Pido mil disculpas. Mis conocimientos futbolísticos no dan para estar sentado en un banquillo. Parto de esa base. Pero a estas alturas de temporada, la 22, algunas conclusiones uno ya puede sacar. ¿Es tan difícil para la gente que se dedica a esto del balompié y que cobra un dineral mantener la concentración 93 minutos? Debe serlo, aunque pensé que sería más llevadero cuando llevas un resultado favorable. Mira que ganaría crédito el Depor puntuando en San Mamés, pero nada.
Claro que todo se agrava porque el segundo gol bilbaíno es un fuera de juego, pero lo de los árbitros con el Depor comienza a ser realmente preocupante. Ya ni pides que te den, pero al menos que haya la decencia de que no te quiten. Al margen de ello, decir que la primera parte en San Mamés del equipo coruñés me gustó, me chifló. Cada uno a lo suyo y controlando el balón. Cuanto más tienes el esférico en tu poder menos opción das a los rivales para que generen ocasiones. Así bien.
Pero con el empate del Athletic entra en acción el bueno de Garitano. Retira del terreno de juego a Andone, uno de los mejores del Depor, cuando en el Comité Nacional de Entrenadores analice el partido, seguro que llegará a la conclusión de que el cambio obligado sería reforzar el lateral izquierdo: Luisinho por Navarro (el chaval tenía tarjeta). Vamos, que el banquillo tampoco ayuda y los blanquiazules siguen sin conocer el triunfo lejos de Riazor en lo que va de temporada. ¡País!
