El viaje relámpago de Jorge, capitán del Victoria
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El viaje relámpago de Jorge, capitán del Victoria

El viaje relámpago de Jorge, capitán del Victoria
Jorge Rodríguez, defensa del Victoria, durante un entrenamiento con la indumentaria del equipo coruñés | cedida

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Menos de 24 horas pasará Jorge Rodríguez Saavedra (A Coruña, 1995) en A Coruña. El capitán del Victoria protagoniza un viaje relámpago para poder vivir en directo el partido histórico de Copa del Rey ante el Villarreal que se disputará hoy en Riazor a las 19.00 horas. El central, que se encuentra desde hace dos meses en Dublín por motivos laborales, aterriza hoy al mediodía en Santiago, previa escala en Madrid, para entrar en la convocatoria y disfrutar del encuentro antes de volver a madrugar mañana para emprender la vuelta a Irlanda a las 7.00 horas. Una “machada” que habrá valido la pena: “Si me perdía esto, no me lo iba perdonar en la vida”.

Maestro en Educación Primaria, Jorge hizo la maleta después del primer partido de liga de la presente temporada para viajar a Dublín junto a su novia Bea, también profesora, cuando le surgió la posibilidad de seguir trabajando mientras prepara las oposiciones. Una oportunidad de trabajo que le alejó del día a día de su Victoria, en el que lleva siete temporadas consecutivas y en el que portaba el brazalete hasta su marcha. Sin embargo, la clasificación del equipo blanquinegro para la primera ronda de la Copa del Rey y la designación del Villarreal como rival desencadenaron su decisión de regresar a A Coruña.


Si me perdía esto, no me lo iba perdonar en la vida; llevo el Victoria en el corazón 



“Me enteré de que jugábamos contra el Villarreal en un descanso del trabajo y llegué a casa pálido. Ahí fue cuando decidí que si me perdía esto, no me lo iba a perdonar nunca. No soy el que más años lleva en el club pero el Victoria lo llevo muy en el corazón. Ver como le ganábamos al Hernani desde casa y a través de una pantalla fue durísimo. Estaba supercontento por ellos pero al mismo tiempo tenía una impotencia encima que no me la podía creer. Al final, llevo aquí solo dos meses y pensaba ‘bien podía haber venido en enero’. Fue fastidiado”, relata el propio Jorge Rodríguez.

El triunfo ante el Hernani en la fase previa de la Copa del Rey (1-0) dejó a Jorge en una especie de estado de “shock” del que despertó una semana después cuando por fin decidió realizar el viaje relámpago a Galicia. “Estaba viendo el partido en directo al salir del trabajo por una videollamada de WhatsApp, una cutrada, y en el descanso me pasaron un enlace de un canal de Youtube vasco. Con el gol no me moví porque no se veía bien. Me quedé quieto y cuando ya los vi celebrar, me volví loco. Pero fue peor con el penalti de Jano. Ahí empecé a correr por toda la casa. En el momento en el que nos clasificamos me quedé en shock. Esa noche apenas dormí pensando ‘no me puedo creer que lo hayamos conseguido’. Esa semana estuve un poco raro, solo hablaba del partido, y un día llegué a casa de trabajar y le dije a Bea ‘tengo que ir al partido’. Para ella fue un alivio. Me dijo: ‘Vete ya y a ver si te sacas la espina que tienes encima’”, explica entre risas Jorge.



En la convocatoria


La experiencia todavía mejoró para el defensa coruñés cuando se enteró de que iba a entrar en la convocatoria del partido tras hablar con el entrenador Guillermo Pigueiras. “Hablé con el míster porque quería comentarle que quería ir allí a verlo y estar con ellos. No se me pasaba por la cabeza ir convocado debido a las circunstancias, pero el míster me dijo que había sitio y que me convocaría. Ahí ya dije ‘me voy de cabeza’. Esas son las locuras que hacemos por el fútbol y, en mi caso, por el Victoria. Somos un equipos muy de corazón”, reconoce el zaguero.

Jorge admite que desde su llega a Irlanda ha salido a correr para mantener la forma y en los últimos días ha incrementado su preparación para estar a punto por si el equipo lo necesita de algún modo. “Cuando decidí venir, hace 8 o 9 días, el preparador físico, Javi, me consiguió un entrenamiento con un equipo y también me pasó tablas de ejercicios”. Todo por “si suena la flauta” y puede jugar algún minuto en Riazor. “Que Guillermo me llamase para ir convocado ya fue un premio con el que no contaba. Lo de jugar lo veo muy complicado pero dentro de la locura que estoy haciendo, me he preparado por si suena la flauta. No voy pensando que tengo que jugar ni nada de eso. Voy a servir de apoyo y el resto ya se verá”.


Ver como le ganábamos al Hernani a través de una pantalla fue durísimo 



Jorge también tuvo palabras para su compañero Andrés, su predecesor como capitán y única ausencia del Victoria para este partido debido a una lesión en el hombro. “Es muy injusto. Es una persona con la que tengo un afecto especial. Cuando me enteré de la lesión, hablé con él y ya lo vi preocupado por la operación. Es una pena. Es una gran pérdida en el campo y también por todo lo que aporta fuera aunque nos acompañará en el partido”.

Respecto al encuentro ante el Villarreal, Jorge reconoce que las opciones de clasificación son “remotas” y se centra en disfrutar de una experiencia irrepetible. “Lo que tenemos que hacer es, desde que quedemos en el club cuatro horas antes del partido, tener una sonrisa de oreja a oreja y ser conscientes de que lo que estamos viviendo no creo que lo volvamos a vivir nunca. Son un rival infinitamente superior y no tenemos mucho más que demostrar. Podemos salir a plantar cara, tener un poco de balón, ir a los choques a tope y esperar que coja una Rañita y la líe en Riazor”, comenta de nuevo entre risas el central.



Un recuerdo peculiar


Por último, Jorge se conforma con obtener un pequeño recuerdo del encuentro y no apunta a la típica camiseta de Gerard Moreno u otra de las estrellas del Villarreal. “Me interesaría más una buena sudadera, que le voy a dar más uso en Irlanda. Camiseta me valdría la de cualquiera. ¿Quién soy yo para andar eligiendo? Pero sinceramente te aseguro que si puedo conseguir una sudadera para hacer deporte por aquí en Dublín, que hace mucho frío, estaría muy contento”, concluye Jorge Rodríguez sin saber que su respuesta refleja la humildad del club del que es capitán y por el que recorrerá en avión más de 4.000 kilómetros en menos de 24 horas. 

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