La Carrera contra el Cáncer, una competición que tiñó de verde las calles de A Coruña, no es una competición más. Es cierto que hay una clasificación general, hay tiempos, hay chips que te indican tus registros, hay dorsales, hay salida, hay meta, hay un trayecto y una altimetría. Pero eso no quiere decir que sea una carrera al uso. Lo notas cuando ves las sonrisas de los participantes en las inmediaciones de la línea de salida, muy distintas a las caras de concentración de los que aprietan los dientes en los instantes previos a que se dé el pistoletazo de salida.
Con el inicio de la misma, los participantes salen sin prisa pero sin pausa, cada uno recorriendo como puede esos kilómetros que los separan de la meta, pero contentos de lo que han conseguido ya por el mero hecho de formar parte de este evento. Algo que trasciende más allá de lo deportivo. Solo así se explica que puedas ver entre los corredores a personas que han superado la enfermedad o que están luchando contra ella, otros que se acuerdan de los que ya no están, miradas al cielo al cruzar la meta.
Porque el deporte es una poderosa herramienta de movilización, y porque no todo es competir
Es emocionante formar parte de ello, aunque solo sea por el mero hecho de contagiarse de ese entusiasmo colectivo, del ayudar sin recibir nada a cambio, simplemente la satisfacción del acto altruista. No supone mucho para los que participan, pero puede marcar la diferencia para la causa que apadrina la competición. Por desgracia, uno nunca sabe cuándo le puede salpicar esta terrible enfermedad y toda ayuda que se consiga reunir es poca.
Por eso los ciudadanos responden a este tipo de iniciativas, que demuestran que hay mucha más solidaridad en la sociedad de la que en muchas ocasiones nos venden. Porque el deporte es una poderosa herramienta de movilización y concienciación, y porque no todo es competir, aunque sea esto lo que nos quieran vender.
A veces las batallas se ganan con solo iniciarlas.
Y A Coruña ha demostrado estar llena de campeones.
Porque a veces, como en este caso en concreto, correr es lo de menos.
