Increíble, pero cierto. El Sadar puede que haya más aficionados blanquiazules que locales, lo digo porque Osasuna ya es carne de Segunda División. No es que me alegre por el descenso de ningún equipo, pero gracias a los 'rojillos' e incluso al Sporting y Granada, provocarán que el Depor siga una temporada más en Primera División.
Tampoco voy apostar los dos eurillos en una victoria blanquiazul. Por costumbre lo vine haciendo a lo largo de toda la temporada. Una experiencia muy desagradable, porque soy incapaz de apostar en contra del Depor y fue como tirar el dinero.
No, no tengo ninguna confianza en los de Pepe Mel. Me ilusioné al principio con su llegada, pero volvimos a la nada, a la época oscura de Gaizka Garitano. Por otro lado, el técnico madrileño me genera muchas dudas, más si cabe cuando manifestó en sala la de prensa tras el bochornoso espectáculo de Riazor que estaba dispuesto a tirar del Fabril. Eso tiene dos lecturas: la primera, que sus actuales jugadores profesionales no le hacen ni puñetero caso y es incapaz de imponer orden; la segunda, y que más cabrea, es que lo hace como un 'brindis al sol', algo que no es de recibo.
Luego también están las declaraciones del responsable de la Dirección Deportiva, Richard Barral, matizando aquello de que "los que saben de fútbol...". Eso también fue duro de digerir, un despropósito que en condiciones normales tendría consecuencias con una corrección por parte de algún responsable del consejo de administración. Pero nada. Parece que se espera a que se logre la permanencia para después poner a cada uno en su sitio. Al menos es lo que me cuentan.
Pero ¿cuál es el objetivo del primer equipo? Está claro que la permanencia. Hasta ahí todos estamos de acuerdo, pero eso no significa que tenga que hacerlo dando 'asquito', ni gracias al poco nivel de los adversarios. Esa es la cuestión. De los profesionales, qué se puede decir, que ni de lejos están a la altura de una espectacular afición.
