Seamos claros. Lo visto ayer en Anoeta es un fraude. No digo que el Depor tenga que ganar sí o sí porque la Real Sociedad puede que sea mejor equipo sobre el papel, pero perder dando pena es muy lamentable. No es de recibo que un equipo que se supone que debe salir a defender con uñas y dientes la categoría ni siquiera deje sensaciones positivas.
Que el primer disparo entre los tres palos de los blanquiazules se produzca en el minuto 85 de partido es para hacer retornar al equipo a patas desde Donosti, amén de salir a dar la cara y pedir perdón a un buen número de aficionados que se desplazaron a San Sebastián para ver como sesteaban los suyos. Lo que sucede dentro del vestuario deportivista se me escapa, pero está claro que ya no es cosa del entrenador y sí del compromiso personal de los futbolistas, que solamente tienen buenas palabras en sus declaraciones y en sus comentarios en las redes sociales, pero que a la hora de la verdad ni sudan la elástica que defienden. Es una tomadura de pelo.
El fracaso esta temporada de la Dirección Deportiva es público y notorio, por no decir que lamentable. Tanto es así que mucho trabajo tiene por delante para hacer limpieza en el vestuario. Una vez salvada la categoría, que el Depor lo tiene muy cerca gracias a los equipos que tiene por debajo al no dar la talla, será hora de que Pepe Mel y Richard Barral analicen a fondo lo realizado para tomar decisiones drásticas.
El miércoles llega a Riazor el Real Madrid; a ver si las 'estrellitas' se lucen ante los focos y dan la sorpresa, un modo de compensar la basura de partido que volvieron a hacer ayer.
