Tres minutos y dos microsueños condenan al Liceo en el Palau (5-1)

“La concentración va a ser clave”, avisó Juan Copa, que algo sabe. El Liceo la perdió en tres minutos y dos microsueños que acabaron con sendos goles del Barça. El 5-1 no es fiel a la realidad. En el primer partido de las finales de la OK Liga, el mejor duelo posible del hockey rodado en España, una suerte de Lakers-Celtics –pido disculpas por adelantado–, el orgulloso y verde Liceo tuteó al Barça de las estrellas y el ‘showtime’.

Sigue sin perder un partido en competición doméstica el rodillo azulgrana: suma 30 victorias y 2 empates entre la fase regular y los playoffs. El reto del equipo coruñés es ‘robar’ un triunfo en el Palau. No pudo ser a la primera, pero el sábado tendrá una segunda oportunidad antes de que las finales viajen a Riazor la próxima semana.

Competir es la palabra que mejor define el famoso ADN verde y blanco. Y el Liceo compitió hasta el final, o al menos hasta el 4-1, casi definitivo. Miró a los ojos del Barça y, en varias fases, esas que llaman mini-partidos, le discutió la posesión y las mejores ocasiones. Le penalizaron, además de los despistes atrás, una cantidad inusual de faltas (9 al descanso, 14 en total) y la poca contundencia en el área rival. Algo de culpa tiene Sergi Fernández, ya le conocen.

En tromba

El Barça de Edu Castro salió en tromba, con ataques directos, patines a toda velocidad y sticks de alta precisión. En los cinco primeros minutos los cuatro jugadores de pista ya habían probado los reflejos de Martí Serra: el mejor del Liceo, uno de esos jugadores que tanto ha crecido desde que empezó la temporada, en ese proceso mal llamado transición.

Dava Torres fue el visitante más activo en ataque y por su stick pasó la mejor ocasión: un remate a bocajarro tras un pase de Àlex Rodríguez. Respondió Fernández, claro.

El planteamiento defensivo de Copa asfixió a Pau Bargalló, el Magic de la OK Liga, que durante varios minutos no pudo ni recibir, siempre con una sombra verde pegada a su espalda. A los nueve minutos, en un saque de ‘booling’, el ‘8’ burló por fin la marca y clavó una cuchara al palo corto de Serra, que no vio salir el remate.

Una bola del cielo

El 1-0 y las primeras rotaciones bajaron el ritmo y las pulsaciones sobre la pista. El Liceo se sacó de encima la presión azulgrana y empezó a pisar área rival hasta que Àlex se encontró una bola caída del cielo que peleó Bruno Di Benedetto y enganchó un revés que batió al imbatible Fernández.

Con el 1-1 llegaron los mejores minutos del equipo coruñés. Pol Manrubia rompió líneas con su talentoso patinaje, Dava lo probó a la media vuelta y Àlex se encontró un par de veces con Sergi Panadero hasta que le sacó una merecida tarjeta azul. No acertó en la directa el ‘27’, que disparó fuera, y tampoco aprovechó la superioridad el Liceo, que aún tuvo dos ocasiones más antes del descanso.

La segunda mitad no pudo empezar peor. El Barça tardó ocho segundos en hacer el 2-1 con una jugada de Bargalló que remachó el portugués João Rodrigues. Y sólo necesitó tres minutos para firmar el 3-1, con una cuchara de Bargalló libre de marca tras un pase de Hélder Nunes. La cara de Juan Copa fue un poema.

Caer y levantarse

El Liceo, un perfecto encajador, se levantó del golpe, otro rasgo básico de su ADN, y tuvo oportunidades para meterse otra vez en el partido, las mejores un palazo de Àlex al larguero y un mano a mano de Tombita ante Fernández, ¿quién sino?

Con el reloj en su contra, Copa asumió más riesgos y, en otro despiste, Rodrigues ganó la espalda de su marcador y mató de primeras el partido tras un pase del coruñés Ignacio Alabart. Otra vez del luso y otra vez de primeras, en esta ocasión tras un servicio de su compatriota Nunes, redondeó una injusta manita. El sábado, segundo asalto en el Palau.