El joven Cerceda madura a pasos agigantados
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17º-23º

El joven Cerceda madura a pasos agigantados

El joven Cerceda madura a pasos agigantados
Luariz, delantero del Cerceda, etá a punto de caer después de una disputa con Miguel Ángel (Quintana)

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El Cerceda ha aterrizado en Segunda B de forma definitiva. El domingo volvió a conseguir una victoria por la mínima en uno de esos encuentros igualados, trabados, que parecen destinados a favorecer a esos equipos curtidos en mil batallas que cuentan con jugadores experimentados en la categoría. Pues bien, el equipo rojiblanco se impuso tirando de oficio ante uno de esos equipos, el Pontevedra.

Luisito, técnico del conjunto granate, hizo de adivino en la previa del partido: "En todos los partidos de Segunda B la balanza se inclina por pequeños detalles. Si cometes algún error en campo propio, hay riesgo de sufrir una ocasión en contra porque el campo es pequeño", aseguró el entrenador. Dicho y hecho.

El Cerceda aprovechó un desajuste del Pontevedra en un saque de banda de los locales y el delantero Dani Pedrosa castigó uno de los pocos fallos granates anotando el gol del triunfo en el minuto 77.

El equipo de Tito Ramallo, que presentó un 1-3-4-2-1, se topó en los primeros compases del partido con un Pontevedra bien plantado que con el rombo formado por Adrián León (mediocentro), Prosi, Kevin Presa (interiores) y Mouriño (mediapunta) consiguió asentarse en campo contrario. La presión visitante y sus acciones a balón parado desconectaron el juego de los locales en el primer cuarto de hora.

De hecho, la primera ocasión tuvo color granate. Una recuperación de Adrián León, que fue un frontón en el juego aéreo durante todo el enfrentamiento, desembocó en un centro de Jimmy y un remate alto de Mouriño. Acto seguido, el propio Adrián León cabeceó desviado un córner botado por Prosi, encargado de lanzar todas las acciones a balón parado de los visitantes.

INCANSABLE
El punta Luariz sacó petróleo de forma constante en situaciones en inferioridad

Fueron los peores minutos del Cerceda en la primera mitad. Los de Tito Ramallo no encontraban a los mediapuntas Hugo Rama y Dani Ponce a la espalda de Adrián León y solo ganaban metros gracias a un combativo Luariz, que fue un incordio durante todo el encuentro. El delantero se hartó de ganar disputas y sacar faltas a jugadores mucho más corpulentos que él aun estando en inferioridad numérica.

Poco a poco el Cerceda empezó a encontrar una vía de escape en el flanco derecho. El carrilero Axel y su compañero de banda Dani Ponce comenzaron a combinar con más asiduidad y la sensación de ahogo desapareció paulatinamente. Esta conexión permitió ver las primeras aproximaciones rojiblancas al área de Edu aunque ni la falta directa de Dani ni el pase de la muerte de Axel finalizaron con premio.

Dos acercamientos que cambiaron la cara del Cerceda. Sus jugadores ya ganaban balones divididos, ya conseguían ganar metros y ya se veían con confianza para saltar a la presión. Buenas noticias para un Cerceda que sin embargo sufrió su mayor susto en este tramo de encuentro en un lanzamiento de esquina botado por Prosi. En esta ocasión fue David Añón el que rozó el cuero con la cabeza en el área pequeña cuando el banquillo granate ya cantaba gol. El jugador coruñés no conectó de lleno con el esférico, que rebotó en Etxaniz y fue despejado por un jugador local.

GUIÓN SIMILAR
A pesar de la mejoría del Cerceda a lo largo del primer acto, el encuentro parecía dirigirse hacia un empate sin goles. Las oportunidades no abundaban y ninguno de los 22 jugadores sobre el campo había dado muestras de poder marcar la diferencia en una jugada individual. Sin embargo, eso fue lo que ocurrió en la segunda mitad. Así es el fútbol de caprichoso e impredecible.

Después de unos primeros minutos de tanteo, Tito Ramallo decidió dar entrada a Dani Pedrosa por su tocayo Ponce, Marcos remató de cabeza a la red un medido centro de David Añón pero el asistente ya tenía levantado el banderín señalando fuera de juego.

El Pontevedra mejoró mediada la segunda mitad gracias al dominio aéreo de Adrián León en la medular. Balón que volaba por esa zona, balón que caía en las redes del mediocentro. Así montó un contragolpe el Pontevedra. Prosi lanzó el ataque hacia Álex González, que encaró a su par y centró al segundo palo. Marcos Álvarez llegó desde atrás pero su mal control hipotecó el disparo posterior.

21 minutos
Dani Pedrosa necesitó 21 minutos para anotar el gol del triunfo. El delantero del Cerceda saltó al campo en el minuto 56 por Dani Ponce y marcó el tanto decisivo en el 77.

PEDROSA, DECISIVO
Las ocasiones seguían llegando con cuentagotas y en la grada crecía la sensación de que no era el día para ver goles. Sin embargo, apareció Dani Pedrosa. El delantero que pertenece al Lugo aprovechó un error de concentración del Pontevedra para adentrarse en el área con el balón controlado después de un saque de banda. Pedrosa encaró a un rival y pareció perder el cuero pero se rehizo y se plantó a dos metros de Edu con todo a favor para marcar. Y marcó. Su disparo a bocajarro con el exterior del pie derecho no fue demasiado ortodoxo pero Edu no pudo hacer nada para evitar el tanto.

Luisito quemó sus naves con el último cambio (Iván Martín) para buscar el empate pero éste no llegó. aunque sí lo hicieron las oportunidades. Álex González puso un buen centro al área que Etxaniz no pudo cazar. El delantero granate reflejó el mal momento del Pontevedra llegando tarde a varios balones peligrosos.

Sin embargo, la más clara del Pontevedra la tuvo Jimmy. La jugada la comenzó Álex González con un disparo que despejó Magu. El rechace lo cazó Marcos Álvarez y devolvió el cuero al área, donde apareció Jimmy para conectar una volea que se salió desviada lamiendo el poste izquierdo.

Ahí murió el partido. O ahí lo mató Agulló. El capitán del Cerceda despejó de cabeza las últimas intentonas del Pontevedra de forma consecutiva y mantuvo los tres puntos en O Roxo. Y ya van seis. Seis de nueve. Un comienzo ilusionante de un Cerceda que dio muestras de que no es el típico filial -el club tienen un acuerdo con el Lugo-, sino que también sabe sufrir e romper la igualdad en partidos embarullados.

El joven Cerceda madura a pasos agigantados

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