Con la permanencia ya conseguida y celebrada, es momento de analizar algunas de las claves que privaron al Deportivo de llegar al tramo final de la temporada con una distancia mayor sobre el descenso. El conjunto blanquiazul, a pesar de conseguir la salvación ante el Sevilla, recibió un nuevo gol a balón parado. La diana de Eva Llamas fue el decimotercer tanto encajado a balón parado, el séptimo desde el córner.
Dejando a un lado el gol recibido desde el punto de penalti ante el Real Madrid (Olga Carmona), el Dépor ha encajado un total de doce dianas a balón parado: siete de córner y cinco de falta. Y lo cierto es que la mayoría, llegan por no ganar las segundas acciones.
El primer equipo en abrir la herida del balón parado fue el Atlético de Madrid, en la segunda jornada liguera. Tras un córner que logró despejar Raquel de cabeza, Laurel Leal recogió el rechace en el área pequeña y no perdonó ante Inês.
De una forma similar, el Granada (jornada 12), consiguió poner tierra de por medio en el marcador. La segunda diana del partido llegó de un saque de esquina que la meta lusa despejó de puños. Isa Álvarez, entre camisetas del Dépor, solo tuvo que empujarla para poner el 2-0 en el marcador. El tercero en ese mismo encuentro también vino por no ser, ninguna futbolista blanquiazul, capaz de despejar el esférico con contundencia. Tras una serie de rechaces, el balón le acabó llegando a Postigo, que disparó potente directo a la escuadra, imposible para Inês.
Ainoa Campo con el Espanyol (jornada 10), María Méndez (jornada 13) y Carla Camacho (jornada 22) con el Real Madrid, Eva Alonso con el Levante (jornada 26) y Eva Llamas con el Sevilla (jornada 29) fueron las futbolistas que lograron hacer daño al Deportivo con goles de cabeza tras ganar la posición a la defensa blanquiazul.
Ahora, aunque todavía falta una cita para finalizar la 2024-25 (ante el Madrid CFF el próximo domingo a las 12.00 horas), Fran Alonso ya sabe una de las deudas que tiene que afrontar en la temporada siguiente.
Es evidente que, si hubo una figura clave para la permanencia del conjunto blanquiazul, esa fue Inês Pereira. La meta lusa recaló en las filas del Dépor para ser importante. Y así fue. Merced a sus buenas actuaciones, el equipo coruñés pudo sacar puntos en muchos partidos e incluso mantenerse vivo hasta el final ante los equipos más nobles de la competición.
Sin embargo, la guardameta dejó entrever una carencia leve en los balones aéreos. En el segundo gol del Athletic Club en Riazor (jornada 4), Inês salió para despejar un saque de esquina, pero sin éxito. El balón quedó muerto en el área y Valero, de primeras, puso el empate en el marcador en los minutos finales.
Le ocurrió lo mismo ante el Eibar, esta vez con una falta directa. Pizarro, desde una posición muy escorada, disparó bombeado hacia el palo largo; la portera blanquiazul midió mal en su salida y lo que parecía un centro, terminó colándose dentro.
La jugadora cedida por el Everton ha mostrado, a lo largo de la temporada, carisma de sobra para sobreponerse a sus fallos. De hecho, la balanza entre errores y aciertos, cae de sobra hacia el lado del aprobado hasta el punto de ser imposible de entender la salvación del Deportivo sin su figura.