De Inma Castañón a Alexia Putellas
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De Inma Castañón a Alexia Putellas


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Hasta hace poco tiempo, la mejor futbolista que habían visto mis ojos era Inma Castañón, jugadora y compañera en el Karbo Deportivo. Interior rápida y vertical, era un portento físico aderezado por una capacidad de superación infinita y un grado de competitividad hiper-máximo.

El Karbo fue un milagro surgido por generación espontánea. Tan distinto y tan compacto en los partidos, tan diverso y complicado lejos del césped. Un equipo que se creía el mejor de su época y lo demostraba en cada encuentro.

Un vestuario marcado por la personalidad, difícil de gestionar, de varias jugadoras, desbocadas en el juego y muchas veces fuera de él. No era raro ver a alguna fumarse un pitillo en el descanso, ni vivir un bronca antes de empezar. Eso sí, echaba la pelota a andar y todas éramos una, el objetivo era claro y meridiano, ganar.

Inma era entonces una jugadora top. Profesional, pese a no cobrar un duro, metódica, autoexigente, respetuosa en el campo, buena capitana. Ella quería ser la mejor, y eso le hizo trabajar su técnica y su perspectiva de fútbol hasta conseguirlo.

Inma fue la primera capitana de la selección española. Ahora lo es también Alexia Putellas. La futbolista del Barça ha sido nombrada recientemente mejor jugadora de Europa. Y seguramente lo es. Su evolución en las últimas temporadas ha sido brutal. Alexia es hoy en día el faro que guía un trasatlántico de la magnitud del Barça.

Y me gusta verla jugar. Esa zurda divina. Su visión, clarividencia, elegancia y efectividad la convierten en un espectáculo por el que vale la pena pagar una entrada. Para verla a ella y al resto de compañeras. Mapi León, Patri Guijarro, Aitana Bonmatí, Jennifer Hermoso, Mariona Caldentey, Lieke Martens…

Pero esto no es generación espontánea como la del Karbo. En el Barça femenino hay depositado mucho tiempo, mucho dinero y espléndidos profesionales. Aplaudo la forma de trabajar de otros clubes de la Primera Iberdrola y de Reto Iberdrola. No tendrán los mismos medios que el gigante blaugrana pero la apuesta es firme y decidida.

En esa tesitura se encuentra el Depor Abanca. Me consta que en la Plaza de Pontevedra el femenino importa, pese al delicado momento económico. Por algo lleva el nombre de La Propiedad. Confío en tiempos mejores. Lo deseo de corazón. Porque yo, por encima de todo, amo el fútbol femenino desde aquel día que entré en un gimnasio de Os Mallos y descubrí el “fenómeno Karbo”.

De Inma Castañón a Alexia Putellas

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