María de Valdés, malagueña afincada en A Coruña y becada por el Club Natación Liceo, hizo historia al colgarse la medalla de plata en la prueba de los 10 kilómetros de aguas abiertas del Mundial de Doha (Catar) y sellar así su billete para los Juegos Olímpicos de París 2024, una prueba en la que el oro fue para neerlandesa Sharon van Rouewendaal, en tanto que otra española, Ángela Martínez, fue decimotercera y también se clasificó para la gran cita del año.
Fue un rotundo éxito de la natación española, que perseguía estas dos plazas, pero que mejoró todas las expectactivas posibles con la plata de De Valdés, después de firmar un carrera pletórica.
A la fuengiroleña la batieron en la foto-finish y lo hizo van Rouewendaal, campeona olímpica (Río 2016) y mundial (Budapest 2022) y que le ganó, seguramente, por experiencia.
La carrera de María parecía dibujada. Salió con la idea de estar en cabeza y luchar con las mejores. La duda era sí podía aguantar, pero después de la preparación en altitud y de un año difícil, todo salió a la perfección.
De Valdés venía de un año complicado. La muerte de su padre, hace tres meses, la espina clavada de no clasificarse para Tokio 2020 y una operación médica eran tres inconvenientes que ha solventado de la mejor manera. “Estoy que no me lo creo”, dijo nada más concluir la prueba.
Todo salió cómo lo tenía previsto. Se pegó de salida a la estadounidense Katie Grimes, bronce en el pasado Mundial, y nunca dejó la cabeza. Siempre estuvo en las plazas delanteras, con Grimes, van Rowendaaal, la italiana Tadeucci y la brasileña Junglut. Poco a poco se fueron añadiendo más nadadoras, pero entre ellas no estaba la defensora del título, Leonie Beck.
De Valdés fue a lo suyo. Pasó las boyas con solvencia, se le vio disfrutar en el agua y controlando la situación. “Ha sido una carrera muy complicada, por la marea y las corrientes. He sabido llevarlo lo mejor posible y al final he intentado estar codo a codo con las mejores en cada vuelta, consiguiendo que nadie se escapara. Era la oportunidad que tenía y no la he dejado escapar”, insistió la malagueña.
María, con su medalla, ha hecho historia. Es la segunda de España en esta disciplina después de la conseguida en Sevilla 2008 por Yurema Requena, entonces un bronce.
“Subcampeona mundial y clasificada para los Juegos. Más no puedo pedir ahora, tengo que creérmelo, porque todavía estoy en una nube y es un sueño hecho realidad”, dijo la del CN Liceo.
