El Atlético Arteixo dio un golpe encima de la mesa ayer con su victoria por 0-2 ante el Paiosaco en el regreso de Juan Riveiro a A Porta Santa después de seis temporadas como entrenador verdiblanco. Los goles de Pablo Ramos y Bandera en el primer tramo de la segunda mitad dejaron sentenciado el encuentro ante un rival que apenas inquietó a José Hevia.
Después de golear en una parte al Puebla en la primera jornada del campeonato, el Arteixo visitaba A Porta Santa en un partido especial para Juan Riveiro para medirse a uno de los grandes competidores por ocupar las primeras plazas de la tabla clasificatoria. En el primer tiempo hubo mucho respeto, apenas hubo disparos a puerta y sí hubo muchas imprecisiones, faltas, protestas, interrupciones… El conjunto visitante quiso la pelota, pero estuvo precipitado por momentos y se notaba que una de las consignas era no perder balones en zonas peligrosas para evitar los contraataques del Paiosaco.
En los primeros compases de la segunda mitad, el conjunto local salió más enchufado y metió al Arteixo cerca de su portería a través de centros laterales que no encontraron remates claros. En una de las pocas equivocaciones del Paiosaco en salida de balón en todo el partido se produjo una pérdida que dejó a Pablo Ramos totalmente solo ante Rama. No falló: 0-1.
El conjunto de Diego García se quedó con línea de tres atrás y pasó a jugar con dos puntas buscando el empate, pero eso provocó precipitación. En una salida en conducción de Edu Dias, el Arteixo recuperó la pelota y atacó el espacio en la espalda de la defensa verdiblanca. David Bandera definió ante Rama para sentenciar el choque.
El Arteixo acabó con diez por la expulsión del mediocentro Óscar y con Antonio en esa posición, pero no sufrió.