Ocurrió en el momento más decisivo de la temporada, en el playoff de ascenso a Segunda División y con todos los focos puestos en el Johan Cruyff porque los filiales de Barcelona y Real Madrid se jugaban una plaza en la final para dar el salto de categoría. Fue en la misma instancia en la que el Deportivo se cruzó y perdió con el Castellón. Por el otro lado del cuadro transitaban los segundos equipos de culés y merengues. Luismi Cruz jugaba para los primeros, cedido por el Sevilla. Y en aquel primer partido de la eliminatoria cuajó una actuación memorable, con una asistencia y dos goles que decantaron el duelo en su recta final. Si ofrece ese nivel en el Deportivo va a ser complicado negarle un puesto en el once.
Su exhibición se jalonó de caños y virguerías varias, pero fue también efectiva de cara al marcador. El partido transitaba en tablas en la recta final de la primera parte después de que Nico Paz adelantase a los blancos y Riad empatase para los locales. Y de manera inopinada Luismi Cruz salió de la nada para robarle un balón imposible al central Marvel y encontrar al espacio a Roberto Fernández. El ahora ariete del Espanyol no desaprovechó la asistencia y puso en ventaja al Barcelona Atlétic. Medida la segunda parte empató Dotor, ahora alistado en el Málaga. Y en el último cuarto de hora apareció el genio de Luismi Cruz, autor de dos tantos que llevaron el resultado final a un 4-2 para el cuadro catalán.
La primera diana fue una delicia, un golpeo de zurda para superar por alto al meta Luis López y colocar la pelota en el palo opuesto al que encaró en la acción. Apenas cinco minutos después, como si estuviese tocado por una varita mágica, rubricó el triunfo con un compendio de sutilezas, un control con el exterior en el área y un disparo colocado exactamente por debajo de la escuadra para desatar la locura colectiva en el estadio. Obrador, que jugaba de lateral izquierdo en el bando contrario, nada pudo hacer para frenarle
El Barcelona se llevó así una ventaja de dos goles al partido de vuelta en Madrid. Pero allí el equipo se cayó con un tres a cero en contra que le apeó de la opción del ascenso, que también pasó de largo para el Madrid, derrotado por el Eldense. Hace apenas dos años de aquello, pero en aquel partido en el Johan Cruyff estaban en los onces titulares futbolistas como el citado Obrador (ahora en el Benfica), Arnau Tenas (PSG), Casadó (Barcelona), Roberto (Espanyol), Rafa Marín (Nápoles) o Nico Paz (Como). Desde el banquillo en el que estaba al mando Raúl González Blanco salió Gonzalo García, ahora ariete de moda en el Real Madrid. Y a Luismi Cruz le suplió en a cuatro minutos del filial un jovencito que no había cumplido aún los 16 años y atendía al nombre de Lamine Yamal y acababa de estrenarse con el primer equipo.
Cruz, que tenía entonces 22 años recién cumplidos, acabó aquel curso con ocho goles y siete asistencias, pero el Barcelona no ejerció la opción de compra que tenía por tres millones de euros, así que el futbolista regresó al Sevilla, de donde salió de nuevo a préstamo al Tenerife. Tras dos campañas en la isla llega ahora a A Coruña dispuesto a repetir aquellas tardes mágicas.