Espacio Beckenbauer
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Esta semana fallecía a los 78 años Franz Beckenbauer, para una inmensa mayoría el mejor jugador alemán de la historia. Reunía en su juego elegancia, precisión, empuje, visión y una finura muy poco habitual en el recio futbol teutón. 


Lideró al Bayern más potente del futbol europeo en los años setenta. Con su equipo levantó tres Copas de Europa consecutivas (1974, 75 y 76). Llevó a la selección alemana a lo más alto (Eurocopa 1972 y Copa del Mundo 1974) siendo el jugador más destacado.


Como entrenador condujo a la Mannschaft al título de campeón de la Copa del Mundo de 1990. Su aportación al fútbol continuó como máximo dirigente del Bayern durante quince años. El colofón a su dilatada carrera lo puso la organización del Mundial de 2006 en su país.


En nuestra ciudad tuvimos la ocasión de verlo en el Teresa Herrera de 1969 cuando llegó para disputar el torneo veraniego junto al Deportivo, Nacional de Montevideo y el Charleroi belga. En aquella ocasión el incipiente proyecto ganador del Bayern no tuvo suerte y quedó clasificado en cuarta posición.


El Kaiser encierra una curiosidad ya que siendo defensa central fue doble ganador del Balón de Oro (1972 y 1976), en una posición que tradicionalmente no tenía mucho reconocimiento en este tipo de premios. Pero lo cierto es que –como afirmaban muchos de sus rivales– no sólo jugaba en el centro de la defensa, sino que se desenvolvía con naturalidad en mediocampo y se incorporaba al ataque cuando la ocasión lo requería. En este sentido, podríamos hablar con propiedad del espacio Beckenbauer para definir la amplia parcela de campo que abarcaba el brillante jugador alemán.


En coordenadas locales, el Depor continúa su trascendente subida al Tourmalet que se inició frente a la Real Sociedad B, prosigue el domingo contra la Cultural en León, a la espera de recibir a la Ponfe en Riazor y terminar este test de estrés visitando al Celta Fortuna. Estos cuatro rivales encabezan la clasificación por delante de los coruñeses. Si sale victorioso de esta prueba de esfuerzo habrá dado un mensaje inequívoco sobre su capacidad para atacar el primer puesto de la tabla.


El recuerdo más inmediato –frente a la Real B–, el Depor asomó dos virtudes hasta cierto punto novedosas y siempre bienvenidas ante un rival que exhibió buen juego y puso en problemas a los de Idiakez. Por una parte, volvió a ver portería Lucas Pérez y nada menos que en dos ocasiones. Son sus primeros goles en la competición liguera esta temporada. Sin duda un motivo de esperanza para el éxito futuro del equipo.
Otra de las noticias positivas de la tarde-noche fue la capacidad de sufrimiento y de aguante que demostró el equipo tras la expulsión de José Ángel Jurado a falta de 20 minutos que con el tiempo añadido se convirtieron en una agónica media hora solventada –esta vez sí– con solvencia por el Depor.

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