Pablo Cancela: “Sigo siendo ese niño que soñaba con triunfar en el Liceo”
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Pablo Cancela: “Sigo siendo ese niño que soñaba con triunfar en el Liceo”

Pablo Cancela: “Sigo siendo ese niño que soñaba con triunfar en el Liceo”
El coruñés posa para nuestro fotógrafo en las pistas de atletismo del Palacio de Riazor | Quintana

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Pablo Cancela Moll (3 de agosto de 1988, A Coruña) lleva el deporte en la sangre. Hijo de Antonio Cancela, portero en los mejores años del Dominicos, y nieto de Dagoberto Moll, histórico futbolista del Depor en los 50, ha forjado su propia carrera en casi dos décadas como profesional sobre los patines.

 

Debutó con el primer equipo del Liceo en 2005 cuando era un adolescente con ganas de comerse el mundo, tantas que se marchó en busca de oportunidades. Pasó por Vigo y Alcoi antes de fichar por el Forte dei Marmi italiano, su primera experiencia en doce años lejos de A Coruña. De vuelta a casa y ya con 35, el jueves 11 de febrero regresa a la pequeña localidad toscana a orillas del Mar de Liguria para disputar un partido clave en la fase de grupos de la WSE Champions (20.45 horas).

 

¿Cómo ha cambiado el hockey en los últimos 20 años?
Ha cambiado mucho, desde las reglas hasta la forma de vivir el deporte. Creo que ahora hay un ambiente mucho más sano, colectivo y deportivo. Premia más el buen ambiente, hacer grupo y ser buen compañero. Antes era más una lucha por ver quién imponía su fuerza.

 

¿Era más marrullero?
Sí. Había mucho más contacto y tensión en los entrenamientos, que eran muy duros, pero creo que la sociedad ha ido evolucionando para que seamos un poco más correctos en todos los ámbitos y eso beneficia al deporte y a los jóvenes.

 

Antes había mucho más contacto y tensión en los entrenamientos, ahora hay un ambiente mucho más sano

 

¿Has notado cambios institucionales en el Liceo respecto a tu anterior etapa?
Yo me centro en lo deportivo, sólo en el hockey. En una sociedad como el Liceo hay mucha más gente detrás que se preocupa por las demás cosas. Por la experiencia que tengo no puedo decir si ha cambiado mucho, pero en lo que a mí me afecta nos siguen tratando muy bien, no nos falta de nada y es todo muy profesional.

 

¿Es tan real como dicen ese ADN del Liceo que se respira en el vestuario?
Sí, yo creo que sí. El hockey se juega mayoritariamente en Cataluña y desde muy pequeños, los que somos de fuera, tenemos que luchar contra ellos. Allí tienen más posibilidades, con más equipos y jugadores. Lo suplimos con mucha competitividad, garra e ilusión y el objetivo de ir a Cataluña a ganar. Es una guerra sana y nosotros lo imponemos desde aquí con ese ADN ‘koruño’ de luchar hasta el final.

 

¿Cómo ha cambiado aquel júnior que debutó con el Liceo?
Imagínate. He estado 12 años fuera de España, antes estuve en Alcoi, Vigo... He cambiado en todo. Sigo siendo muy impulsivo, de sangre caliente, pero antes lo era mucho más, ahora intento trabajar la cabeza y ser más estable. Por dentro sigo siendo ese niño de 15 o 16 años que soñaba con triunfar en el Liceo. Cada día es una suerte vestirme de verde para entrenar.

 

¿Y dentro de la pista?
Antes era un jugador que estaba un poco más atrás, pero con el paso del tiempo he conseguido adaptarme a lo que me piden. Siempre me ha gustado ser un jugador de grupo y aportar al equipo lo que necesita dentro de mis posibilidades. Ahora, mi posición es más interior y cerca del portero, mi objetivo es meter goles, aunque por desgracia no están entrando.

 

Los goles no están entrando y es una situación jodida, pero esto es deporte y siempre hay una posibilidad, ya llegará

 

¿Qué tal llevas la sequía?
Mal (ríe). Es una situación jodida, pero al fin y al cabo esto es deporte. Siempre tenemos una nueva posibilidad en cada entrenamiento y el partido siguiente para tratar de solucionar lo que hemos fallado en el anterior.

 

¿Eres de analizar tus fallos?
Sí, todos los días. Esto es mi vida desde que tengo tres años. Estoy buscando soluciones y el equipo también para intentar ayudarme, pero este es un momento en el que lo único que puedo hacer es seguir trabajando y ser fuerte mentalmente. Ya llegará.

 

¿Esperabas una primera vuelta tan decepcionante en tu temporada de regreso?
No y me da mucha rabia, mucha, pero tenemos que intentar transformar la energía negativa en positiva y revertir eso que nos hace tanto daño en ganas de querer hacerlo mejor al día siguiente. En el deporte todo el mundo trabaja y se esfuerza, no siempre puedes ganar. Hay que esperar para que todo vuelva a la normalidad y ver al Liceo que todos queremos.

 

Además de la energía, ¿hay algo más concreto que crees que debéis cambiar para mejorar el rendimiento?
Podría decir millones de cosas bonitas o que no hemos tenido mala suerte, pero hablo de energía porque de verdad lo pienso. Tenemos que seguir trabajando mentalmente e intentar que la bola entre para obtener resultados positivos y un poco de continuidad que nos den estabilidad.

