En el fútbol moderno, que devora entrenadores a cada paso con mayor facilidad, no es sencillo completar temporadas, alcanzar cifras simbólicas. Noé López puede presumir de haber dirigido al Betanzos en 50 partidos. Celebró sus Bodas de Oro el pasado domingo en el mejor escenario posible, el García Hermanos, y con una victoria clara (3-0) contra el Foz. Pero todo ha sido coser y cantar desde que aterrizó en el Brigantium en marzo de 2019.
Cumplió el ‘entrenador nuevo, victoria segura’ en su estreno (31/3/2019) ante el Cultural Maniños. Asumió el mando con el equipo en la cuarta plaza a falta de solo siete jornadas para que terminase la liga en Primera Galicia. Restaban 21 puntos en juego y el Betanzos estaba a 15 del líder y a 12 del segundo. El ascenso era misión (casi) imposible. “Me encontré muy buenos jugadores para Primera pero estábamos muy lejos de los dos primeros puestos. Mi objetivo era que el equipo compitiese cada partido a sabiendas de que estaba prácticamente imposible el ascenso y fue algo que se consiguió”, repasa Noé.
Su segundo curso en el Betanzos, el 2019/20, fue el del ansiado ascenso a Preferente. Los números fueron impecables salvo por las dos derrotas consecutivas –tres partidos sin ganar– ante Victoria (1-3) y Sada (2-0) que sembraron las únicas dudas en toda la liga. La temporada se interrumpió en marzo por el COVID-19 y el Betanzos ascendió como mejor segundo clasificado evitando el cruce con el Soneira por el mismo motivo: la pandemia. “Conseguimos que el equipo tuviese una idea de juego más adaptada a mi forma de entender el fútbol. Fuimos lo suficientemente competitivos para estar al acecho de un Victoria intratable. Cuando se interrumpió la liga estábamos en nuestro mejor momento de la temporada. El ascenso no fue el deseado porque si no se celebra en el campo y con la afición no es lo mismo”.
La tercera campaña de Noé López en el Betanzos también tuvo sus particularidades. Si en la primera llegó para las siete últimas jornadas y la segunda se vio paralizada por el COVID, la tercera tuvo un desarrollo inédito al dar comienzo a finales de marzo. El cuadro betanceiro terminó cuarto con tres victorias, cinco empates y cuatro derrotas. “Estuvo marcada por el formato exprés, por un grupo potente y porque había poco margen de error. Nos hizo daño la derrota por la alineación indebida contra el Sofán en un partido que habíamos ganado en el campo. A nivel anímico y clasificatorio nos penalizó aunque seguimos compitiendo bien y conseguimos finalizar en la cuarta plaza. Era una oportunidad única para, estando bien en dos meses, optar al ascenso a Tercera”.
La directiva le renovó el pasado verano y encara su cuarta temporada en el García Hermanos, la segunda en Preferente. No ha empezado nada mal. Junto a la Sarriana es el único equipo del grupo que todavía no ha perdido (tres victorias y tres empates). Fue precisamente el pasado fin de semana cuando Noé encaró su partido número 50 como entrenador del Betanzos. “Hay margen de mejora en el juego pero seguimos invictos y bien situados en la clasificación para poder acceder al objetivo, que es meternos en los cinco primeros puestos al final de la primera fase”.
¿Y en el futuro? ¿Dónde se ve Noé? “Entiendo que habrá o no quinta temporada en función de los resultados de esta. Si tengo que pedir un deseo, sería una quinta en el Betanzos y en Tercera División”. l