Laporta y el Barcelona
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Laporta y el Barcelona


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Ya se suponía que la llegada de Joan Laporta al Barcelona iba a agitar las aguas del fútbol español e incluso europeo. Ya la primera etapa del presidente barcelonista estuvo rodeada por la polémica (a pesar de que los resultados por entonces venían de cara), hasta el punto que su gestión terminó en los tribunales donde se le habían reclamado más de 90 millones de euros, cargos de los que finalmente salió airoso.

En su primera etapa, Laporta se arrimó a su gran amigo Johan Cruyff y, a su sombra, se hizo poco menos que intocable. Lo mismo se pensaba que iba a hacer ahora con Leo Messi, pero la realidad no fue esa, a pesar de que utilizó al argentino en su campaña electoral. Laporta ocultó a los socios la verdadera situación y no luchó lo suficiente para que el futbolista se quedase en Can Barça, que era su voluntad (como manifestó entonces y también hace unos días desde París).

El Barcelona atraviesa ahora, obviamente, una fase de remodelación, algo que no se recordaba desde antes de la irrupción del citado Cruyff como entrenador. Él fue realmente el creador de lo que ahora se llama “estilo Barcelona” y que tanto invocan los que han vivido mejores tiempos no hace tanto. Ahora, esa forma de jugar se ha diluido y todo parece en manos de muchachos imberbes que prometen mucho pero que todavía son una gran incógnita a la hora de afrontar grandes compromisos. Los nombres de Mingueza, Balde, Nico (el hijo de Fran), Gavi, Demir o Ansu Fati transmiten esperanza a los socios barcelonistas pero, en realidad, parecen elementos excesivamente valorados, principalmente por lo demostrado futbolísticamente hasta la fecha aunque dejen intuir un prometedor futuro.


El presente del equipo catalán se ha salvado momentáneamente en Kiev, con una pizca de suerte. Ahora todo queda a merced del resultado que pueda obtener frente al Benfica, en la próxima jornada de la Champions League. Un tropiezo puede traer consigo la caída europea y arrastrar unas consecuencias muy negativas para el futuro inmediato del club azulgrana. Cualquier circunstancia adversa podría provocar la caída de un segundo técnico (después del calvario que el malvado presidente le hizo pasar a Koeman), si bien se descarta totalmente la dimisión de uno de los principales culpables del desconcierto actual y que no es otro que el ya nombrado en este artículo en repetidas ocasiones..

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