Si pudiera fichar a cualquier jugador para reforzar a su equipo en la histórica eliminatoria con el Villarreal, el técnico del Victoria coruñés, Guillermo Pigueiras, no elegiría ni al argentino Lionel Messi ni al portugués Cristiano Ronaldo ni a ninguno de los que forman parte de su rival; rescataría a su capitán, Andrés Pérez, que se perderá la cita de este martes por lesión.
Con 78 años de historia, el Victoria coruñés debuta en la Copa ante un equipo de Liga de Campeones, pero también con orígenes humildes, el Villarreal. Comparten apuesta por la cantera aunque ahora estén a una distancia abismal como para pensar en un milagro deportivo; por eso el objetivo de los coruñeses, apunta su técnico en una entrevista con Efe, es disfrutar.
Pigueiras nació en O Vicedo, al norte de la provincia de Lugo, en A Mariña, y compagina su puesto en el banquillo del Victoria con las oposiciones que prepara. Estos días su teléfono echa humo. "Mucho mueve un evento así", confiesa. Hay actos programados con los patrocinadores, el equipo vive en una nube, pero ya tiene la mirada puesta en el aterrizaje.
"Creo que la opción que tenemos ante el Villarreal es la de disfrutar, vivir el día, en un sitio como Riazor, donde siempre vemos el fútbol desde el otro lado de la barrera.
"Miraremos a la cara a nuestros compañeros, a los niños del fútbol base, a los que nos rodean, en vez de mirar al marcador", explica.
Ante el Villarreal será difícil que el Victoria traslade su nombre al campo. La derrota es el resultado lógico.
"Lo bueno del nombre del Victoria es que ayuda a muchos niños a hacer deporte y les enseña unos valores que cualquier deporte de equipo les aporta para vivir y convivir", advierte este formador.
"Creo que somos el club de base con más licencias de Galicia, un histórico del fútbol formativo gallego. De aquí salieron un montón de jugadores para el fútbol profesional", apunta. Amancio Amaro, Lucas Pérez, Róber Pier… "En el club, hay fotos de todos ellos, tienen que ser un referente para los que vienen".
Amancio, que fue internacional con España y jugó en el Real Madrid, es la referencia absoluta en la historia del club. "Es, quizás, el más importante, el que más arriba llegó. Sin menospreciar al resto, el buque insignia", afirma.
Luego, precisa con prudencia: "Por el momento, porque varios jugadores que salieron del Victoria están en Primera y en nuestro fútbol base se trabaja muy bien para que vengan más Amancios".
Orgulloso de sus jugadores, a los que "da gusto verlos entrenar, cómo defienden el escudo y llevan esos valores del club", lo tiene claro: aunque tuviera opción a quitarle un jugador al rival para esta eliminatoria o fichar una estrella, no lo haría.
"Si me dieras la opción, ficharía a Andrés, el capitán. Está lesionado y esa sería mi prioridad. Lleva muchos años en el club y por una lesión de hombro en un partido se va a perder esta fiesta. Si me pusieran dinero para comparar algo, compraría a Andrés. Ni Messi ni Cristiano, ni Vinicius, que hoy está de moda. Ficharía a Andrés", insiste.
Las 'cebras' tienen, en palabras de su técnico, "un vestuario muy unido", en el que "los chavales se llevan genial: los veteranos, entre comillas, porque los mayores tienen 28 años, saben guiar a los más jóvenes. Y los jóvenes son muy humildes y están con ganas de aprender y trabajar".
Al Villarreal le considera uno de los "grandes del fútbol español" frente al que vivirán un partido histórico que ya han empezado a sentir sin todavía jugarlo.
Todo lo que rodea esta cita, relata, es "algo extraordinario: vamos a tener tres semanas de doble partido, que no es lo habitual, aprendes otras cosas, te pones delante del micro, llamadas de radio, televisión, la preparación del encuentro… Todo lo que engloba nos hace mejores".
Pero después se apagarán, probablemente, los focos. "Hay que gestionar la vuelta a la realidad; vamos a tener que saber hacerlo. Este año, por la reestructuración de las categorías, va a haber bastantes descensos y hay que hacer un buen papel en la liga", advierte.
Pigueiras entrena "para poder, algún día, vivir de esto" y en el grupo que lidera, 16 estudian y 6 trabajan. "Somos muy jóvenes", destaca.
Jóvenes que disfrutaron de la victoria ante el Hernani en la anterior eliminatoria, con tintes épicos, una resistencia enorme en el campo de A Grela, donde el portero detuvo un penalti y el conjunto vasco dispuso de ocasiones hasta el final para empatar.
"Fue una fiesta para el club, el campo estaba a rebosar, los jugadores nerviosos al principio, como es normal, luego fuimos entrando en el partido, tuvimos la opción del segundo y sentenciar, no lo hicimos y sufrimos con el penalti y las faltas laterales. Clasificarnos para la Copa fue una explosión de alegría", explica.
Ahora cambiará el escenario, el Victoria jugará en Riazor, lo que le resta aun más posibilidades porque no hay encerrona posible para el Villarreal, pero es el mejor campo para "vivir una fiesta", que es como se lo toma el equipo coruñés.
