El veinte de mayo de 1973 el Real Club Deportivo pierde en el estadio Vicente Calderón ante el Atlético por tres a uno. Este encuentro, perteneciente a la trigésimo cuarta jornada del campeonato de liga de la Primera División, es el último que disputa el equipo blanquiazul en la máxima categoría estatal hasta agosto de 1991 tras una ‘longa noite de pedra’ que se prolonga durante dieciocho años en los que milita en tres categorías diferentes: la Segunda División, la Segunda División B y la Tercera División.
La larga penitencia concluye el nueve de junio del mencionado 1991 después de vencer en Riazor al Murcia por dos a cero y retornar a la élite tras “quemarse el meigallo” (Augusto César Lendoiro dixit).
En estas casi dos décadas de destierro, el RCD se mide ocho veces en partido oficial a los grandes del fútbol nacional. Dichos partidos ante el Athletic, Atlético y Real Madrid pertenecen a la Copa del Rey. El conjunto vasco es el adversario en dos eliminatorias (temporadas 1978-1979 y 1982-1983), los merengues en una (1983-1984) y los colchoneros en otra (1984-1985). El RCD es apeado en las cuatro.
El Barça, sin vestirse
El Barcelona, el otro histórico, en este tiempo no se desplaza a A Coruña ya que desde la temporada 1970-1971 el bombo no los empareja en Copa.
Los aficionados coruñeses mitigan durante la prolongada travesía en el desierto la ausencia de estos clubes en Riazor con su participación en el Trofeo Teresa Herrera, ya que al menos uno de los cuatro siempre toma compite en el decano de los torneos de verano, salvo en la edición de 1987 que no lo hace ninguno.
Sirva esta introducción para situar al lector al cumplirse hoy cuarenta años de la última visita al Municipal de Riazor del Real Madrid en un partido de la Copa del Rey, duelo correspondiente a la ida de los cuartos de final. Indicar que el RCD de Arsenio Iglesias alcanza esta ronda tras superar con anterioridad al Pontevedra, Orense, Pegaso y Castellón.
Tan pronto se confirma el emparejamiento entre blanquiazules y merengues, las peñas gallegas de ambos clubes –en especial las de la provincia de Lugo– se movilizan para adquirir el mayor número de entradas y de este modo presenciar el encuentro. A medida que se acerca el día del partido, el miércoles veintidós de febrero, la expectación va a más y a ello contribuye que ambos equipos se encuentran en una buena dinámica tras los resultados en su anterior duelo correspondiente al torneo liguero. El Real Madrid derrota en el estadio Helmántico al Salamanca por cero a uno y jugará en la capital herculina como líder de la Primera División. El RCD, por su parte, iguala a un tanto en El Almarjal ante el Cartagena y consigue alejarse de la zona peligrosa de la tabla.
Ausencias merengues
El Real Madrid de Alfredo Di Stéfano se desplaza a A Coruña la víspera del encuentro y se aloja en un hotel del centro de la ciudad. Numerosos aficionados reciben a los jugadores que el día siguiente se enfrentarán en Riazor al RCD.
En la expedición blanca no viajan Camacho, Gallego, Lozano, Miguel Ángel ni Stielike, “por lesión” explica el club. Tampoco es convocado Juanito para “darle descanso ya que el Real Madrid recibe al Barcelona el sábado en el Santiago Bernabéu en partido liguero”.
Pese a estas ausencias, el técnico argentino no cree que su equipo se resienta con tantos reservas y dice que “entrenan todos los días para jugar partidos y no tienen por qué hacerlo peor que los demás”.
Lleno pese a todo
La presencia en A Coruña de un Real Madrid de ‘segunda fila’ causa desilusión entre los seguidores. Pese a esta enorme decepción en las taquillas del estadio se cuelga el cartel de no hay billetes para ver ‘el encuentro del año en Riazor’. El club gallego recauda veinticinco millones de pesetas (150.253 euros) y la asistencia es de 29.000 espectadores.
El histórico partido se celebra bajo una incesante lluvia que deja el rectángulo de juego totalmente encharcado. Manuel Hernández, que firma la crónica de El Ideal Gallego, escribe que “fue una noche crudamente invernal”.
El encuentro concluye con victoria del RCD por dos goles a uno tras remontar el tanto inicial de Ángel en el minuto treinta. Tres después, Moreno iguala. En el cincuenta y tres llega el del triunfo blanquiazul tras un centro de José Luis y Bonet, ante la presión de Traba, introduce el balón en su portería al intentar despejarlo.
Corto resultado
Hernández considera corto el resultado ya que “la superioridad del RCD es manifiesta ante un Real Madrid mediocre”. Ello le permite “mandar durante casi todo el partido gracias a una adecuada colocación de sus hombres sobre el campo creando múltiples ocasiones de peligro”.
El periodista destaca el buen hacer local y resalta que “los blanquiazules pusieron gran fe en la lucha al derrochar facultades y crear juego de calidad pese a que el estado del campo no lo permitía”.
Este brillante fútbol permite al RCD ser “dueño y señor de la situación, arrollando al Madrid, que hizo lo que pudo, limitándose a defenderse de la mejor forma posible para evitar peores consecuencias”.
El cronista resume lo sucedido sobre el césped al escribir que “la victoria es sobradamente merecida ya que los locales hicieron un buen partido y pusieron mayor empeño en la contienda que su rival”.
Sobre la actuación del colegiado (Jiménez Moreno de Las Palmas), denuncia que “ignoró más de un penalti en el área blanca, además de permitir toda serie de brusquedades a los defensas merengues, incapaces de frenar a Vicente y Pablo Alonso”.
Hablan los técnicos
A la conclusión del encuentro, ambos entrenadores valoran lo sucedido en Riazor.
Alfredo Di Stéfano, asegura que “jamás he visto llover tanto como hoy y esto no hay campo que lo resista. Ha sido una lotería ya que había que jugar al patadón. No ha habido fútbol ni nada que se le pareciese, porque así no se puede jugar”.
Arsenio Iglesias, por su parte, lamenta que su equipo obtuviese un triunfo tan ajustado ya que “hemos desaprovechado ocasiones para marcar algún gol más”. Asimismo afirma que “hemos jugado más y mejor que el Real Madrid”.
A Coruña, un fortín
A lo largo de la historia, el RCD se ha enfrentado en cinco eliminatorias coperas con el Real Madrid. Las cuatro primeras fueron por el formato de ida y vuelta y la última en la final de la temporada 2001-2002 disputada en el Santiago Bernabéu, que concluyó con victoria herculina por uno a dos.
El equipo blanquiazul no ha perdido ninguno de los cuatro partidos que ha jugado en A Coruña ante el merengue en esta competición. Tres acabaron con triunfo herculino –en la temporada 1931-1932 por dos a cero, en la 1966-1967 por tres a dos y la mencionada de la 1983-1984 por dos a uno– y el restante, el de la 1970-1971, concluyó con el marcador inicial de empate a cero.
