El Deportivo subió un punto el ritmo en esta semana de entrenamientos y en la jornada de este jueves en Abegondo, de alrededor de hora y media, se vio de nuevo a un Imanol Idiakez, como suele ser habitual, muy activo y dando instrucciones a sus pupilos.
“Lo hacemos de verdad”, pedía el técnico durante una tarea de movimientos defensivos y ofensivos y finalizaciones, en una simulación de lo que se pueden encontrar en un partido y pidiendo la misma intensidad que en un choque.
Un ejercicio en la que uno de los que marcaba, para alegría de sus compañeros, era Yeremay Hernández.
Yeremay sonríe
El tanto del futbolista canario suponía las felicitaciones del resto de jugadores del primer equipo y los canteranos y la sonrisa del extremo, que parece ver ya por fin la luz al final del túnel, tras más de dos meses sin competir.
Una fisura en el peroné, que sufrió el pasado 2 de septiembre en el partido ante el CD Lugo y de la que parece que, por fin, se está recuperando. “Quiero goles”, era otra de las consignas que mandaba el míster vasco, consciente de la falta de acierto de su equipo, con sólo 12 goles en 13 jornadas, es decir, 0,92 tantos por encuentro.
La comunicación, clave
Además de ajustar su punto de mira para ser capaces de materializar sus ocasiones, el preparador pedía a los suyos que hablasen para ayudarse, en todas las líneas, y evitar desajustes. “Información de atrás hacia adelante”, exclamaba.
Otra de las cuestiones en las que ponía el acento era en que los futbolistas imprimiesen velocidad al juego y no dejaba de preguntar “¿Quién corre?”
Tras varios minutos, el siguiente ejercicio consistía en diferenciar varias posiciones, con varios jugadores barrera, con petos verde, naranja, rojo y uno sin él, que era azul.
En función del color que segritase, el futbolista tenía que acercarse a ese jugador y volver en recuperación. Un ejercicio que se prolongaba varios minutos y con el que el cuadro blanquiazul terminaba el grueso de la sesión.
De cara al último tramo de la misma, con un partido a campo grande de once contra once y nociones tácticas y pensando ya en el plan de partido ante Osasuna Promesas, plantilla y cuerpo técnico pasaban al campo tres de Abegondo, en el que se resguardaban tras las lonas desplegadas.
Idiakez disponía dos onces en el que se mezclaban titulares con suplentes, aunque en uno de los equipos probaba en el mismo a Davo, Lucas Pérez y Hugo Rama. Ante la ausencia de Paris Adot, que en esa parte del entrenamiento ya no estaba, debido a molestias abdominales, era Berto Cayarga el que se ubicaba como carrilero diestro.
En la portería se iban intercambiando Ian Mackay, Germán Parreño y Alberto, y mientras dos ejercían bajo palos, un tercero estaba trabajando junto al preparador Alberto Casal.
En el caso de Yeremay, este portaba un peto rosa, que en ocasiones se usa como comodín, pero también para indicar cuidado en los lances de juego con el jugador, que espera tener minutos este domingo.
