La Comisión de Cultura y Deporte del Congreso rechazó hoy martes por dos votos una proposición no de ley para la calificación como competiciones profesionales de la Primera y la Segunda División de fútbol sala, presentada por el grupo parlamentario Popular.
La iniciativa defendida por el diputado Javier Merino obtuvo dieciséis votos a favor, dieciocho en contra y dos abstenciones, tras la incorporación de una enmienda de Vox para la introducción de criterios objetivos para que una liga sea declarada como profesional, según planteó sin éxito en la tramitación de la nueva Ley del Deporte aprobada en diciembre.
Javier Merino argumentó que existe un marco legal vigente para la calificación como profesional de la liga de las primeras categorías de fútbol sala, tal y como se ha hecho con la liga femenina de fútbol y la de balonmano ASOBAL, y recordó que la directiva de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) ya aprobó la medida en mayo de 2020 y que en octubre de 2022 se la trasladó al presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD).
“La Liga de Fútbol Sala no tiene que ser menos. Por historia, por cifras y por resultados merece la calificación. Ha sido profesional de hecho, pero no de derecho. Si lo hubiera sido se estima que los ingresos serían de entre cuatro y cinco millones de euros frente al millón actual”, afirmó.
Merino indicó que el fútbol sala lleva muchísimos años instaurado en España; recordó que la Liga empezó en el año 1989, que en la década de los noventa tuvo un amplio impulso sociocultural y que a partir de 2010 “se produjo el boom, con nuevos patrocinadores, éxito de público y primeras estrellas internacionales”.
“¿Qué mejor manera de fomentar el deporte que hacerlo profesional para garantizar la igualdad? Es la Administración General del Estado quien tiene el mandato constitucional de mejorar el deporte español que pasa por horas bajas en términos reputacionales”, añadió, antes de que el diputado de Vox Rafael Fernández-Lomana anunciara su apoyo con la incorporación de la enmienda.
Temor de los clubes
El socialista Javier Antón justificó la oposición de su grupo contra la medida al asegurar tener constancia de que “los principales clubes de esta competición están totalmente en contra. Así, muchos de ellos se han puesto en contacto con el CSD para manifestar su temor por esta iniciativa y la Asociación de Jugadores ha manifestado estar totalmente en contra de esta petición”, aseguró el diputado.
“Nos indican que en estos momentos los clubes no están preparados. El Comité Nacional de Fútbol Sala de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) también ha mostrado su desaprobación y eso genera bastantes problemas a nivel internacional. El grupo Socialista, y puedo hablar en nombre del Gobierno, están a favor de la profesionalización de todas las competiciones que sean necesarias, pero hay que trabajar en los consensos, hablar con todas las partes y no solo hablar con una de las partes”, añadió.
Desde Unidas Podemos tampoco se respaldó la proposición, ya además de que el CSD “no ha recibido ninguna solicitud por parte de ningún club, ni de ningún jugador”, “los estatutos de la FIFA y de la UEFA requieren la autorización de la RFEF, que no la ha dado”, en palabras de su portavoz Mercedes Pérez.
