Gran parte de las opciones del Depor Abanca de jugar la final de los playoffs para ascender a la máxima categoría pasan por romper el muro. El de un Cacereño con buenos números defensivos fuera de casa y al que se ha enfrentado en tres ocasiones este curso sin poder hacer gol.
No es estrictamente necesario, ya que en caso de 0-0 al término de una hipotética prórroga, las de Irene Ferreras se clasificarían, pero si quieren lograr un pase menos agónico deberán marcar algún gol.
Los dos primeros partidos de esta temporada contra el conjunto extremeño se saldaron con un contundente 4-0 y un 0-2. El pasado fin de semana, el equipo blanquiazul logró, al menos, frenar en lo ofensivo al Cacereño.
Ahora, con un partido decisivo en el horizonte, los números dicen que el equipo de Ernesto Sánchez no es demasiado prolífico en el aspecto goleador cuando juega lejos de su campo (13 goles en 15 partidos), pero sabe como defenderse (tan sólo once tantos en contra).
Este último dato sorprende en comparación con la capacidad defensiva del equipo en casa, donde ha recibido 17 goles durante la presente temporada. Una cifra también buena, de poco más de un gol por partido, pero peor que la que tiene como visitante.
Gran inicio
El Cacereño comenzó muy bien la temporada. En las diez primeras jornadas sólo perdió un partido, y fue en su campo ante el Eibar (1-2).
Los cinco primeros partidos fuera de casa los saldó con 11 puntos de 15 posibles: victoria ante el Athletic B (1-3), seguido por sendos empates frente a Osasuna (0-0) y Barcelona B (1-1); para continuar con dos victorias por la mínima (0-1) contra Granadilla y Juan Grande. El equipo mostraba una gran solidez.
El primer traspiés de las extremeñas a domicilio llegó dos semanas después contra el Alba y, tras vencer al Oviedo Moderno, volverían a irse de vacío del campo del DUX.
Fue un pequeño bajón, ya que en esos encuentros el equipo sólo encajó tres goles, del que se recuperaron rápidamente.
Tras él volvieron a encadenar una racha de cuatro partidos sin perder, que se volvió a cimentar desde el buen hacer de la zaga. Dos victorias (Depor y Granada), y dos empates (Espanyol y Córdoba), recibiendo un único tanto.
En ese momento, tras 12 jornadas fuera los números defensivos eran espectaculares. Sólo seis goles encajados. A partir de ahí, una derrota contundente ante el Rayo (3-0) y un traspiés frente al Eibar (2-1) los empeoraron un poco y enseñaron el camino al Depor, que debe mirar ese espejo para romper los muros.
