganarse el puesto en el filial blanquiazul sobre el terreno de juego. Esa posición la peleará con Rubén Fernández, ariete con el que comparte edad de nacimiento.