Como si de una historia de amor se tratase, lo del Deportivo y las futbolistas asturianas siempre parece salir bien. La última en sumarse a la aventura blanquiazul fue Olaya Enrique, nacida en Avilés. Pero detrás de ella hubo otras tres que se enfundaron la elástica del Dépor para dejar huella en su historia. La primera fue Iris Arnaiz y más tarde, llegaron María Méndez 'Pecas' y Henar Muiña, que todavía continúa en el club.
También estuvieron María Sánchez Migallón, más conocida por su nombre deportivo, ‘Miga’, y Ana Valles, aunque ninguna de las dos llegó a jugar en la máxima categoría con el cuadro coruñés. Miga, natural de Langreo, se formó en el equipo de su ciudad y en el Oviedo Moderno y su paso previo a fichar por el Dépor fue el Orzán. Ana, portera gijonesa, estuvo varios años en el Rayo Vayecano y, tras jugar en el Tacón y en Pozuelo de Alarcón, firmó con el club blanquiazul.
Precisamente Miga compartió vestuario, apenas una campaña, con una de las jugadoras asturianas que escribió su nombre en la historia del Deportivo. En la segunda temporada desde la creación de la sección femenina, la entidad blanquiazul incorporó a Iris Arnaiz (Gijón, 1994). Fue el cuarto refuerzo de un equipo que buscaba el ascenso a la máxima categoría. Llegó procedente del Oviedo Moderno y, lo que no sabía la centrocampista, ni seguramente tampoco la afición deportivista, es que terminaría por convertirse en una de leyenda del cuadro herculino.
Durante las tres temporadas que estuvo en el club, logró el ansiado ascenso a Primera División, por aquel entonces denominada Liga Iberdrola. En ese primer año en la máxima categoría, el Dépor firmó un cuarto puesto histórico. También vivió la otra cara de la moneda con el descenso de 2021. Y fue ahí cuando llamó a su puerta una oferta irrechazable. En una entrevista que ofreció a DXT Campeón en noviembre de 2024 confesó que “o era el Dépor o la Real Sociedad”. Le costó, pero la oportunidad de jugar en un equipo como la Real era difícil de rehusar. Así fue que, tras 107 partidos oficiales defendiendo la elástica blanquiazul y portando el brazalete en su brazo izquierdo en muchos de ellos, Iris puso rumbo al País Vasco para jugar en el cuadro txuri-urdin, donde estuvo tres campañas antes de fichar por el Sevilla, su equipo actual. Años después, todavía se mantiene como la cuarta futbolista con más encuentros de la historia del Deportivo y solo se ve superada por Gaby García, Eva Dios y Cris Martínez.
Después de lograr el ascenso a la máxima categoría en 2019, al Deportivo le tocaba exprimirse en el mercado estival para reforzar la plantilla. A mediados de junio, la entidad coruñesa anunciaba la incorporación de María Méndez (Oviedo, 2001), una central que todavía no había jugado en Primera División.
La jugadora natural de Oviedo recaló en el Dépor procedente del mismo equipo que Iris Arnaiz. Todo indicaba que nada podía salir mal. Y así fue. En su primer año en la élite, tanto de Pecas como del Dépor, ambos se entendieron a la perfección. A sus 18 años se convirtió en la central inamovible para Manu Sánchez y no tardó en levantar pasiones en los demás equipos. Solo estuvo un año en A Coruña, pero su huella es imborrable. Se marchó al Levante, equipo en el que estuvo hasta 2024, cuando fichó por el Real Madrid.
Con el objetivo de recuperar su plaza en Primera División y abandonar la categoría de plata, el Deportivo se fijó en Henar Muiña (Gijón, 1999).
Su fichaje estaba amparado por sus buenas temporadas anteriores. Recaló en el cuadro blanquiazul procedente del Rácing Féminas, en el que fue titular indiscutible. Hizo lo propio a las órdenes de Irene Ferreras. Se ganó el puesto en el medio del campo y, solo un año después de su llegada, se convirtió en la pieza indiscutible del ascenso a Liga F. Fue uno de los pilares del Dépor en Primera Federación y una lesión que le obligó a pasar por quirófano le privó de volver a serlo en la máxima categoría. Tiene contrato hasta 2027 y, aunque no será un fichaje como tal de cara a la próxima campaña, su vuelta puede significar aire fresco para la escuadra dirigida por Fran Alonso.
Después de Iris, Pecas y Henar, ahora la asturiana que quiere escribir su propia historia como blanquiazul es Olaya Enrique (Avilés, 2005).
La avilesina abandonó el Real Madrid para firmar con la entidad deportivista hasta 2028 tras jugar en el cuadro herculino como cedida. Argumentos para dejar su nombre grabado junto al de sus otras tres conterráneas le sobran. Así lo ha demostrado en su primera campaña íntegra en Liga F. Y todo el deportivismo está deseando que una de las perlas del fútbol español triunfe con la elástica blanquiazul.