 

Tenemos que intentar transformar la energía negativa en positiva para revertir eso que nos hace tanto daño

 

La primera oportunidad de redención tras la no clasificación para la Copa del Rey es en Italia y además en Forte dei Marmi, donde viviste seis temporadas, ¿cómo fue aquel paso al profesionalismo?
Soy profesional del hockey desde hace que me entrenaba con el primer equipo del Liceo y me iba a la selección dos o tres meses en medio del curso cuando tenía 15 y 16 años. El paso que di a Italia fue una apuesta personal. Aquí no estaba encontrando lo que buscaba. El Forte dei Marmi no era un equipo muy conocido, no tenía muy buenos resultados ni le iba muy bien, pero recibí la llamada de un entrenador que me transmitió lo que yo buscaba: ganas, horas de entrenamiento, alguien tan profesional como yo que me siguiese en el día a día. Me fui perdiendo muchas cosas, pero por suerte me salió bien.

 

¿Con qué te quedas además de las tres ligas que ganaste con el Forte?
Me quedo con la gente que he conocido, campeones en lo deportivo y como personas, también con mi formación personal gracias a los principios adquiridos allí.


¿Cómo resumirías las diferencias entre el hockey español y el italiano?
El italiano es un poco más atrevido y menos táctico. Allí quizá se deja un poco más de cuerda al contraataque, a marcar muchos goles y pensar menos en la defensa. Son propuestas diferentes. Ahora está creciendo mucho, tanto el Forte como el Trissino están formando equipos competitivos, apostando por la gente de allí y también incorporando extranjeros.

 

El hockey italiano es un poco más atrevido y menos táctico, se deja más cuerda al contraataque y a marcar muchos goles

 

¿Qué sabes del Forte actual?
Creo que tiene un equipo muy completo y potente físicamente, que ha fichado a un entrenador muy bueno, el seleccionador italiano (Alessandro Bertolucci), y tiene a dos o tres jugadores de la selección muy importantes que se unen a otros españoles de gran calidad, como Pedro Gil o Enric Torner.

 

¿Qué tipo de partido esperas?
Por mi experiencia creo que vamos a ver un partido un poquito diferente a lo que estamos acostumbrados, más abierto y rápido. Espero que sea muy competitivo, pero que se decante para nosotros.

 

De Italia saltaste a Portugal y marcaste gol en una final de Champions con el Oliveirense, ¿es la vez que estuviste más cerca de levantar la Copa de Europa?
Jugué dos años seguidos la Final Four: el primero con el Forte dei Marmi, que perdimos con el Oliveirense en semifinales, y el siguiente tuve la oportunidad de llegar a la final con el Oliveirense después de eliminar al Barça. También gané una Supercopa de Europa, una Copa de Portugal contra el Benfica... Estoy muy satisfecho con lo que he conseguido. Lo pasado, pasado está. ¿Si esa fue mi oportunidad de ganar una Copa de Europa? Esperemos que la oportunidad me llegue con el Liceo, si no es este año que sea en el siguiente.

 

De vuelta en Italia te tocó vivir la pandemia en Follonica, muy lejos de casa.

Como todo, hay que saber afrontar cada cosa de la vida. La pandemia me afectó como a todo el mundo, está claro, pero siempre intento estar bien personalmente y tuve la suerte de no coger el covid, de ayudar a gente y de sentirme un afortunado... Mis experiencias en Italia siempre han sido buenas, estoy muy contento de haber vivido todo lo que viví allí.

 

“Era el momento de volver”

Cancela cerró el círculo a una gran carrera de casi dos décadas como profesional sobre los patines con su regreso al Deportivo Liceo, donde empezó todo y a las órdenes de Juan Copa, un entrenador que le marcó mucho en edad formativa. Con dos años de contrato, no piensa todavía en la retirada.

 

Vuelves a coincidir con Juan Copa, tu entrenador en juveniles y en el Cerceda.
Me ayudó mucho desde pequeño en los veranos que tenía que ir a la selección. Tenía muchas ganas de volver a trabajar con él, le tengo mucha confianza y creo que es la persona adecuada para salir de esta situación.

 

Tiene fama de mejorar a todos los jugadores que pasan por sus manos.
Es cierta. Muchas cosas de las que he conseguido es gracias a esa mentalidad que me ha inculcado desde pequeño.

 

¿Era muy fácil decir que sí al Liceo?
Era el momento de volver, el que mejor nos venía a las dos partes. Espero y deseo poder darle al Liceo lo que siempre he imaginado.

 

Vas para los 36 años y tienes contrato hasta 2025, ¿hasta cuándo Pablo Cancela?
Ya veremos. Por ahora pienso en este año y medio, en entrenar para estar lo mejor posible y disfrutar el día a día, aunque sean momentos difíciles, pero valorando que estoy jugando al hockey en el Liceo, el equipo de mi ciudad, con mi gente y un gran vestuario.

 

Antes del Liceo te formaste en el Santa María del Mar y el Dominicos, ¿la rivalidad se olvida cuando llegas al Liceo? 
Creo que el objetivo de cualquier niño que juega al hockey en A Coruña es llegar al Liceo. En mi caso, esa rivalidad era más por demostrar que yo podía jugar aquí, pero nunca fue destructiva.

 

Tu primera experiencia fuera de casa fue en Vigo, ¿cómo sentó en casa?
Mucha coña con mis amigos, pero sin más. Incluso cuando venía a jugar aquí, alguno también me animaba.

 

Viviste una situación de impagos.
Fueron dos años muy difíciles, mi primera época fuera de casa. Que no me pagasen lo veo como una situación para aprender en la vida y valorar otro tipo de cosas, pero no le guardo ningún rencor y me quedo con los buenos recuerdos.

Pablo Cancela: “Sigo siendo ese niño que soñaba con triunfar en el Liceo”

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