Dudas y mucha montaña en un Giro que nunca falla

Dudas y mucha montaña en un Giro que nunca falla — La maglia rosa y el trofeo Senza Fine, los premios del ganador | Claudio Furlan/LaPresse

Pablo Zaballa
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7 de mayo de 2021, 08:30h

Dos horas en coche separan Turín de Milán, en el centro neurálgico de la Italia rica, la del norte. Símbolo de esa riqueza, y también de la historia y la tradición, es el Giro, la carrera más bella del mundo, en el país más bonito del mundo. O eso dicen los italianos. Y es mejor no llevarles la contraria.

La corsa rosa, de vuelta en el mes de mayo tras su excepcional edición otoñal en el año de la pandemia, arranca mañana con una contrarreloj a orillas del río Po y terminará el 30 de mayo con otra crono en la capital de Lombardía. Los ciclistas no tomarán la autopista que une las dos grandes urbes en poco más de 140 kilómetros. Tendrán que recorrer 3470 en 21 etapas: seis de alta montaña, siete de terreno quebrado para emboscadas y otra media docena para velocistas.

El Giro 104 pisará Eslovenia –no ha sido suficiente para seducir a sus dos grandes estrellas– y hará una incursión en Suiza para subir dos de los 44 puertos puntuables que presenta el recorrido: doce de 1ª categoría, además del Pordoi, Cima Coppi, y diez de 2ª. La contrarreloj –sólo 39km– pierde protagonismo en favor de la montaña, que decidirá, en una temible tercera semana entre los Dolomitas y los Alpes, quién vestirá una maglia rosa que cumple 90 años y levantará el Senza Fine.

Sin los dos mejores vueltómanos del momento, los eslovenos Roglic y Pogacar, ni el último campeón, el inesperado Tao Geoghegan Hart, el abanico de candidatos se presenta tan abierto como casi siempre, pero las incógnitas se ciernen sobre algunos de los grandes nombres que tomarán la salida.

El recorrido

Una gran vuelta no se gana en la primera semana, pero sí se puede perder. La llegada en Sestola (4ª), después de superar el Colle Passerino (4,3km al 9,9% de pendiente media), y los tres primeros finales en alto, Ascoli Piceno (6ª, 10,4km al 7,4%), Guardia Sanframondi (8ª, 3,5km al 7,6%) y Campo Felice (9ª, 6km al 6%), le sacarán la careta a más de uno.

Tras el primer día de descanso, dos jornadas nerviosas: el sterrato –odiado y amado a partes iguales– camino de Montalcino (11ª), con 35km de tierra en los últimos 70km, y un subibaja de gran fondo hacia Bagno di Romagna (12ª).

La cosa se pone seria con el Zoncolan (14ª), probablemente el puerto más duro de Europa (14km al 8,5% con rampas que alcanzan el 27%) , y el ‘tappone’ de los Dolomitas (16ª), con un encadenado de leyenda, Fedaia (14km al 7,6%), Pordoi (11,8km al 6,8%) y Giau (9,9km al 9,3%), antes de bajar a Cortina d’Ampezzo, estación invernal que acogerá los Juegos Olímpicos en 2026.

Después del último parón, el Giro se saca de la manga tres llegadas en alto inéditas. Sega di Ala (17ª, 11,2km al 9,8%), Alpe di Mera (19ª, 9,7km al 9%) y Alpe Motta (20ª, 7,3km al 7,6%) culminan el empacho de montaña antes de la contrarreloj con el tradicional final en el Duomo de Milán.

Los favoritos

Egan Bernal es el número uno para las casas de apuestas. Llamado a marcar una época después de conquistar el Tour del 19 con 23 años, el colombiano se resta presión y habla más de su lesión en la espalda que de sus opciones en la general. Por si acaso, el Ineos Grenadiers tiene un plan B: Pavel Sivakov.

Otro nombre en boca de todos es Remco Evenepoel, el chaval de 21 años que ganó todo lo que pudo hasta que se cayó de un puente en Lombardía. No ha vuelto a correr desde entonces (15 de agosto) y el Giro es su debut en una ‘grande’. El Deceuninck-Quick Step rebaja las expectativas en torno al belga con la presencia de João Almeida, que el año pasado vistió 16 días de rosa y acabó cuarto.

Simon Yates (BikeExchange), que en el 18 ganó tres etapas y lideró la carrera 14 etapas hasta su desfallecimiento, llega en un gran momento. Mikel Landa (Bahrain-Victorious), la gran esperanza española y que no ha vuelto a un podio desde su explosión en el Giro del 15, se dice listo para luchar por todo. Las otras dos bazas de nuestro ciclismo son Marc Soler, al fin ante su primera oportunidad (¿y última?) para liderar al Movistar, y Pello Bilbao, gregario de Landa, perfil bajo pero consistente.

Hugh Carthy (Education-Nippo), tercero en la pasada Vuelta y que aguantó el pulso Roglic-Carapaz casi hasta Madrid, Jai Hindley (DSM), sorprendente segundo en el Giro de la pandemia, Dan Martin (Israel Start-Up Nation), el eterno aspirante irlandés, Aleksandr Vlasov (Astana-Premier Tech), la nueva promesa del ciclismo ruso, o Vincenzo Nibali (Trek-Segafredo), doble campeón ya entrado en años, que se fracturó una muñeca hace dos semanas, son otras ruedas a seguir.

Hay más opciones para la general: Emanuel Buchmann (Bora-hansgrohe), desaparecido desde que fue cuarto en el Tour del 19, George Bennett (Jumbo-Visma), liberado del yugo de Roglic, Romain Bardet (DSM), con nuevo equipo y objetivos, Bauke Mollema y Giulio Ciccone (Trek-Segafredo), segundas espadas por si falla Nibali, o Davide Formolo (UAE Emirates), dos veces top 10 en la carrera.

Muchos nombres y demasiadas dudas para un solo ganador. La única certeza está en las carreteras que la afición teñirá de rosa las próximas tres semanas. Pasión y tradición. El Giro nunca falla.

Los perfiles

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