El San Tirso reta al Boiro en Barraña sin nada que perder

Quizá al final de la tarde de hoy la historia sea distinta, pero la realidad dicta que con la liga bastante avanzada -ya se han disputado 22 jornadas- Boiro y San Tirso están igualados, pues apenas les separan cuatro puntos. La recta final del campeonato en Preferente Norte empieza a acechar y ambos conjuntos se ven las caras en Barraña (17.15 horas) con objetivos claros: dar un golpe sobre la mesa en el caso de los locales; prolongar el sueño en el de los visitantes.

No tiene nada que perder el San Tirso, que partía a principio de temporada con el objetivo de salvar la categoría o, siendo más ambicioso, de mejorar la quinta posición del pasado curso, donde ya rindió por encima de las expectativas.

Con la permanencia prácticamente amarrada y situado en tercera posición, los de Fabio Rodríguez quieren quitarse el mal sabor de boca de su último partido a domicilio, en el que cayeron por 4-0 frente al Ribadeo, y mostrar que como indica la clasificación su nivel es otro, uno capaz de dar guerra en campos como Barraña.

El técnico del conjunto de Mabegondo cuenta con las bajas de Ferreiro -motivos personales- y Sito, que aunque empezó a entrenar con el grupo todavía no está al cien por cien tras la fractura que sufrió en el dedo gordo del pie.

Baja importante

Por su parte, Anxo Casalderrey, entrenador del Boiro, deberá recomponer la zaga ante la baja por gripe de Pablo Vidal, habitualmente indiscutible en el carril izquierdo. Tampoco podrá contar con Santi -no disponible por una luxación- y ha dejado fuera de la lista a Martín por decisión técnica.

Los goles están bastante repartidos en el Boiro, siendo Grego el máximo artillero con 7 y seguido por Juan García (6) y Mario Regueiro (5).

Una de las particularidades de Casalderrey es que siempre apuesta en el conjunto de Barbanza por una esquema con tres centrales y dos carrileros, algo que podría animar a Fabio a copiar el esquema. No sería la primera vez que el San Tirso juega de esa forma, ya que fuera de casa lo hace en ocasiones con la intención de arropar al eterno César, líder de la zaga.