Los números no entienden de sen-timentalismos. Son fríos como el que padeció el Deportivo en el Waldstadion en noviembre de 1993 (el partido se inició a menos ocho grados bajo cero), cuando cayó por la mínima en el minuto ochenta y nueve en el encuentro de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA ante el Eintracht de Frankfurt.
A veces la realidad, como los números, muestra con insistencia lo que hay, aunque no guste, y deja a uno congelado y con cara de no entender nada de lo qué sucede alrededor.
Somos muchos los que nos preguntamos cuál es el verdadero Deportivo de la temporada 2021-2022: ¿El de las cuatro primeras jornadas ligueras?, en las que sumó otras tantas victorias que le permitió situarse en lo alto de la clasificación con doce puntos, ¿o el de las tres últimas (de la quinta a la séptima)?, en las que únicamente ha llevado uno a su casillero y se ha convertido en el quinto peor equipo de la categoría (puesto de descenso) sólo superado por el Zamora, el Dux (ambos no han ‘rascado’ en sus tres últimos compromisos), el Valladolid B y el Tudelano.
